El Papa Francisco llegó a Roma este lunes 8 de marzo luego de concluir su histórico viaje apostólico a Irak, el primero que realiza desde el inicio de la pandemia de COVID-19.
El vuelo de retorno aterrizó en el aeropuerto de Fiumicino alrededor de
las 12:42 p.m. (hora local), completando así el primer viaje que un Pontífice
realiza al país de Medio Oriente.
De regreso a Roma, el Papa Francisco se dirigió a la Basílica de Santa
María la Mayor para agradecer a la Virgen María por los frutos de su reciente
viaje a Irak, un pueblo que ha sufrido décadas de guerra y violencia.
El Santo Padre estuvo en Irak del 5 al 8 de marzo, como peregrino que
fue a visitar a una Iglesia martirizada y un pueblo que ha sufrido décadas de
guerra y violencia.
En su estadía en el país, el Pontífice se reunió en la Catedral católica
siria de Nuestra Señora de la Salvación, en Bagdad con obispos,
sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y catequistas a los que recordó que la Cruz transmite un “mensaje salvífico de perdón, reconciliación y
resurrección”.
Otro evento que marcó el viaje del Papa Francisco, fue su reunión con el gran ayatolá
Al-Sistani, líder musulmán chiíta cuya influencia
política y religiosa en Irak es de gran importancia.
El Santo Padre también participó en un encuentro
interreligioso en la llanura de Ur, la tierra de Abraham, donde
pidió “para que en todas partes se respete la
libertad de conciencia y la libertad religiosa; que son derechos fundamentales,
porque hacen al hombre libre de contemplar el Cielo para el que ha sido
creado”.
Ese mismo día, 6 de marzo, el Pontífice celebró la
Santa Misa en la Catedral caldea de San José de Bagdad, siendo la primera vez que un Papa
preside la liturgia en rito caldeo.
Durante su tercer día en Irak, el Papa realizó un momento de oración por las víctimas de la guerra en la Plaza de las
Cuatro Iglesias de la ciudad de Mosul. Mosul, principal
ciudad de la Llanura de Nínive y de gran importancia para los cristianos
iraquíes, fue destruida durante la ocupación de Estado Islámico entre 2014 y
2017.
También, el Santo Padre se reunió con la comunidad
cristiana en Qaraqosh e hizo un llamado al perdón, además
dijo que el terrorismo nunca tiene la última palabra, porque Cristo venció a la
muerte. El encuentro se realizó en la Catedral de la Inmaculada Concepción,
destruida y convertida en campo de tiro por los terroristas de ISIS en
Qaraqosh.
El 7 de marzo culminó con la celebración de una Misa multitudinaria en el estadio de Erbil,
capital del Kurdistán iraquí, la región que dio refugio a los cristianos que
huyeron del Estado Islámico.
Según las estadísticas difundidas por la Sala de Prensa del Vaticano,
Irak es un país de mayoría musulmana (sunitas y chiítas) en la que los
católicos representan solo el 1,5% de la población, con
590 mil fieles.
Redacción ACI Prensa
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