miércoles, 28 de agosto de 2013

TIEMPOS PAPALES

Todo aggiornamento parece siempre una traición. Se haga como se haga el aggionarmento, siempre parecerá una traición. Pero yo mismo que amo la tradición, reconozco que el ceremonial tiene una tendencia a la acumulación y a la expansión. Llega, inevitablemente, el momento en que es necesaria la poda.

Con la excusa de valorar la parte humana de la inculturación, la sedimentación de tradiciones humanas acabaría por asfixiar la médula viva del árbol.

Las tradiciones ceremoniales, los protocolos palatinos, son algo bueno en sí. Pero ese bosque humano puede volverse un obstáculo alrededor del Árbol de la Vida. Todo depende de la cantidad, de la medida, del sentido común.

Tan necio resulta despreciar las tradiciones humanas que recubren nuestra fe, como no estar dispuesto a una cierta purificación de ellas. Ni la iconoclastia, ni un mundo de chambelanes. Si a una sucesión de Píos XII no siguiera una sucesión de Juanes XXIII, las capas de nieve protocolaria cubrirían todo.

Esto no significa que en todas partes haya que decretar un término medio. Puede haber lugares donde andar a la pata ancha, y otro lugar muy concreto donde se cultive como en un invernadero las orquídeas.

PUBLICADO POR PADRE FORTEA

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