El Santuario de las Apariciones de la Virgen de Fátima en Pontevedra (España) está en estado ruinoso. El lugar donde se llama a la devoción reparadora de los cinco primeros sábados de mes, necesita una obra de reconstrucción urgente para evitar su desaparición.
“Es una pena que un lugar tan especial esté en esta
situación”, explica el P. Luis Manuel Romero,
delegado de la Conferencia Episcopal Española (CEE) para el Santuario de las
Apariciones de Pontevedra.
Respecto de la cubierta principal, los arquitectos que han diseñado el proyecto de
rehabilitación del santuario aseguran
que “la madera presenta ataque de hongos y
pudrición debido a la humedad y las filtraciones de agua” por lo que “hay que cambiar la estructura y asegurar la impermeabilización”.
Además, en una subcubierta, “los apoyos en los muros de piedra se
encuentran deteriorados”. Este es el motivo por el que “llovía
dentro del santuario”, lamenta el sacerdote.
Para hacer frente a esta situación, la CEE ha adquirido la propiedad
del lugar, hasta hace un año en manos de la asociación del Apostolado Mundial
de Fátima en España.
Según detalla a ACI Prensa el P. Romero, se espera que la primera fase
de los trabajos de restauración “esté concluida en
octubre”. Estoy incluye lo más urgente, que es “poner
la cubierta nueva y reformar la planta donde está la celda de las
apariciones”.
“Allí se construirá una capilla más amplia” que la existente, que incluirá la celda donde se podrá venerar el lugar
exacto donde el 10 de diciembre de 1925 se apareció la Virgen María con el Niño
Jesús a sor Lucía.
NECESIDAD DE FINANCIACIÓN
El proyecto de reparación tiene un coste estimado de cerca de 900
mil dólares, de los cuales sólo se han recaudado unos 200 mil, cantidad que no logra cubrir ni siquiera la
primera fase de las obras. A esto hay que añadir otros 200 mil dólares
aproximadamente, correspondientes a impuestos que no estaban previstos en el
primer cálculo.
Según ha podido conocer ACI Prensa, en caso de no lograrse financiación
para esta primera fase, se parará el proyecto.
En la actualidad, se trabaja en lograr acuerdos con diversas
fundaciones, así como con instituciones públicas como el gobierno regional de
Galicia, pero también se cuenta con el apoyo de benefactores a título
particular.
Las aportaciones voluntarias se están recogiendo de manera mayoritaria a
través de un sitio web dedicado al micromecenazgo a favor del santuario de
Pontevedra, www.santuariodelaspariciones.org,
puesto en marcha por un grupo de laicos impulsados por el P. Javier Siegrist,
párroco del Santo Cristo de la Misericordia (Boadilla del Monte, Diócesis de
Getafe, España).
DE CÓMO LA NIÑA LUCÍA
LLEGÓ DE INCÓGNITO A ESPAÑA
El mensaje de Fátima fue revelado a través de diversas apariciones, la
mayoría de ellas en Portugal. Pero no todas.
Primero, se apareció el ángel en Ajustrel (Portugal), tres veces en
1916. Después, la Virgen visitó a los videntes Francisco, Jacinta y Lucía en
Cova de Iria y Valinhos, entre mayo y octubre de 1917.
Fue en la aparición del 13 de julio de 1917 cuando les fue confiada la
devoción reparadora de los cinco primeros sábados de mes.
Tras la muerte de Francisco en 1919 y Jacinta en 1920, Lucía quedó bajo la protección del obispo.
Ya la Virgen le había anunciado que sobreviviría a la muerte de sus primos “algún tiempo más” para ser instrumento del
Señor.
“Jesús quiere servirse de ti para hacerme conocer y
amar. él quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón”, le dijo la Virgen en 1917.
Todo esto quedó bajo el secreto hasta unos años
después.
El obispo dispuso que Lucía fuera a estudiar al colegio de las Doroteas
en Oporto bajo el pseudónimo de Dolores. Al cumplir los 18 años, sintió la vocación
carmelitana, pero las monjas la convencieron para que fuera a su noviciado a
Tuy, cerca de Pontevedra (España).
El noviciado de las Doroteas estaba en España debido a las normas
laicistas imperantes en la época en Portugal.
Allí descubrieron que no tenía el certificado de escolaridad, pues
haberse examinado en Oporto habría supuesto desvelar su identidad. Así que no
pudieron admitirla para formarse como maestra.
Esta es la razón por la que fue enviada a Pontevedra como coadjutora
para encargarse de tareas manuales. La vocación de monja carmelita de Sor Lucía
parecía un sueño lejano entonces. Fue en ese momento de desolación cuando la
Virgen se le apareció con el Niño Jesús.
APARICIÓN EN PONTEVEDRA
Era el 10 de diciembre de 1925 y la celda de Sor Lucía se iluminó.
“Nuestra Señora, como queriéndome infundir coraje,
me pone dulcemente su mano maternal en el hombro derecho, mostrándome al mismo
tiempo Su Corazón Inmaculado que trae en la otra mano, rodeado de espinas”, describe la propia vidente.
En ese momento, el Niño Jesús toma la palabra y se dirigió a ella en
estos términos: “Ten compasión del Corazón de tu
Madre Santísima, que está cubierto de espinas que los hombres ingratos en todo
momento le clavan, sin haber quién haga un acto de reparación para
arrancárselas”.
A continuación, la Virgen instó a Sor Lucía a revelar la devoción de los
cinco primeros sábados que ya se les había comunicado en 1917:
“Di a todos aquellos que, durante cinco meses, en
el primer sábado se confiesen, recibiendo la Sagrada Comunión, recen el rosario
y me hagan quince minutos de compañía, meditando los misterios del Rosario, con
el fin de desagraviarme, que yo prometo asistirles en la hora de la muerte con
todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas”.
Sor Lucía narra que el 15 de diciembre, “casi
ni de eso me acordaba” y que, haciendo sus tareas, se encontró con un
niño al que trató de enseñar el Ave María y al que instó a ir a una capilla
cercana a rezar una jaculatoria.
Dos meses después, en febrero de 1926, vuelve a encontrarse con el chico
y le pregunta si le ha pedido a Jesús a la Madre del Cielo, como le sugirió. El
niño se giró y le dijo: “¿Y tú has difundido por el
mundo aquello que la Madre del Cielo te pidió?”.
Sor Lucía explica que, al punto, el chiquillo se transformó “en un Niño resplandeciente”.
En el coloquio posterior, el Niño insiste en que se divulgue la devoción
de los primeros sábados porque “muchas almas los
comienzan, pero pocas los acaban” y sólo con el fin de recibir las
gracias prometidas.
“Me agradan más las que los cinco con fervor y con
el fin de desagraviar al Corazón de tu Madre del Cielo, que las que hacen los
15, tibias e indiferentes”, dijo el Niño, quien confirmó la
posibilidad de que la confesión no fuera inmediata siempre que cuando se
comulgue sea en gracia y con la intención reparadora.
Todo esto lo reveló Sor Lucía en 1927, después de acudir al Sagrario el
17 de diciembre para preguntar cómo desvelar esta devoción si formaba parte del
secreto.
Cuenta Sor Lucía que Jesús le dijo con voz clara: “Hija mía, escribe lo que te piden; y todo lo que reveló
la Santísima Virgen en la aparición en que habló esta devoción escríbelo
también. En cuanto al resto del secreto, sigue guardando silencio”.
CONSAGRACIÓN DE RUSIA
El Santuario de las Apariciones de Pontevedra custodia también el altar
donde Sor Lucía presenció una visión de la Santísima Trinidad y recibió el
mensaje en el que la Virgen pidió la Consagración de Rusia.
Dicha aparición tuvo lugar en la ciudad de Tuy el 13 de junio de 1929,
donde estaba el noviciado de las Doroteas, pero fue trasladado.
Tanto las apariciones de Pontevedra como la de Tuy forman parte de las
aprobadas por la Iglesia católica respecto al mensaje de Fátima.
POR NICOLÁS DE
CÁRDENAS | ACI Prensa
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