martes, 31 de marzo de 2020

ENSAYOS HOSPITALARIOS DE NUEVOS MÉTODOS PARA SACAR EL CORONAVIRUS DE DENTRO DEL CUERPO


He subido un nuevo sermón a mi canal, unas palabras sobre el coronavirus. En el vídeo, que os pongo abajo, podéis ver el altarcito que he preparado en mi casa para celebrar la misa. Pedí permiso a la diócesis porque, estando en fase contagiosa, no podía ir a la parroquia donde concelebraba. Como voy a tener que estar aislado dos semanas, me dieron el permiso sin problema; cosa que agradezco.

Compré esos candelabros porque estaba seguro de que, antes o después, en alguna situación de emergencia sería necesario celebrar la misa en casa. No pensé que dos años después de comprarlos los iba a tener que usar.

Yo nunca he comprado una casulla para mí mismo. Siempre he usado las que había en las parroquias. Os resultará paradójico, yo que siempre he hablado tanto aquí de ornamentos litúrgicos, nunca he comprado ninguna casulla, alba o capa pluvial para ninguna de mis parroquias o capillas.

Sí, el que lea mis posts pensará que tendría que ser de otra manera, pero lo cierto es que en veinticinco años ni una. Pero hace años sí que encargué con una tela muy bonita que me hicieran las marías de los sagrarios una casulla. La idea que tenía en mente al hacer la casulla era una que sería un poco largo explicarla. En realidad, era para donarla para otro lugar. Pero, al final, no salió como yo quise, para nada, salió mucho más fea, y se quedó guardada en mi casa. Menos mal, porque así estoy provisto de todo. Lo único que no tengo es patena.

Me ha llamado la atención los varios evangélicos que han escrito comentarios diciéndome que les han gustado mis sermones sobre el coronavirus.

Hablando del coronavirus, me encuentro bien. Llevo una semana con diarrea y con fiebre continua. Pero ahora mismo solo tengo medio grado de fiebre, la bajada se mantiene. Respiro bien. He acabado de leer (por segunda vez) El amante de Marguerite Duras. He disfrutado más esta novelita tan corta esta segunda vez. Esto es literatura en estado puro, de la mejor calidad. Estoy acabando de ver La favorita del griego Yorgos Lanthimos. Hacía muchos años, que no veía una película tan magistral. No exagero, es una de las grandes obras del 7º arte del siglo XXI.

P. FORTEA

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