viernes, 25 de julio de 2014

I.-ORACIÓN EN LENGUAS


La oración en lenguas es maravillosa. Como nosotros no sabemos orar como conviene, el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad para interceder por nosotros con gemidos inefables. (Rm 8, 26).

No es el lugar, y ya paso el tiempo de querer justificar el don de lenguas. Es una realidad en la Iglesia de hoy. Simplemente quiero confesar mi experiencia: He visto muchas más curaciones mientras oro en lenguas que con la oración normal, nos dice el padre Emiliano Tardif.

Un día me invitaron a un programa de televisión en la ciudad de Bogotá, Colombia, pidiéndome que orara por los enfermos. Lo curioso es que el programa solo duraba un minuto, por eso se llamaba “el minuto de Dios”. A mi me parecía demasiado poco tiempo y reclame diciéndoles:

-Ustedes duran tres minutos anunciando las cervezas y al Señor le dan solo un minuto…

Comencé la oración tan apremiado con el tiempo que oré muy rápido. Al terminar abrí los ojos y vi el reloj; ¡me quedaban todavía treinta segundo! Mi problema entonces era que no sabía qué hacer con tanto tiempo. Oré en lenguas frente a las cámaras de televisión.

Según testimonio reciente del padre Diego Jaramillo, gran predicador carismático, hubo varias personas que fueron curadas en esa ocasión.

La oración en lenguas facilita que se den palabras de conocimiento o discernimiento carismático. Es cuando estamos más disponibles para que el Señor nos use porque estamos completamente rendidos a Él.

En el segundo Encuentro Carismático de Montreal me pidieron hacer la oración por los enfermos. Había unas 65 mil personas en la Eucaristía, la cual era trasmitida por televisión. Oré mucho en lenguas y vinieron algunas palabras de conocimiento que trasmití tal y como me llegaban. Una de ellas era así:

-Hay una buena mama de 74 años que está sentada frente al televisor de su casa. En este momento el Señor la está sanando de sus ojos que no pueden ver.

Al terminar la misa se me acercó un sacerdote que me tenía cierta confianza y me dijo:

-¿Pero es que tú estás loco? ¿Cómo puedes anunciar ante 65 mil personas que una mujer ciega esta delante del televisor?

Era tan lógica su objeción que no le pude responder. Pero al día siguiente salí a visitar a mi familia a 200 kilómetros de Montreal. Cuando llegué, alguien me dijo:

-Padre, cerca de aquí vive la señora que se sanó de los ojos delante de la televisión.

A mí me dio tanto gusto que fui a visitarla. Se llamaba Joseph Edmond Poulin y efectivamente tenía 74 amos. Había enfermado de la retina. Después de un tratamiento especializado, los médicos afirmaron que su enfermedad era progresiva e incurable.

Una amiga le sugirió estar delante del televisor siguiendo la misa de sanación del Congreso de Montreal.

Cuando hice el anuncio, ella sintió mucho ardor en los ojos.

Yo le pregunté si podía leer a lo cual contesto negativamente. Entonces añadí:

-El Señor no hace las cosas a medias. Vamos a orar para que usted pueda leer la Palabra de Dios.

Tres días después me llamó por teléfono para comunicarme la alegre noticia de que estaba leyendo la Biblia.

El don de lenguas me dispuso para que el Señor comunicara lo que Él estaba haciendo.

P. Emiliano Tardif

FUENTE: JESÚS ESTÁ VIVO

Publicado por : José Miguel Pajares Clausen

(Continuara)

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