«LA CONSTELACIÓN MASÓNICA»: UNA REALIDAD COMPLEJA Y UN PODER AMPLIO
Sobre la
masonería se ha escrito mucho, pero no siempre con el rigor con el que lo ha
hecho Fernando Vaquero Oroquieta en su último libro, La constelación masónica.
Aunque huye de las simplificaciones, deja claro que la influencia de la
ideología masónica en nuestro tiempo es abrumadora.
Su autor,
alma de la Asociación
Cultural Ruta Norte (que
difunde el legado intelectual de Pascual
Tamburri), es un escritor de valiosa bibliografía sobre
cuestiones de política nacional: desde La
ruta del odio, sobre el terrorismo, a De Navarra a Nafarroa, sobre las aspiraciones
del separatismo vasco sobre la comunidad foral, pasando por ¿Populismo en España?, sobre las nuevas
corrientes de movilización social.
Esa
capacidad analítica se hace particularmente necesaria al investigar la
historia, naturaleza y estructura las logias, donde la dinámica del
poder, protegida por el secreto, se da la mano con pretensiones
filosóficas, morales y pararreligiosas no siempre bien conocidas ni valoradas.
-¿CUÁNTOS
ASPECTOS SON NECESARIOS PARA ABORDAR LA COMPLEJA REALIDAD DE LA MASONERÍA?
-En La constelación masónica
pretendo introducir al lector en las fuentes doctrinales de la
masonería (templarismo, rosacrucismo, hermetismo, kábala, pero también
racionalismo, naturalismo…), su historia,
algo de simbolismo, el sentido de sus ritos, las bases de su “método”, sus expresiones orgánicas, asociaciones afines,
cuestiones problemáticas como las derivadas de ciertos conspiracionismos,
su presunto luciferismo, etc.
y, por supuesto, el estado actual de su relación con la Iglesia católica.
-¿HA
MERMADO LA MASONERÍA DESDE SU APOGEO EN EL SIGLO XIX?
-Este
juicio, desde una perspectiva cuantitativa, es incuestionable: el número de masones, en buena parte del mundo, es
bastante inferior al existente dos décadas atrás. Es más, su edad media
está aumentando, en general, mucho; hasta el punto de que numerosas logias
tienen serios problemas de renovación generacional. El caso de la
masonería norteamericana es paradigmático: su
número, unos dos millones hoy, se ha reducido a la mitad en apenas 60 años. En
otros espacios territoriales, caso de Europa oriental, experimenta cierto
apogeo, tras décadas de prohibición y persecución por los gobiernos
comunistas.
-¿CUÁNTOS
MASONES HAY EN ESPAÑA?
-En
España no llegarán, muy fragmentados en diversas obediencias, a los 4.000; un número, proporcionalmente a
la respectiva población, muy inferior al de sus “hermanos”
franceses, italianos o portugueses. Sufren, al igual que la Iglesia
católica en Occidente, ciertas expresiones agónicas,
caso de la venta de antiguos y gloriosos “Templos” masónicos,
que ahora son bloques de apartamentos, discotecas…
-¿TAMBIÉN
HA PERDIDO INFLUENCIA?
-Una cosa
es el impacto numérico y otra muy distinta el de sus
ideas que, en buena medida, forman parte de los valores aceptados en todo
Occidente: Estado laico,
cuando no laicista; democracia liberal con separación nominal de poderes;
ideología de los Derechos Humanos; separación absoluta Iglesia-Estado;
educación igualitaria y laica; adogmatismo; pragmatismo cotidiano; cierto
voluntarismo de orientación filantrópica; apelación a una moral universal, etc.
-¿QUÉ
PAPEL JUEGA LA MASONERÍA EN EL GRAN REINICIO QUE ALGUNOS PRETENDEN PARA EL
MUNDO?
-“El Gran Reinicio”, al menos
para mí, es ante todo, una formidable hipótesis de trabajo, una herramienta que
permite deconstruir los movimientos concretos de los
“poderes reales” en su agenda mundialista. Pero tiene enormes
riesgos que pueden arrastrar, incluso, a un conspiracionismo simplista,
demonizador a priori, de receta
mágica y tranquilizadora; pero también, inmovilizadora.
-¿NO
CREE QUE ESTÉ DEMOSTRADA ESA PRETENSIÓN?
-Hace
falta mucho más trabajo científico y periodístico, también político, que
desvele los nexos reales, los centros de poder y las
conexiones acreditadamente operativas de los hoy “todopoderosos” del mundo.
En el fondo, aquí, late una eterna cuestión: ¿las
ideas y los proyectos doctrinarios, más o menos utópicos, son previos a las
realidades humanas o viceversa? Seguramente ambos se retroalimentan,
entendemos, derivando, casi siempre, en coartadas ideológicas del desempeño
puro y duro del poder social, económico y político.
-SEA
COMO SEA, LA MASONERÍA ESTÁ PRESENTE EN ESE PROYECTO, ¿NO?
-¿Hay masones en el Foro Económico Mundial, en Davos, etc.? Seguramente, pero también hay episcopalianos, “comunistas” pro-chinos, banqueros pragmáticos y
apátridas, ateos, filántropos sin filiación alguna, etc. ¿Les une el amor a la humanidad o al dinero? No
seremos tan ingenuos como para creer que todos ellos son filántropos
desinteresados preocupados
por la suerte de cada ser humano… Pero de ahí a concluir que es un plan
cerrado, unidireccional y unívoco, me parece cuanto menos apresurado.
-¿QUÉ
LE HACE SER PRUDENTE?
-No
olvidemos, en primer lugar, a la propia naturaleza humana y
sus eternas pulsiones, que el cristianismo ilumina con la
perspectiva del “pecado original” y sus
heridas personales, sociales e históricas. En segundo lugar, el posmodernismo parece haber descartado toda utopía social, es
decir, colectiva. Aparentemente, la única utopía motor, hoy, es la del transhumanismo, de carácter
individualista.
-TAMBIÉN
SE APUNTA A ESA IDEOLOGÍA COMO GRATA A LAS LOGIAS...
-Tengo la
impresión que esta deriva filosófica, este “signo
de los tiempos”, también divide a los masones. Los hay muy
conservadores, asustados ante los riesgos del transhumanismo.
Otros están muy esperanzados, por entenderlo como un paso más en el
progreso…; otra muestra del optimismo antropológico de base ilustrada y
masónica. En todo caso, tengo la impresión de que a los todopoderosos de hoy
les va más los hoteles de lujo y las islas exclusivas, las cuentas de
resultados y las expectativas de beneficio, que las logias y los mandiles, los
ritos de impronta cabalística y remotamente cristiana, o las abstracciones
filosófico-simbólicas. Seguro que van a lo concreto, a lo práctico, hacia el
poder real, las expectativas del próximo movimiento en la OMS, Naciones unidas
o en la OPEP…
-¿LA
AGENDA 2030?
-Recuerdo
el entusiasmo y curiosidad que, en muchos medios católicos, especialmente entre
buena parte de sus ONGs, causaron los casi olvidados Objetivos de
Desarrollo del Milenio desplegados por Naciones Unidas en el año
2000; es decir, los antecedentes de los ahora llamados Objetivos de
Desarrollo Sostenible, o Agenda 2030. Ahora,
las cosas han cambiado bastante, hay menos ingenuidad y son muchas las
reservas expresadas, desde
cualificados jerarcas e intelectuales católicos, ante los objetivos
nominales y reales de dicho programa global y mundialista.
-¿QUIÉN
IMPULSA ESA AGENDA?
-Por lo
que se refiere a la masonería, según lo que he observado en general, mayormente
vía internet y en alguna conversación, estos Objetivos han sido asumidos
e interpretados por la inmensa mayoría de las logias, que los han
estudiado como un paso más hacia la “reunión de la
Gran Familia Humana”, expresión utópica de la masonería; no exenta de
ambigüedades y derivas prácticas. Pero estas pretensiones “mundialistas”, entiendo, tienen muchos padres.
La constelación masónica: uno
de los mejores estudios publicados al respecto en los últimos años.
-¿POR
EJEMPLO?
-Prácticamente
todas las “internacionales políticas”, los
centros de poder financiero, Naciones Unidas, algunas jerarquías de las grandes
religiones… Muchos de los enunciados de esos “Objetivos”
son ambiguos, otros, por el contrario, anticipan un futuro en
línea con las vulgatas filosóficas en boga en Occidente: ideología de género, lenguaje inclusivo, utopías
futuristas, mercantilización de las necesidades humanas, progresismo radical...
Me temo que muchos leen e interpretan, en los mismos, aquello que
quieren creer a priori.
-¿SE
REFIERE A LAS "GRANDES RELIGIONES" A LAS QUE ACABA DE HACER
REFERENCIA?
-Ese humanitarismo universalista -insistiré-
no es hijo exclusivo de la masonería. Corrientes del budismo, tan en modo hoy
en día, teologías católicas y protestantes de cariz “progresista”,
la ya mencionada y omnipresente filosofía radical-progresista de raíz
marxista, el neoliberalismo economicista, también comparten todos o una parte
de esos presupuestos y sus aparentemente inevitables medidas de “ingeniería social”. En cualquier caso, una cosas
son los enunciados y otra, muy distinta, las obras y frutos concretos.
-PERO
ESO ES EN AMBOS CAMPOS DE LA BATALLA...
-Claro. No
pretendo dar una visión edulcorada de la masonería, pero sí introducir los
debates conflictivos reales y las fuerzas en juego. No olvidemos,
por último, que la masonería fue un agente cualificado, un
“intelectual” orgánico, de la modernidad,
en el sentido gramsciano; desde la que se impulsa nuestra fluida,
inédita y desconcertante “posmodernidad”.
-¿POR
QUÉ HAY UNA OPOSICIÓN IRRECONCILIABLE ENTRE LA MASONERÍA Y LA RELIGIÓN
CATÓLICA?
-La masonería es, constitutivamente, adogmática; salvo en relación al puñado de principios que la
sostienen; no puede admitir dogma exterior alguno. Por su parte, el juicio
teológico y filosófico de la Iglesia católica respecto a la masonería, más allá
de fórmulas disciplinarias y reglamentaciones canónicas temporales, no se ha modificado en lo sustancial. La Iglesia siempre ha advertido que la masonería
requiere, para el desarrollo de su método -símbolos, ritos y reflexiones, es
decir, lo que llaman “trabajo masónico”-,
poner entre paréntesis sus creencias centrales y determinantes.
-PERO
ALGUNOS MASONES SE CONFIESAN CRISTIANOS...
-La
convicción de que “Cristo es el centro del Cosmos y
de la Historia”, en el contexto del trabajo masónico, tiene que ser relegada a lo más recóndito del fuero interno, sin que
pueda tener proyección social o pública alguna. Es, pues, un eje fundamental que no admite
modulación. Otras cuestiones a las que la Iglesia dio mucha importancia en su
día (caso, entre otras, por poner un ejemplo, de la virtualidad subversiva de
muchas logias), en el contexto actual y conforme a la evolución del papel de la
Iglesia en el mundo, que se concreta, entre otras muchas dimensiones, en la
desaparición de los estados confesionales católicos, actualmente son
irrelevantes.
-¿ES
FACTIBLE SUAVIZAR ESA OPOSICIÓN MASONERÍA-CATOLICISMO, COMO ALGUNOS INTENTAN EN
AMBOS BANDOS?
-Objetivamente, no parece posible “suavizar”
el eje citado; salvo
alguna renuncia por una de las partes, que la desnaturalice. No obstante, a
pesar de tantos episodios oscuros y dolorosos de la historia, siempre ha habido
interés y atracción recíproca entre algunos masones y algunos católicos.
Recordemos que un católico decisivo en la configuración del pensamiento
contrarrevolucionario, el francés Joseph de Maistre,
fue masón por un tiempo, intentando incluso imprimirle un sesgo que le ayudara
en su plan de revitalización de la Iglesia católica. Este episodio, un tanto
olvidado, ciertamente tuvo lugar hace muchos años, cuando la propia masonería
no tenía los caracteres que finalmente alcanzó.
-¿Y
MÁS RECIENTEMENTE?
-Podríamos
hablar de otros muchos casos. Más recientemente, el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la
Cultura, propuso en un artículo publicado en Il Sole 24 ore (14 de
febrero de 2016), un diálogo con «los “Queridos
Hermanos Masones” en torno a los valores comunes: “el sentido de comunidad, la beneficencia, la lucha
contra el materialismo o la defensa de la dignidad humana”».
-¿EN
QUÉ SE TRADUCEN ESOS ACERCAMIENTOS?
-Salvo
algunas declaraciones muy concretas, no se ha dado ningún paso decisivo en este
sentido. Es más, recordemos algún reciente episodio que contradice tal
posibilidad. Fue el del obispado de Córdoba que, allá por 2019, vetó un convenio de
colaboración de la logia Maimónides, de la
masonería regular (genéricamente conocida como “de
obediencia inglesa”) con una residencia de los Franciscanos de
la Cruz Blanca.
-¿NO
ES MEZCLAR AGUA Y ACEITE?
-No creo
que sea bueno hablar en términos de blanco o negro, buenos y malos. Hay muchos
matices, acaso demasiados y, ello, sin duda, puede llevar a muchos
malentendidos; tal vez radique en esta circunstancia, el ritmo y los pasos de
la jerarquía católica.
-EN
ESE SENTIDO, VIVIMOS TIEMPOS DE ACELERACIÓN...
-Si me
pregunta por el actual Papa, Francisco, realmente
no se ha movido ni un milímetro, al respecto, de los juicios
tradicionales. Ciertamente, la humanidad se enfrenta a retos desconocidos.
La Iglesia vive su tiempo, nuestro tiempo… los que vendrán. ¿Dialogar, suavizar? Hay que concretar: objetivos precisos, pero desde la identidad propia, sin
dejar nada fuera.
-¿POR
QUÉ USA EL TÉRMINO "CONSTELACIÓN" AL HABLAR DE LA MASONERÍA?
-Es un
término empleado por los propios masones. En su lenguaje y contexto se sirven
de palabras como “potencias”, “valles”, “orientes”,
“obediencias”, “filiaciones”, etc. La masonería, si bien conceptualmente
es una, ha sufrido múltiples fracciones y líneas de trabajo. Acaso la principal
fuere la de la masonería teísta, o regular, y la irregular
autodenominada liberal, de mayor influencia en la Europa mediterránea;
que se escindió de la primera en el último tercio del siglo XIX en Francia.
Pero hay otras muchas fracturas internas, interpretaciones, ritos, que
proporcionan un panorama difícil de aprehender por los profanos en la materia.
-Y
HAY QUE AÑADIR LAS ORGANIZACIONES PARAMASÓNICAS ANTES CITADAS...
-Existen numerosas organizaciones filantrópicas y humanitarias de inspiración
masónica, bien directa o indirectamente. Ahí podemos incluir a los rotarios (entre los que
hay miles de católicos), los Clubs de los Leones, el movimiento scout, la
Cruz Roja. Con ello no afirmo, ni mucho menos, que sean organizaciones
proselitistas, ni correas de transmisión orgánica de la masonería. No obstante,
en sus orígenes y desarrollo, obraron masones y sus principios
y valores se remiten, en mayor o menor medida a los ya mencionados:
construcción de la humanidad, eliminación de las divisiones religiosas o
políticas que empobrecen y ensangrientan a los hombres, espíritu de servicio,
trabajo en favor de los necesitados y los más débiles, sentido de la comunidad…
Y han encontrado, en su desarrollo, a muchas otras gentes dispuestas a
compartir naves y destino.
-¿QUÉ
PAPEL JUEGA LA MASONERÍA FUERA DEL ENTORNO CRISTIANO?
-Hay que
insistir en un aspecto: la masonería
nace, crece y se desarrolla en Occidente, es decir, en un mundo originariamente cristiano o con unos
valores que, evolucionados y desnaturalizados, “enloquecieron”,
pero que remotamente siguen siendo cristianos y que son incomprensibles
en otras latitudes. Así, por ejemplo, para la generalidad del Islam es
inaceptable hablar de Derechos Humanos; únicamente la Umma y el musulmán tienen plenos derechos. Los
Derechos Humanos son inimaginables sin la existencia del cristianismo; de
hecho, tampoco nacieron entre budistas, hinduistas o animistas...
-PERO
ESOS CONCEPTOS MASÓNICOS SON ANTITÉTICOS DE SU HIPOTÉTICA SIGNIFICACIÓN
CRISTIANA...
-Evidentemente,
para un católico confesional, o para un masón consciente, tienen significados y
aplicaciones diferentes, no en vano la base es muy distinta: para los primeros el origen es Dios; para los segundos
son un fruto de la naturaleza, de la razón y del progreso humano.
-¿CUÁL
ES EL PRINCIPIO COMÚN QUE UNE A LA MASONERÍA Y EL UNIVERSO PARAMASÓNICO?
-Sin
duda: el cultivo de una moral individual y, en su
expresión social, de alcance universal. En términos masónicos
se llama “construcción de la humanidad”, en
modalidad filantrópica -no confesional masónica, por entendernos-, a lo que
pudiera ser la lucha por la igualdad, la libertad y la fraternidad en su
múltiples dimensiones. Esa es la teoría; la práctica es la acción filantrópica,
con su inevitable toma de partido de carácter político, económico y cultural.
-¿ESTAMOS
HABLANDO DE UN PRINCIPIO EN CIERTO MODO RELIGIOSO, A PESAR DEL CARÁCTER
PRESUNTAMENTE RACIONALISTA DE LA MASONERÍA?
-La
masonería, además de ser un club social y una escuela de moralidad, es ante
todo una “escuela iniciática” y progresiva;
pero entre los propios masones, y sus respectivas “tradiciones”,
no hay unanimidad acerca de sus contenidos, más allá de las genéricas
formulaciones de sus estatutos y reglamentos. Concretamente, la masonería niega
un carácter religioso, pero algunos masones hablan de “verdadera
religión”; si bien no en el sentido de “religión
positiva”, ni mucho menos revelada.
-UNA
RELIGIÓN SIN DOGMAS...
-En
realidad el método que sigue no impone, apenas, conclusiones comunes: cada masón debe hacer su “trabajo” para mejorar como
hombre y al servicio de la humanidad. De ahí que cada masón tenga su propia
definición de la masonería,
del significado de la misma en su vida, del valor, contenido, sentido y
consecuencias de los ritos que siga, etc.
-¿Y
POR QUÉ TANTOS RITUALES Y TANTA SIMBOLOGÍA?
-Realmente,
sus ritos están muy estudiados, en absoluto casuales, pero salvo algunos
elementos comunes, su desarrollo no tiene más de trescientos años. Ciertamente,
para algunos masones, esta ritualística opera a modo de “religión
de sustitución”, y, estoy
seguro, a muchos de ellos proporciona un sentido a la vida, consuelo ante las
dificultades, estímulo en sus compromisos y su vida familiar y profesional.
Obviamente, esos masones se sentarán en las logias con otros muchos,
seguramente muchos más, indiferentes a la trascendencia, más interesados en los contactos sociales, la persecución del poder (dentro y fuera y de la orden), el aprendizaje de
una siempre chocante y paradójica “tradición” o
cualquier otro interés mundano.
-¿CABE
TODO EN ESA MORAL?
-La
masonería es muy humana; en lo bueno y en lo malo. No es necesaria la
concurrencia de fuerza externa “oculta” para
comprender su naturaleza, objetivos y potencial. Pero, para ello, hay que
profundizar un poco y huir de las categorías facilonas.
-¿Y
VELAN REALMENTE POR UN MISTERIO QUE NADIE CONOCE?
-¿Misterios, o secretos, por desvelar? Están
publicados todos sus rituales y textos históricos y doctrinarios; actas,
memorias, investigaciones históricas... con todo, es necesaria una mayor
investigación científica y rigurosa que deconstruya
los
mitos masónicos, sus relaciones con el poder, sus tratos con determinados
poderosos (la familia real británica, por ejemplo, pero
también con determinadas compañías mercantiles, etc.).
-ESA
OPACIDAD ALIENTA LA CREENCIA EN EL PODER DE ESAS REDES...
-Hay una
tendencia a atribuir cualquier desastre, en el que asume un masón, a toda la
masonería. Al contrario, otros le atribuyen toda conquista amable y positiva de
la humanidad. Sería bueno diferenciar “acción de
los masones”, a título individual pero también de determinados grupos
más o menos numerosos, de la “masonería” como
institución; pues, en caso contrario, ¿cómo
comprender, por ejemplo, que en la guerra de independencia de Estados Unidos
hubiera masones por igual en ambos lados? La masonería, ¿buscaba sostener el poder de la corona británica o, por
el contrario, quería entregar la soberanía a los norteamericanos? En
realidad, ambas pretensiones son por completo masónicas. ¿No es una de las tendencias filosóficas de la modernidad
la conciliación de los extremos?
-¿CUÁL
ES EL SECRETO QUE GUARDAN LOS MASONES?
-Hay un
ilustre masón que dice: “El secreto de la masonería
es que no existe secreto”. Como tantas afirmaciones, si bien es
divertida, es una simplificación. Pero, entiendo, va bien orientada. En
definitiva: hace falta librarse de prejuicios y
mucha más investigación histórico-científica. Y cuánto más crítica y
deconstructiva sea, mejor.
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