Guía para percibir
si estamos ante un fariseo (o si somos fariseos...)
Por: Saúl Castiblanco | Fuente: es.gaudiumpress.org
"Ese es un fariseo" o
"no sea fariseo": son expresiones que
todos hemos escuchado, y que tienen ‘sabor', que muerden, mucho más si se
ajustan a la realidad de quien así es invectivado.
¿PERO QUÉ EN RESUMEN
ES SER FARISEO?
Intentemos dilucidar la cuestión de la mano de Mons. Juan Clá, EP, quien
en su espléndida obra Lo inédito sobre los Evangelios profundiza en ella.
Primero recordemos que Jesús los llega a calificar como hijos del
diablo. ¿Y quién era el diablo? "Era
homicida", "no hay verdad en él", "dice la mentira" y
es "padre de la mentira" (Cfr. Jn
8, 43-47).
Los fariseos crearon una religión especial para sí,
rechazando la que le había sido revelada al pueblo judío: "Los
fariseos habían reducido la religión a una escrupulosa observancia de micro
preceptos, en detrimento de la práctica de la verdadera ley: ‘Ay de vosotros,
escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del anís y
del comino, y descuidáis lo más grave de la Ley: la justicia, la misericordia y
la fidelidad' " (1).
Les gusta la publicidad a los fariseos, les gustan
los lugares bien visibles: "Todo lo
que hacen es para que los vea la gente; alargan las filacterias y agrandan las
orlas del manto" (Mt 23, 5). Les gusta que les echen incienso, que les tributen honras: "Les gustan los primeros puestos en los banquetes y
los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas
y que la gente los llame rabbí" (Mt 23, 6-7). Pero estas honras
no corresponden a su verdadera virtud, pues son sepulcros blanqueados, son
vasos que parecen limpios por fuera y son sucios por dentro.
Los fariseos no viven verdaderamente para el Señor, "pues por ser ególatras y, por tanto, por haber dado
la espalda a Dios, abusaban de los poderes espirituales" (2) "Sé que el amor de Dios no está en vosotros",
les dice Jesús. (Jn 5, 42). "Solo se
interesaban por su propia gloria terrena", recalca Mons. Juan. (3)
Son mundanos, en el sentido de que "desean
captar la simpatía popular"
4, y "tienen un gusto vanidoso y sin amor a Dios de ir
atrás de las buenas posiciones. En el fondo, está [Jesús] condenando [en ellos]
el mundanismo, defecto característico de aquellos que hacen de los bienes de
esta tierra el fin último de sus acciones". 5
Jesús no condena en los fariseos "los
saludos en público, ni siquiera el título de ‘rabbí' - maestro",
sino "únicamente el vicio de querer colocarse
en el centro de las atenciones de todos". 6 Ellos se
consideran "la fuente de la verdad", no Dios. "Además, se adoraban a
sí mismos y se consideraban los que gestaban a los otros en las vías de la
perfección, debido al concepto equivocado de autoestima del que estaban
embebidos". 6 Eran ellos y no Dios el que creaba la virtud en los
otros.
"¿Habrá católicos que demuestren una esmerada
y escrupulosa conciencia a propósito de un determinado mandamiento y, por otro
lado, un gran relativismo en materias más graves (cf. Mt 23, 24)? O incluso,
¿los que fácilmente se escandalizan con banalidades y a continuación emiten un
juicio temerario y malicioso, descuidando la justicia, la misericordia y la
lealtad (cf. Mt 23, 23)? O bien, ¿los que manifiestan desprecio por los otros,
como si fuesen peores que ellos mismos (cf. Lc 7, 36-50; 18, 9-14)?". 7 Preguntas relevantes.
Es el fariseísmo "la suma de todos los
pecados", 8 por tanto, algo muy grave a evitar. Examinemos primero nuestra propia
conciencia al respecto.
_____________________________________________________
1 Mons. Joao Clá, EP. Lo inédito sobre los
Evangelios. Comentarios a los Evangelios dominicales Ciclo A - Domingos del
Tiempo Ordinario. Librería Editrice Vaticana. 2014. p. 436.
2 Ibídem. p. 427
3 Ibídem. p. 431
4 Ibídem. p. 432
5 Idem.
6 Ibídem. p. 433
7 Ibídem. p. 435
8 Idem.
2 Ibídem. p. 427
3 Ibídem. p. 431
4 Ibídem. p. 432
5 Idem.
6 Ibídem. p. 433
7 Ibídem. p. 435
8 Idem.
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