Padre Federico,
¡¡Buenos días!! Esta
mañana estaba tempranito en el Sagrario y sentí el impulso de leer algo tuyo,
así que busqué en el teléfono… doy gracias a Dios. Leí en infocatólica,
verdaderamente un regalo. El Espíritu Santo está vivo y nos empuja para que
caminemos en la Verdad… ¡¡a la luz de la Fé!! Yo siempre pido al Señor
discernimiento, pido con todo el corazón por los tiempos que corren.
En intimidad del Señor te
cuento que hace un año en una casa de ejercicios entraron el fin de semana un
grupo de budistas para hacer un retiro… quiso Dios que yo después de estarme un
ratito en el Sagrario cruzara por un salón para ir al jardín donde me gusta
rezar a un corazón de Jesús que hay ahí. Y así me encontré en el salón una
estatua de Buda, libros para comprar, carteles en la pared… y a mí me temblaban
las piernas! Yo pensaba… ¿¿ay Dios mío, esto qué
es?? ¡¡Esto es adorar ídolos en la propia casa de Dios!! Hice fotos y se
las mandé a mi confesor, a otro sacerdote lleno de celo, a uno que celebraba
también las Misas allí en la casa de ejercicios. Inocentemente le dije: ¡¡¡Padre!!! ¡¡Mire qué me he encontrado aquí!! Y
rápidamente me dijo que quién era yo para entrar allí… ¡y que borrara
inmediatamente esas fotos! (Verdaderamente el Señor es quien me empujó a entrar
en ese salón para sacar a la luz aquello que está oculto. Yo siempre le pido
que ponga luz en mi camino, pero me llené de miedo con el mensaje del
sacerdote, me asusté.)
Mi confesor me llenó de paz y
sin yo saberlo estos sacerdotes santos lo pusieron en conocimiento del Obispo
quien mandó una carta al superior de la casa mostrando su inconformidad. ¡¡Gloria a Dios!!
Hace dos semanas no sólo ha
vuelto a ocurrir, sino que el propio sacerdote que celebraba la Misa avisó para
que no nos escandalizáramos al ver un grupo de budistas que iban a entrar en la
casa ese fin de semana; y explicó que ellos quieren sacar lo mejor del ser
humano, que el Papa anima al acercamiento de las religiones y ¡no sé que cosas más!
Yo me puse a llorar en mi
banco, porque ¡¡Jesús está vivo!! Y yo lo sé
porque lo vivo y le amo con todo mi corazón y me da tristeza que dentro de la
Iglesia intenten confundir a los cristianos.
Ya el año pasado, como tenía
el corazón lleno de temor, el Señor me empujó a leer a Elías; quiero decir que
en lo profundo de mi interior sonaba (sin voz claro): “Elías, Elías,
Elías”…
Y yo en la Biblia no sabía ni
donde buscarlo… ¡no lo encontraba Padre!
Pero así leí todo lo de la
adoración a otros dioses… y me llené de paz, ¡Gracias
Señor!
Esta vez he hablado con el
vicario del Obispo para que sepa el asunto.
Pero el otro día me confesé
con un sacerdote y es una pena comprobar que no ve que eso esté tan mal.
El Señor permite que yo vea
estas cosas para que conozca todo lo que hay... eso está claro.
¡¡Y muchos
sacerdotes se asustan del lenguaje del Espíritu Santo!! ¡¡Qué pena!!! Y ponen caras de susto. Me
creo yo que todos son unos locos enamorados de Jesús y no es así… ¡quiera Dios llenar de locura de amor todos los corazones
de los hombres!
Padre, yo soy muy torpe pero ¡¡¡quiero amar siempre al Señor y siempre más!!! ¡¡Y
trabajar para Él!! ¡¡Todo para Él!!
Yo le escribo todo esto no sé
por qué… pero si no lo hago no me quedo tranquila.
(Todo en intimidad del Señor,
padre, como si me confesara contigo ahora mismo)
Un poco largo el mensaje,
perdona.
¡¡¡Que
haga el Señor de ti un nuevo San Francisco Javier!!!
¡Bendito sea Jesucristo, el Señor, Dios verdadero!
Padre Federico
Por Martina (España).
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