“Es un don que no se debe cobrar”.
“Es
una ayuda que es gratis, viene del cielo”.
“No
se puede lucrar con el don divino”.
“La
espiritualidad no se vende”.
“Los
mercaderes del templo”.
“Ganan
millones engañando a la gente”.
Frases como estas, se encuentran a menudo referidas al valor monetario de los servicios energéticos, terapias de diferentes técnicas, cursos de espiritualidad, entre otros productos y servicios.
Esto se puede mirar de dos forma, la primera bastante obvia, si un terapeuta o facilitador no recibe un pago por su trabajo no podría hacerlo, tendría que trabajar en otra cosa para conseguir el dinero necesario para vivir.
La segunda mirada, que es un poco más consciente, nos lleva a descubrir que las causas profundas de estas quejas o negaciones, son los bloqueos internos relacionados con el dinero que hay en el inconciente colectivo y también individual de muchas personas.
Por ejemplo:
El dinero es sucio, no es coherente con una terapia espiritual.
Cobrar es egoísta, es malo.
Cobrar es abusar.
Sí cobras no es ayuda.
El dinero es escaso.
El dinero corrompe.
Si eres espiritual no debe interesarte el dinero.
Y así sucesivamente…
Todas estas creencias y programaciones inconscientes, entre otras, generan las relaciones difíciles con el dinero que muchas personas tienen en sus experiencias de vida.
El dinero es parte importante de la experiencia humana, y debe fluir sin límites, así como también el servicio, la gratitud, la coherencia, la aceptación, el respeto, etc.
Hay que tener orden en nuestra vida material y también en la vida espiritual, eso es coherencia.
De Hugo Gálvez
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