El Papa Francisco consagró el mundo a la protección de la Virgen de Fátima, ante unas 100 mil personas presentes en la Plaza de San Pedro el 13 de octubre del año 2013.
Esta es la oración de consagración que rezó el Santo Padre ante la
imagen original de la Virgen de Fátima que fue llevada a Roma desde su
santuario en Portugal:
Bienaventurada María Virgen de Fátima, con renovada gratitud por tu
presencia maternal unimos nuestra voz a la de todas las generaciones que te
llaman bienaventurada.
Celebramos en ti las grandes obras de Dios, que nunca se cansa de
inclinarse con misericordia hacia la humanidad, afligida por el mal y herida
por el pecado, para curarla y salvarla.
Acoge con benevolencia de Madre el acto de consagración que hoy hacemos
con confianza, ante esta imagen tuya tan querida por nosotros.
Estamos seguros de que cada uno de nosotros es precioso a tus ojos y que
nada de lo que habita en nuestros corazones es ajeno a ti.
Nos dejamos alcanzar por tu dulcísima mirada y recibimos la consoladora
caricia de tu sonrisa.
Custodia nuestra vida entre tus brazos: bendice y refuerza todo deseo de
bien; reaviva y alimenta la fe; sostiene e ilumina la esperanza; suscita y
anima la caridad; guíanos a todos nosotros por el camino de la santidad.
Enséñanos tú mismo amor de predilección por los pequeños y los pobres, por
los excluidos y los que sufren, por los pecadores y los extraviados de corazón:
congrega a todos bajo tu protección y entrégalos a todos a tu dilecto Hijo, el
Señor nuestro Jesús. Amén.
REDACCIÓN ACI
PRENSA

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