viernes, 23 de septiembre de 2022

SER PAPÁ ES UN POCO MÁS FÁCIL

Papá no te lleva 9 meses dentro de él.

No vomita, No pasa por el parto normal. No se vuelve loco con las hormonas, no se queda con la inseguridad del mundo y el miedo de no aguantar todo el proceso.

Papá no ve sus pechos sangrando para alimentar al bebé, no vela el sueño del bebé en la madrugada, no pasa la mano en su naricita 569 veces cada noche para ver si está respirando.

Papá no sufre mientras mira su cuerpo cambiando en el espejo.

Papá puede devolverle a mamá el bebé cuando éste pierde el aliento de tanto llorar.

Papá tiene una retaguardia que se llama mamá.

Es claro que papá es importante, MUY IMPORTANTE.

PERO MAMÁ ES DIFERENTE.

Mamá es MAMÁ: está por encima de todo. Mamá tiene un poder de "autoridad espiritual" sobre su bebé.

Mamá renuncia, mamá le pide a Dios todos los días, interceder por sus hijos.

Mamá deja a sus amigos, mamá se queda en casa cuando todos se están divirtiendo. No tarda al bañarse, ¡QUE LUJO lavarse el cabello!

Mamá vive para criar.

Una buena persona es quien quiere a su hijo.

Un buen lugar es donde puede ir con su bebé.

Una buena comida es la que no da cólico.

Mamá no tiene un interés mayor que no sea por el bienestar de su hijo.

Mamá sufre con la fiebre, mamá se rompe en mil con el llanto.

Mamá besa a su bebé, hace payasadas para ganar una risita, no mira una noticia sin imaginar "Dios mío, y si fuera mi hijo?" ¡Mamá se enfrenta a un ejército... de un salto y a pecho abierto!

Cuando todo falte, mamá va a estar junto a su hijo.

MAMÁ ES MAMÁ, ASÍ DE SIMPLE

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