Cuídala...
Pero no la cuides del amigo que la piropea... ese no es el enemigo.
No la
cuides del compañero que la invita a salir... ese no es el enemigo.
No la
cuides del vecino que le echa piropos... ese no es el enemigo
Y menos
aún la cuides de un desconocido que le envía detalles... ellos no son el
enemigo.
¡Las mujeres se enamoran y son leales!
Son
leales a la persona que con esfuerzo y dedicación se ganó su corazón.
Son
leales a la persona que día a día le quito los miedos y le brindo paz.
¡Cuídala! ¡Cuídala bien pero del verdadero enemigo... y ese enemigo así
te duela, eres tú! Si, tú, eres el único que puede hacer
que día a día ella pierda esa admiración por ti, que día a día sienta que le
está siendo leal a una persona que no merece su lealtad.
El único enemigo que tienes eres tú mismo.
Si temes
que alguien le hable bonito... háblale más bonito tú.
Si temes
que alguien le regale flores... llévale tú unas más lindas.
No te escudes en qué hay otros con más dinero, con mejor estatus social o son más detallistas. Porque ella se enamoró de ti con lo que tienes así que si realmente quieres cuidarla, cuídala de ti mismo, cuídala de que no llore por algo que tenga que ver contigo, cuídala de que no se sienta sola ¡NUNCA! Y sobre todo... cuídala de las mentiras, la confianza nunca se recupera del todo.
Cuídala ahora que la tienes, que cuando la pierdas vas a querer haberla cuidado mejor y créeme que será bastante tarde.
¡¡¡Cuídala muy bien!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario