QUEENSLAND SE SUMA A OTROS 4 TERRITORIOS DE AUSTRALIA CONTRA EL SECRETO DE CONFESIÓN SACERDOTAL
Este 9 de
septiembre el Parlamento de Queensland
(Australia) aprobó una serie de leyes que pretenden obligar a los sacerdotes a
quebrar el sello de la confesión, castigándoles con hasta 3 años de cárcel si no revelan a la policía lo que puedan
averiguar sobre abusos sexuales a menores durante la confesión.
En los
dos últimos años, han promulgado leyes similares en otros
territorios de Australia: Australia Meridional, Victoria, Tasmania y el
territorio de la capital australiana. Las
nuevas leyes se aplican a la información recibida a partir de ahora, aunque se
refiera a abusos ocurridos en el pasado.
En
California en 2019 se intentó hacer una ley similar, pero protestaron más de
100.000 católicos por carta y se retiró porque se vio que tenía
pocas posibilidades de prosperar y encajar en la
legislación del país. También se ha debatido el tema en Costa Rica.
LOS
ABUSADORES DE NIÑOS NO LO DICEN EN CONFESIÓN
Lo cierto
es que no se conoce explícitamente ningún caso real en la historia de un
abusador de niños que lo haya confesado en el marco del sacramento, y no parece que sea algo que vaya a tener una relevancia
real a la hora de proteger a los niños. De hecho, podría ser contraproducente, ya que en
la confesión se puede animar al penitente -que a lo
mejor no es un abusador, sino alguien que ha oído rumores o conoce casos- a actuar de la forma adecuada, protegido por el
secreto.
Desde
2018 los obispos australianos y numerosos sacerdotes han
insistido en que estas normas contra el secreto son inútiles e ineficaces y que
en cualquier caso todos ellos prefieren ir a la cárcel esos 3 años, y más si hiciera falta, antes que
romper el secreto de confesión, de vital importancia para la seguridad de los
fieles.
En el
Derecho de la Iglesia el sigilo sacramental es inviolable (canon 983, Código de
Derecho Canónico). A su vez, el confesor que
rompe directamente el secreto de la confesión incurre en excomunión automática (c.
1388). Un confesor no puede ser testigo de nada de lo que haya conocido por
confesión sacramental, aunque el penitente le releve del secreto "y le pida que lo manifieste" (cánones
1548 y 1550). Entre 3 años de cárcel (que en realidad serán menos)
o ser excomulgado y marcado como un mal cura, los sacerdotes siempre preferirán
la cárcel.
El
Parlamento de Queensland no parece entender nada de cómo funciona la confesión,
el secreto de confesión ni la psicología de los abusadores
Y
SI DENUNCIAR ES OBLIGATORIO, ¿QUÉ ABUSADOR LO CONFESARÍA?
En 2019
el arzobispo de Canberra, Chistopher Prowse, explicaba que no le consta que los
abusadores de niños confiesan sus crímenes a sacerdotes... y que desde luego no lo harán cuando sepan que la ley obligaría al sacerdote a
denunciarlo.
“¿Qué agresor sexual confesaría a un sacerdote sabiendo que sería denunciado? Es la
experiencia cotidiana de los pastores la que señala que los abusadores de niños
no confiesan el crimen a la policía o a sacerdotes. Si se retira el
secreto confesional, la remota posibilidad de que confiesen y sean aconsejados
a informar del hecho se habría ido”, indicaba.
Además, muchas veces el confesor ni siquiera sabe qué persona se está confesando. “Si hay una rejilla en el confesionario, el sacerdote no vería al
penitente. Y si lo ve, es posible que no lo conozca. No hay ningún requisito para
que una persona confiese su identidad”, explicó el arzobispo. “Tristemente, romper el secreto de confesión no evitará el
abuso y no ayudará a nuestros esfuerzos continuos para mejorar la seguridad de
los niños en las instituciones católicas", añadía.
El
arzobispo de Brisbane, Mark Coleridge, dijo que estas legislaciones contra el
secreto de confesión se basan en un «pobre
conocimiento de cómo funciona realmente el sacramento en la práctica».
EL
BULO DEL PEDERASTA PERDONADO 1.500 VECES
Un autor
anticlerical, Peter FitzSimons, escribió en Australia acerca de un "padre Michael McArdle que fue perdonado no menos de
1500 veces por 30 de sus compañeros sacerdotes por violar a niños a su
cargo". Pero el columnista Gerard Henderson en 2017 respondía
que la Real Comisión (la RCIRCSA) que analizaba estos casos no consideró
creíble a McArdle, que fue abusador de 1965 a 1987 y que solo dijo esto en
un tribunal de apelación en 2004 intentando desesperadamente llamar la atención
y lograr reducción de pena. Han pasado 3 décadas y nadie se cree que 30
curas distintos, durante 20 años, le pusieran de penitencia "vete a casa y reza".
El mismo
Gerard Henderson señala en 2017 que el jefe de la comisión, el juez Peter
McClellan, entrevistó al pedófilo y ex-cura Gerald Risdale, que
está en la cárcel, quien le dijo que mientras fue cura nunca fue a confesarse. Además, el arzobispo de
Melbourne, Denis Hart, dijo que en su medio siglo de ministerio
sacerdotal nunca oyó a nadie confesarse de pedofilia. El
jesuita Frank Brennan dijo lo mismo de sus 30 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario