lunes, 22 de noviembre de 2010

PUEBLO JOVEN - MEDALLA MILAGROSA


Preparándose para el día.

Ayer visité nuevamente, como desde hace varios años, y a pedido de la mayordoma de turno, para hacer una paraliturgia (Misa sin comunión, porque no puedo consagrar el pan ni el vino) el asentamiento humano (un cerro) Medalla Milagrosa. Un lugar donde no tienen ni agua ni desagüe, donde para hacer sus necesidades tienen huecos en el cerro. Donde no hay cura que vaya a hacer una Misa, ya que no queda cerca de ninguna ciudad. Queda cerca de uno de los más grandes penales de Lima, donde trabajan la mayoría de las personas de ese asentamiento vendiendo comida, jabón, crema dental, etc, a los familiares de los presos.

Ellos se preparan una semana antes de su Fiesta Principal. Castillos y fuegos artificiales - que no son nada baratos - se imponen. Juntan durante todo el año para alabar a nuestra madre del Cielo.

Dentro de su pobreza, lo que más me impactó, es cómo se saben las canciones a su Patrona la Virgen María, en la advocación de La Medalla Milagrosa – nombre de su sitio.

Este domingo, sólo me acompañó una hermana de nuestro grupo, a la cual recibieron diciéndole que estaba muy bonita. Por supuesto que ella sacaba pecho orgullosa. Los que no pudieron acompañarme se perdieron una humilde pero gran fiesta a nuestra Madre del Cielo.

Una señora, después de la paraliturgia, tomó el micro y empezó a cantar alabanzas a María Santísima... canciones que ni la hermana que me acompañaba, ni yo, sabíamos la letra.... ¡qué vergüenza!... pero todos sí la sabían y cantaban... y así uno cree que está preparado para llevar la Palabra de Dios.

Creo que Dios, Nuestro Señor, a través de su Madre, nos dio un mensaje con el puño cerrado, que nos dolió hasta el tuétano.... ¡qué vergüenza!

Para el próximo año, prometo prepararme mejor, y no subestimar nunca más, a los humildes de corazón... al menos, tratamos de cumplir... nos invitaron almuerzo... estaba riquísimo... nunca he visto en ninguna iglesia que la limosna fuera tan opolulenta... no habían céntimos... habían enteros. Los pobres dan más limosna que los ricos, ya lo dijo Nuestro Señor cuando habló de la viuda pobre, aunque eso fue algo simbólico.... ayer fue real.

Grupo Católico de Oración por los Enfermos “Sí Señor

José Miguel Pajares Clausen
21 de noviembre 2010

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