domingo, 27 de septiembre de 2020

QUIEN REALMENTE TE SIGUE SEÑOR LO HACE CON HUMILDAD

Reflexionando sobre el Evangelio Mt 21, 28-32

En la Biblia se habla diversas veces sobre el resto fiel que sigue los mandamientos. Son quienes siguen las Pisadas de Cristo y no olvidan que nada son sin Dios. El Evangelio de hoy habla de dos hijos. El primero dice obedecer a su padre, mientras el segundo no lo dice, pero lo realiza. En el Evangelio de la semana pasada hablaba del olvido de las personas adultas en la evangelización. En el Evangelio de hoy Cristo nos habla más o menos de lo mismo. Nos habla de quienes dicen no, cuando son llamados, pero finalmente cumplen la voluntad del Padre. En nuestro caso, a lo mejor pasan muchas décadas antes de ser tierra fértil, hasta que la persona ha madurado y reflexionado.

Cuando  se  trilla  en  la  era,  el  grano  apenas  se  ve;  pero  llegará  el  tiempo  de  la  bielda.  Pocos  son, pues,  los  que  se  salvan  en  comparación  de  los  muchos  que  se pierden.  Pero  estos  pocos  han  de  constituir  una  gran  masa. Cuando  venga  el  aventador  trayendo  en  su  mano  la  horquilla, limpiará  su  era, recogiendo  el  trigo  en  el  granero,  y  la paja la quemará  en  fuego  inextinguible.  No  se  burle  la  paja  del  trigo. Esto  es  hablar  la  Verdad  y  no  engañar  a  nadie.  Sed  muchos entre  los  muchos,  pero  sabiendo  que  en  comparación  de  cierta clase  de  muchos  sois  pocos.  Porque  de  esta  era  ha  de  salir tanto  grano  que  llene  los  graneros  del  cielo.  Pero  no  puede contradecirse  quien  dijo  que  son  pocos  los  que  entran  por  la puerta  estrecha  y  muchos  los  que  perecen  por  el  camino  ancho.  (San Agustín. Sermón  CXI, 3)

No cabe duda que la juventud temprana es el mejor momento para enseñar las bases de la fe. También es cierto que la juventud es cuando se pueden encontrar vocaciones para la estructura eclesial, pero este semillero se va agotando. ¿Y después qué? ¿Nos olvidamos de la tierra que ansía recibir la semilla del Evangelio? Se puede decir que esa tierra era pedregosa en la juventud, pero olvidamos que sólo la experiencia y la vida misma, convierten la tierra pedregosa en tierra fértil para aceptar la Palabra. 

También lo decía la semana pasada en mi humilde comentario: es complicado evangelizar a quienes tienen experiencia. No se dejan llevar por cuestiones secundarias, shows mediáticos, necesidades como sentirse incluido en un grupo social o ser considerado por los demás. Evangelizar a un adulto supone superar todos los prejuicios que se han creado durante muchos años. Evangelizar a un adulto requiere autenticidad e ir a lo esencial, a lo que transforma, a lo que trasciende estructuras humanas. No olvidemos que es el segundo hijo, quien cumple con el Padre. El segundo hijo de la parábola de hoy, necesitó tiempo para reflexionar y hacer suya la voluntad del padre. De igual forma, nosotros necesitamos tiempo para empezar a comprender que haciendo la Voluntad de Dios, encontramos el sentido de nuestra vida.

Dice San Agustín No  se  burle  la  paja  del  trigo”, como se suele hacer con los adultos. "Los últimos serán los primeros". Las capacidad de volar con el viento no las tiene el grano, pero sí lleva consigo el alimento que debe ser molido y horneado. A la puerta estrecha se llega después de muchos años. Sobre todo cuando se deja de ser promesa para los intereses del mundo. Cuando la puerta estrecha aparece, hay que despojarse de todo lo accesorio, todas las cargas sociales y tomar la cruz. De rodillas ante Dios, sin fuerzas humanas ni capacidades sociales. Es la única forma de pasar esa puerta y  encontrarse con el Padre que nos espera para invitarnos al Banquete que nos ha preparado como hijos pródigos que somos.

Por La divina proporción

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