martes, 31 de marzo de 2020

PAPA FRANCISCO: EN LA CRUZ, JESÚS “SE HIZO PECADO POR NOSOTROS”


Jesús, en la Cruz, “se hizo pecado por nosotros. No pecó: se hizo pecado”. Así lo señaló el Papa Francisco durante la Misa celebrada este martes 31 de marzo en Casa Santa Marta.
El Pontífice, en su homilía, estableció un paralelismo entre la Cruz de Cristo y la serpiente de bronce que Dios mandó a Moisés fabricar y levantar sobre un mástil para que aquellos que habían sido mordidos por las serpientes durante la huida del pueblo de Israel por el desierto, se curaran.
El Papa explicó que la serpiente es un símbolo del diablo: “precisamente, es el animal que emplea el diablo para inducir al pecado”.
El pueblo de Israel, cansado de vagar por el desierto en busca de la tierra prometida, se alzó contra Moisés: “¿Por qué nos habéis subido de Egipto para morir en el desierto? Pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable”. Una vez, más, el pueblo siente nostalgia de la esclavitud en Egipto.
Ante esa actitud de los israelitas, Dios se enfadó y “mandó contra el pueblo serpientes abrasadoras y a quienes mordían, morían”.
El Papa subrayo que la serpiente es siempre la imagen del mal, y de esa manera, “el pueblo vio en la serpiente el pecado, aquello que ha hecho mal”. Entonces, “acude a Moisés y dice: ‘Hemos pecado porque hemos hablado contra el Señor y contra ti. Suplica al Señor que aleje de nosotros a estas serpientes”.
A continuación, Moisés rezó a Dios y Dios le dijo a Moisés que alzara una serpiente de bronce para que todos los heridos, al mirarla, se curaran.
El Papa Francisco planteó la cuestión de que, tal vez alguno, pueda pensar que en esta historia hay idolatría: “está la serpiente, un ídolo que me da salud… No se entiende”.
“Es lógico que no se entienda, porque se trata de una profecía, es el anuncia de lo que sucederá. Porque hemos escuchado también como profecía cercana, en el Evangelio: “Cuando hayáis alzado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta”.
Francisco insistió en el paralelismo: “Jesús alzado sobre la Cruz. Moisés hace una serpiente y la alza. Jesús será alzado, como la serpiente, para dar salvación”.
Sin embargo, el nudo de la profecía es, precisamente, que “Jesús se hizo pecado por nosotros. No pecó: se hizo pecado”.
“Y cuando miramos el crucifijo pensamos en el Señor que sufre: todo eso es cierto. Pero nos detenemos antes de llegar al centro de esa verdad: en este momento, tú pareces el más grande pecador, te has hecho pecado. Ha tomado sobre si nuestros pecados, se ha aniquilado hasta ahora”.
“La Cruz, es cierto, es un suplicio, está la venganza de los doctores de la Ley, de aquellos que no querían a Jesús: todo eso es cierto. Pero la verdad que viene de Dios es que Él vino al mundo para asumir nuestros pecados sobre él mismo hasta el punto de hacerse pecado. Todo pecado. Nuestros pecados están ahí”.
El Papa finalizó su homilía invitando a “habituarnos a mirar el crucifijo bajo esta luz, que es la más verdadera, es la luz de la redención”.
Redacción ACI Prensa

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