La Cuaresma implica un empeño ascético, individual y colectivo: oración, ayuno, abstinencia......
Por:
Mons. Rafaello Martinelli | Fuente: Catholic.net
¿QUÉ
ES LA CUARESMA?
- Es un período especial del año litúrgico durante el cual el pueblo
cristiano se prepara para celebrar el misterio Pascual.
- La Cuaresma es un tiempo oportuno para
estar, junto con María Santísima y San Juan, el discípulo amado, junto a Cristo
que en la Cruz consuma, por toda la humanidad, el sacrificio de su vida
(cfr Jn 19, 25).
- «Mirarán al que traspasaron»: es tiempo
oportuno para mirar con confianza el costado de Jesús, atravesado por la lanza, del cual brotaron «sangre y agua» (Jn 19,
34)!
- «Que la Cuaresma sea para todos los
cristianos una experiencia renovada del amor de Dios que se nos ha dado en
Cristo, amor que también nosotros cada día debemos «volver a dar» al prójimo,
especialmente al que sufre y al necesitado. Sólo así podremos participar
plenamente en la alegría de la Pascua» (benedicto xvi, Mensaje para la
Cuaresma 2007).
¿POR QUÉ CUARENTA DÍAS?
- La teología y la espiritualidad de la
Cuaresma se constituyeron en relación con diversos eventos del Antiguo y del
Nuevo Testamento.
- El
mismo número 40 nos recuerda:
· los días del diluvio universal;
· los años transcurridos por Israel en el
desierto;
· los días transcurridos por Moisés en el
Monte Sinaí;
· los días transcurridos por el profeta
Elías en el desierto antes de llegar al encuentro con Dios en el Monte
Horeb;
· los días de penitencia de los habitantes
de Nínive;
· los días del ayuno de Jesús en el
desierto, donde al final fue tentado por el Diablo.
- Todo
ésto tiene un valor didáctico. La Cuaresma es el tiempo:
· de la destrucción del mal, como para los
hombres del diluvio;
· de la prueba y de la gracia, come para
Israel;
· de la oración que dispone para el
encuentro con Dios, como para Moisés y Elías;
· de la penitencia y de la expiación en
espera del juicio divino, como imitación de los 40 días de ayuno y de
penitencia con los que los habitantes de Nínive aplacaron la ira divina;
· del ayuno finalizado a comer el verdadero
alimento, que es hacer la voluntad del Padre: «no solo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» (así le respondió Jesús a
Satanás al final de los 40 días pasados en el desierto).
¿CUÁLES SON LOS GRANDES TEMAS CUARESMALES?
TRES SON EN PARTICULAR LOS
TEMAS QUE SON PROPUESTOS POR LA LITURGIA CUARESMAL:
- El tema pascual. Porque la Cuaresma es
preparación a las celebraciones pascuales, el tema muerte-vida asume una
importancia fundamental. Comienza desde el segundo domingo (la
Transfiguración) y se hace más explícito en las dos últimas semanas.
- El tema bautismal. La Cuaresma en su estructura fundamental se formó en
torno al sacramento del Bautismo administrado a los adultos durante la
Vigilia Pascual. Los cristianos toman mayor conciencia del propio
bautismo.
- El tema penitencial. Se desarrolló sobre todo al
inicio de la Cuaresma (miércoles de ceniza y el evangelio de las
tentaciones de Jesús en el primer domingo).
¿CUÁLES SON LAS PRÁCTICAS CUARESMALES?
- La
Cuaresma implica un empeño ascético, individual y colectivo, cuyas formas
tradicionales son:
· oración (Misa cotidiana sobre todo y el
Via Crucis)
· ayuno (es el conjunto de las prácticas de
mortificación: comida-palabras-diversiones): la mortificación permite una mayor
disponibilidad hacia el prójimo, mayor tiempo para el voluntariado y más dinero
para la caridad.
- EN CUARESMA LA
IGLESIA RECUERDA QUE ESTÁN MANDADOS:
· ayuno y abstinencia de carne: el
Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo;
· la abstinencia de carne: todos los
Viernes de Cuaresma.
- Iglesia recomienda en particular la
práctica, durante la Cuaresma, de las obras de misericordia corporales y
espirituales:
· LAS SIETE OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES
1. Dar de comer al
hambriento.
2. Dar de beber al
sediento.
3. Vestir al
desnudo.
4. Dar posada al
peregrino
5. Visitar los
enfermos.
6. Visitar a los
presos.
7. Sepultar a los
muertos.
· LE SIETE OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES
1. Dar consejo al que
lo necesita.
2. Enseñar al que no
sabe.
3. Corregir al que
yerra.
4. Consolar al
triste.
5. Perdonar las
ofensas.
6. Soportar con
paciencia los defectos de nuestros prójimos.
7. Rezar a Dios por
los vivos y por los muertos.
- Estas prácticas, «expresan
la conversión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los
demás » (Catecismo de la Iglesia Católica, 1434).
¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DEL AYUNO?
(tomado del: Benedicto xvi, Mensaje para la Cuaresma 2009)
- «En nuestros días,
parece que la práctica del ayuno ha perdido un poco su valor espiritual y ha
adquirido más bien, en una cultura marcada por la búsqueda del bienestar
material, el valor de una medida terapéutica para el cuidado del propio
cuerpo.»
- El ayuno, en cambio,
para el creyente tiene una relevante importancia, y es rico de numerosos
significados y finalidades:
· Dimensión
personal:
*Con el ayuno, de hecho,
«el creyente desea someterse humildemente a Dios, confiando en su bondad y
misericordia».
*práctica del ayuno
«contribuye, además, a dar unidad a la persona, cuerpo y alma, ayudándola a
evitar el pecado y acrecer la intimidad con el Señor».
*«Privarse del alimento
material que nutre el cuerpo facilita una disposición interior a escuchar a
Cristo y a nutrirse de su palabra de salvación».
*Con el ayuno y la oración,
«Le permitimos que venga a saciar el hambre más profunda que experimentamos en
lo íntimo de nuestro corazón: el hambre y la sed de Dios».
*Tal práctica es «un arma
espiritual para luchar contra cualquier posible apego desordenado a nosotros
mismos».
*Del mismo modo, «ayuda al
discípulo de Cristo a controlar los apetitos de la naturaleza debilitada por el
pecado original, cuyos efectos negativos afectan a toda la personalidad
humana».
· Dimensión
social:
*El Santo Padre subraya
también el significado social del ayuno, afirmando que «ayuno nos ayuda a tomar
conciencia de la situación en la que viven muchos de nuestros hermanos».
*Lo que ahorramos ayunando,
podemos destinarlo a obras de beneficencia
u obras caritativas.
*Por esto, exhorta a las
parroquias «a intensificar durante la Cuaresma la práctica del ayuno personal y
comunitario, cuidando asimismo la escucha de la Palabra de Dios, la oración y
la limosna.»
- Definitivamente,
gracias al ayuno, la Cuaresma es el tiempo ideal «alejar todo lo que distrae el
espíritu y para intensificar lo que alimenta el alma y la abre al amor de Dios
y del prójimo».
ACERCA DE LA LIMOSNA:
- ¿Cómo
dar la limosna?
He aquí algunas indicaciones:
· debe ser escondida.
«Que no sepa tu mano derecha lo que hace tu mano izquierda», dice Jesús, «para
que tu limosna quede secreta» (Mt 6, 3-4);
· realizarla:
*sin ofender a quien la
recibe;
*sin mostrarnos nosotros mismos (vanagloria)
*alegría: hay más alegría
en el dar que en el recibir (cfr Hch 20, 35)
· en el silencio,
lejos de los reflectores de la sociedad mediática;
· no limitarse
solamente a dar cosas materiales (dinero, comida…), sino darnos nosotros mismos: nuestra estima, nuestro respeto, nuestro tiempo,
nuestros talentos (voluntariado);
· ofrecer el don
material, como signo del don más grande que podemos hacer a los demás: el
anuncio y el testimonio de Jesucristo;
· lo que da valor a la
limosna es el amor: un ejemplo lo tenemos en la viuda del Evangelio (cfr. Mc 12,
42-44).
- ¿Cómo dar la
limosna?
· Ayudar a quien tiene
mayor necesidad
· compartir con los otros lo que tenemos gracias a la bondad divina
· practicar la virtud
de la justicia: antes y más que un acto de caridad
· reconocer en los
pobres al mismo Cristo
· imitar a Cristo,
quien se hizo pobre para hacernos ricos
· poner por obra un ejercicio ascético para nosotros:
* para liberarnos del apegamiento a las cosas terrenas
* para purificarnos interiormente
· afirmar el principio
de que no somos los propietarios sino los administradores de los bienes que
poseemos, donados por Dios
· actuar movidos por
la gloria de Dios
· practicarla no por
filantropía sino por caridad, amor: como gesto de comunión eclesial
· acercarnos a Dios, acercándonos a los demás: instrumento de auténtica conversión y
reconciliación con Dios y con los hermanos;
· obtener el perdón de
los pecados. San Pedro cita entre los frutos espirituales de la limosna el
perdón de los pecados: «La caridad- escribe- cubre la multitud de los pecados»
(1 Pe 4, 8).
El Primicerio
de la Basílica de San Ambrosio y San Carlos en Roma
Monsignor Raffaello Martinelli
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