Hay un demonio que se especializa en el ataque a la familia. El demonio ataca de muchas formas y lo hace en todo momento porque sabe que una familia unida es un fuerte de primera frente a sus asechanzas.
Por: Fernando de Navascués | Fuente: Catholic.net
El exorcista César Truqui
advierte de un demonio especializado en el ataque a la familia
Si un marido o una esposa piensan que su cónyuge
deja de gustarle o de ‘quererle’, y que
siempre queda la opción del divorcio para empezar de nuevo, es que algo no va
bien. Y eso viene del demonio. No es por ver al diablo en todas partes, pero sí
está claro que supone un egoísmo profundo, pues revela que sus hijos le
importan poco, por no decir lo poco que les importa el compromiso matrimonial
que un día se dieron, aquel que Dios y la Iglesia bendijeron ante el Altar.
No vamos a juzgar a nadie, pero lo que sí
sabemos es lo que explicó hace un año el P. César Truqui en un curso sobre
exorcismo celebrado en Roma: “Hay un demonio que se
especializa en el ataque a la familia”. Este
padre, poco después, en el semanario italiano Tempi, ahondó aún más y explicó
que este demonio es citado “en el libro de la
Biblia de Tobías y se llama Asmodeo".
El Antiguo Testamento nos habla de la presencia
de este demonio. En el libro de Tobías, Asmodeo mató a siete maridos
de Sara y fue encadenado en el desierto por el Arcángel Rafael. Y de hecho el padre Truqui, a
tenor de su experiencia, confirma que ese demonio "está
presente en muchos exorcismos”. Una experiencia curtida a la sombra de exorcistas
como el P. Francisco Bamonte o el reconocido mundial y recién fallecido, P.
Gabriele Amorth. Este último fue el exorcista de Roma y se estima que realizó
cerca de 70.000 exorcismos en el transcurso de su vida.
El demonio ataca de muchas
formas y lo hace en todo momento porque sabe que una familia unida es un fuerte
de primera frente a sus asechanzas. El P. Truqui recuerda una pareja de novios a la
que conoció: “Era una pareja joven, muy unida, que
quería casarse. Sin embargo, la mujer tuvo que someterse a un exorcismo para
ser liberada". Durante el exorcismo, "el
demonio se enfureció y amenazó al P. Amorth, pues quería impedir ese
matrimonio, de lo contrario, mataría a la joven. Obviamente era la amenaza del
mentiroso, porque, de hecho, no ocurrió".
En los ataques del demonio
no todo es la espectacularidad de las posesiones o de las infestaciones. También el demonio sugiere e incita
contra la familia por medio de ideologías o de los estilos de vida. Un ejemplo claro es la confusión que genera, por
ejemplo, sobre la sexualidad: ¿el sexo es una
cuestión únicamente administrativa? ¿El sexo es algo que se escoge? El
Papa Francisco es el primero en advertir sobre los peligros que genera la
ideología de género. Pero
hay temas menos clamorosos y menos sutiles: el pensamiento individualista o
esa mente divorcista.
“Las mujeres piensan: ‘Si
mi marido deja de gustarme, yo me sentiría mejor divorciándome’, pero se
olvidan de las consecuencias para los niños y la sociedad", denuncia el P.
Truqui. "Esta mentalidad antifamilia agrada al diablo: él sabe que un hombre
que está solo y sin ningún punto de referencia es manipulable e
inestable".
Para aquellos que están en duda, el P. Truqui se
ofrece como ejemplo: "Incluso hoy en día, y yo
tengo más de 50 años, sólo de pensar en el amor entre mi madre y mi
padre, ya encuentro consuelo y valor. Por el contrario, los hijos de
padres separados son más frágiles y vacilantes".
Si hay algo claro en este
Papa, es la conciencia que tiene de la existencia del diablo, y que éste hace
lo imposible por llevarse las almas. En 2014, el Santo Padre dio un discurso sobre
la Renovación Carismática en el que señaló que el
diablo trata de destruir a las familias porque es allí donde Jesús crece: en
medio del amor de los cónyuges y en las vidas de sus hijos. No
es casualidad que este mensaje lo diera a la Renovación Carismática. Aquí,
todos lo saben, el Espíritu Santo tiene un protagonismo especial. Y los
exorcistas confían siempre su trabajo a comunidades dedicadas a la oración y la
alabanza como las carismáticas.
Bien sabía el Papa a quién hablaba: "Jesús crece en el amor de los cónyuges; Jesús crece en las vidas de
los niños. Y es por eso que el enemigo ataca a la familia tanto tiempo. El
diablo no ama a la familia. Se trata de destruirla destruyendo el amor que hay
allí", advirtió en el
estadio Olímpico de Roma ante 52.000 personas.
En ese día, el Papa Francisco recordó que "las familias son iglesias domésticas. Los cónyuges son pecadores,
como todos, pero quieren progresar en la fe, en su fecundidad, en los niños y
en la fe de sus hijos".
Por lo que pidió al Señor "que bendiga
a la familia, que sea fuerte en esta crisis en la que el diablo quiere
destruirla".
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