jueves, 28 de noviembre de 2019

EL P. BOCHANSKI RECIBE LA CRUZ PRO ECCLESIA ET PONTÍFICE POR AYUDAR A LOS CATÓLICOS HOMOSEXUALES A VIVIR EN CASTIDAD


Director de Courage
El Vaticano ha anunciado la concesión al sacerdote Phillip Bochanski de la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice, una condecoración que se otorga a los católicos que destacan por su largo y distinguido servicio a la Iglesia. El P. Bochanski está volcado en la atención pastoral de homosexuales, ayudándoles a mantenerse castos.
(InfoCatólica) El P. Bochanski es director de Courage, una ministerio enfocado en acompañar y dar apoyo pastoral a las personas homosexuales para que puedan vivir por gracia en castidad. También se presta apoyo a sus familias.
Desde el Twitter de Courage se ha manifestado la satisfacción de la organización por el reconocimiento que ha recibido su fundador y director:
Por su parte, el sacerdote condecorado ha asegurado que su trabajo con Courage ha transformado su vida y su sacerdocio, y ha dicho que espera «que toda la familia Courage vea este honor concedido por el Pontífice  como el reconocimiento de su compromiso a favor de decir la verdad en la caridad, que siempre está al servicio de la Iglesia y su misión».
En declaraciones a CNA. el P. Bochanski ha constatado que existe «una gran oposición a las enseñanzas de la Iglesia por parte del mundo secular y, en los últimos años, parece que no siempre está claro que en la Iglesia todos reconozcan y acepten la bondad de sus enseñanzas».
El presbítero asegura que aquellos homosexuales que aceptan su ministerio se sienten verdaderamente liberados al abrazar las enseñanzas de la Iglesia.
La condecoración le será entregada por Mons. Charles Chaput, arzobispo de Fidalelfia que no solo defiende la doctrina católica sobre la homosexualidad y el acompañamiento de las personas homosexuales, sino que también advierte contra las falsas enseñanzas del sacerdote James Martin, y de los obispos que le apoyan, que se dedica a decir a los homosexuales que pueden mantener relaciones con parejas de su mismo sexo, contraviniendo la doctrina y moral católicas.
La doctrina católica sombre la homosexualidad y las relaciones homosexuales está claramente explicada en el Catecismo:
2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.

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