jueves, 30 de abril de 2020

¿ES PECADO HACERSE TATUAJES O PONERSE PIERCINGS?


Un cristiano católico debe reflexionar las cosas antes de llevarlas a cabo.

Por: P. Modesto Lule msp | Fuente: ModestoLule.com
El tatuaje no es una práctica moderna. En Egipto y Libia se han encontrado momias con tatuajes que datan de cientos de años antes de Cristo, y lo mismo ha sucedido en Sudamérica. Muchas de las imágenes que dichas momias tienen grabadas están directamente relacionadas con la adoración de dioses paganos. El investigador Steve Gilbert señala: “El tatuaje no abstracto más antiguo que se conoce representa a Bes, que según la mitología egipcia es la lasciva deidad de la diversión”. Los adoradores paganos, como por ejemplo los egipcios, se tatuaban los nombres o los símbolos de sus dioses en el pecho o en los brazos. Ante estos casos en el pasado algunos me preguntan: ¿Es pecado hacerse tatuajes?

En la Biblia, en el Antiguo Testamento, Dios prohibía a su pueblo hacerse tatuajes: «No se hagan heridas en el cuerpo por causa de un muerto. No se hagan ninguna clase de tatuaje. Yo soy el Señor». (Lev. 19, 28) También podemos decir que prohibía hacerse heridas: «Ustedes son los hijos del Señor su Dios. No se hagan heridas en el cuerpo». (Deut. 14, 1) Con estos versículos podemos preguntarnos si es pecado ponerse aretes en el cuerpo de forma exagerada o hacerse cortes en la piel con la mera intención de llamar la atención. Pero antes de responder si es pecado o no, analicemos un poco más estos casos.

El tatuaje fue redescubierto por los europeos cuando entraron en contacto con los indios americanos y polinesios en la época de las grandes exploraciones. La misma palabra tatuaje (tattoo) fue introducida en la lengua inglesa y en otras europeas provenientes de Tahiti, donde fue recogido por la expedición de James Cook en 1769. Con el paso del tiempo y el aumento de personas tatuadas, tanto Indios y polinesios, y más tarde europeos en el extranjero, atrajeron mucho interés en exhibiciones, ferias y circos de Europa y Estados Unidos, durante los siglos XVIII y XIX.

El primer implemento eléctrico para tatuar fue patentado en los Estados Unidos en 1891. Los Estados Unidos se convirtieron en un centro de influencia en tatuajes. Y no es algo solamente de aquel tiempo, consideramos que en la actualidad siguen con el mismo perfil.

Ante la pregunta de si es pecado tatuarse o ponerse aretes por todas partes, respondemos que no es pecado. Nadie hasta el momento me ha llegado confesando ese pecado. Pero un cristiano católico debe reflexionar las cosas antes de llevarlas a cabo. En este caso se deben considerar algunas cosas, como por ejemplo la salud. Deben tener en cuenta que pueden contagiarse de enfermedades como el SIDA y el Hepatitis C. Esta última fue la causa por la que en Estados Unidos de Norteamérica prohibieron hacerse tatuajes allá en el 1961 por el brote de esta enfermedad propagada por la poca higiene al hacerse los tatuajes. Otra cosa que debe tener en cuenta un cristiano, es que no debemos marcarnos con imágenes que ofendan a los demás ni con aquello que contradiga nuestra religión. Muchos pueden decirse católicos y marcarse con imágenes de mujeres semidesnudas o con consignas groseras, satánicas y todo aquello que ofende la religión. El otro motivo es el verse impedidos por cierto tiempo de donar sangre. Muchas veces donando sangre podemos salvar una vida pero al estar tatuados nos vemos imposibilitados para esto ya sea por la contaminación que al tinta provoca en la sangre o también por contagiarse de alguna enfermedad.

Una de las cosas muy personales por las cuales yo les cuestionaría sería: ¿por qué te quieres tatuar? ¿Es vanidad? ¿Cuánto vas a gastar en dicho tatuaje, ese dinero no lo puedes usar para algo más productivo? O ¿quieres llamar la atención de otros? Porque al final, eso a mi modo de ver, sería la única intención de hacerse un tatuaje: Sólo por llamar la atención de otros. La persona no se siente contenta con su cuerpo, con su imagen y busca ponerse algo para sentirse realizado. Pareciera ser que no somos felices con lo que somos o tenemos. Pareciera ser entonces que no nos sentimos amados por los demás, nos sentimos rechazados. Creo que debemos analizar muy bien las cosas antes de hacerlas. Como cristiano católico debemos buscar vivir nuestra religión en todos los aspectos, y recordar que nuestro cuerpo es un regalo de Dios y corresponde cuidarlo y amarlo, no maltratarlo.

En la Biblia encontramos: «¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, porque Dios los ha comprado. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo». (1 Cor. 6, 19-20)

Dios nos ama con tatuajes o sin tatuajes, eso no se duda. Pero tratemos de reflexionar nuestras acciones antes de hacerlas para que siempre por medio de ellas demos un buen testimonio del nombre cristiano. No solamente con la predicación se anuncia a Cristo, también con nuestras actitudes damos razón del Evangelio. Que de hoy en adelante tus actitudes correspondan siempre a la de un hijo de Dios. Si ya tienes tatuajes, pues no hay más que cargarlos, pero si no tienes, mejor piensa bien las cosas. No recomiendes a otros a hacerlos. Hazles reflexionar para que no lo hagan.

SPERLINGS Y TATUAJES

¿Son lícitos? Hay que saber discernir el significado profundo que tienen porque en sí mismos no son buenos ni malos.

Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
Los sperlings son objetos metálicos que atraviesan el cuerpo humano y tienen diversos significados para los jóvenes hoy día.

¿ES LÍCITO UTILIZARLOS SIN CONNOTACIONES DE TIPO SEXUAL O ESOTÉRICO? ¿Y LOS TATUAJES?


En el caso de los sperlings, como en otras muchas cosas, hay que saber discernir el significado profundo que tienen porque en sí mismos no son buenos ni malos. Tú sabes, por ejemplo, que el arete en la oreja era antiguamente el símbolo de los marineros que cruzaban el Cabo de Hornos.

Hoy, puede ser que haya gente que se los ponga simplemente porque les gusta, porque aparecen más bellos ante los demás o porque está de moda, y esto en sí mismo no tiene ninguna connotación moral negativa. La maldad comienza cuando el ponérselos se convierte en una forma de expresar rebeldía o agresividad, o cuando se convierten en símbolos de sectas o de grupos de música que cantan contenidos inmorales. Entonces son inmorales no por el objeto en sí mismo, sino por el significado que se le da.

Los sperlings no son en sí buenos o malos. La maldad o bondad está en el por
qué los usan, en lo que se quiere expresar con ellos, en la intención que se tiene al ponérselos. Se puede objetar el hecho de que es una estética que, como los tatuajes, produce daño al cuerpo y en ese sentido no es moral. El respeto cristiano por la persona humana nos debe llevar también al respeto del cuerpo y a la ponderación y equilibrio mesurado en su ornamentación. Además, los sperlings y los tatuajes muchas veces se sitúan más allá de la línea de la prudente y discreta moderación en el adorno personal y en este caso, sin ser amorales, tampoco serían elementos muy propios de la cultura cristiana.

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