lunes, 29 de noviembre de 2021

¿ES NECESARIO TENER SEXO PARA VER SI HAY "QUÍMICA"?

Hay que preocuparnos de la "química espiritual", que es lo que finalmente nos mantendrá unidos.

Fuente: La opción V

Más que de la “química sexual” hay que preocuparnos de la “química espiritual”, que es lo que finalmente mantendrá unido a un hombre y a una mujer

Hoy en día escuchamos hablar mucho de “la química sexual”. Muchos sostienen y defienden la idea de que es importante conocer sexualmente a la pareja antes del matrimonio, pues es la única manera de saber si hay “química” entre los dos.

Es más, parece hasta casi una obligación “probar la mercadería antes” pues de que de no hacerlo se corre el riesgo de encontrar una incompatibilidad sexual que derivaría inevitablemente en el fracaso matrimonial. ¿Qué de cierto hay en esto?

¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas nos atraen y otras nos resultan absolutamente indiferentes? ¿O por qué surge el romance y la pasión en unas ocasiones y en otras no se produce, por más que la otra persona nos parezca atractiva?

Lo que responde a todas esas preguntas se llama “QUÍMICA”. La química se da o no se da desde el principio, es así de simple. Muchas veces nos ha pasado o quizás se lo hemos escuchado decir a otras personas: “Ayer me presentaron a un chico lindo, súper agradable, súper buena persona, inteligente, educado, pero no sé qué por qué no hicimos ‘click’.”

Ese “click” es lo que normalmente llamamos “química”, y es lo que definirá si la relación con esa persona tiene oportunidad para un segundo encuentro o se queda en el primero, si se enrumba hacia algo más serio o no.

La química entre dos personas se da ya desde la primera mirada, y es algo que incluso se refleja físicamente con la dilatación de las pupilas.

Cuando hay química entre dos personas sus cerebros segregan dopamina y el sistema endocrino segrega adrenalina, lo cual hace que fluya más sangre de lo normal al estómago, causando esa sensación de “mariposas en el estómago”. Al fluir más sangre también por todo el cuerpo nos sonrojamos, y se incrementa el rojo de nuestros labios y mejillas.

Esto responde a nuestra pregunta inicial: es tonto y poco científico pensar o argumentar que es necesario tener relaciones sexuales antes del matrimonio para ver si existe química sexual en la pareja, pues esta puede darse incluso sin contacto físico.

La química sexual se inicia con una atracción desde la primera mirada, llegando a despertar el deseo sexual hacia la otra persona, deseo que debe ser regulado por la virtud de la castidad.

Sin embargo, si bien el sexo es importante, no es lo único ni lo más importante en el matrimonio. Un buen matrimonio, como un buen entendimiento sexual entre los esposos, no es algo que viene hecho: hay que irlo construyendo.

Para eso es importante conocer bien a la persona antes de dar esos pasos. Nos referimos no a un “conocimiento” que se da por la “exploración del cuerpo”, sino un conocimiento profundo, del alma y del corazón.

En otras palabras, es necesario amar inteligentemente, no dejarse distraer por la atracción y química sexual, e inclusive por los sentimientos y emociones intensas.

Se debe poner el raciocinio primero, analizar si esa es la persona que te hará feliz con sus defectos y virtudes, y sobre todo entablar una muy buena amistad que se forja mediante el continuo diálogo y profunda comunicación de las existencias.

Este conocimiento y comunión profunda es posible sólo en el Señor, en la medida en que se le conoce y se le ama a Él. De Él procede la luz para conocer el misterio más profundo que es el ser humano, que es el otro, y que soy yo mismo, y al mismo tiempo Él es la fuente inagotable del verdadero amor humano.

Así que más que de la “química sexual” hay que preocuparnos de la “química espiritual”, que es lo que finalmente mantendrá unido a un hombre y a una mujer en el amor que no acaba.

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