lunes, 24 de septiembre de 2018

VIDEOJUEGO MORTAL


El domingo pasado en Jacksonville, Florida, se realizaba un torneo nacional de videojuego en un restaurante de la localidad y un gamer (jugador de videojuegos) profesional asesina a 2 y hiere a 10 jugadores y al final se suicida. ¿Cómo es posible que un muchacho de 24 años haya asesinado cuando el año pasado fue el campeón de videojuegos? No sabemos el motivo por el cuál realizó los asesinatos. Lo qué sí sabemos es que David Katz se levantó del lugar donde estaba jugando y empezó a disparar, no en forma indiscriminada, sino que tenía sus objetivos muy claros: los mejores jugadores. Y al primero que mató fue al campeón de ese torneo. Uno de los jugadores, que fue herido en un pie, comentó: “David había perdido esa mañana y estaba muy enojado”.

El señor Katz ya tenía antecedentes de problemas emocionales y mentales. Fue internado dos veces en un hospital psiquiátrico y estaba siendo medicado con antidepresivos y antipsicóticos con los que trataba su esquizofrenia. Vivió un trauma muy severo en su adolescencia cuando sus padres se divorciaron.

No estoy diciendo que el videojuego haya sido la causa de su conducta violenta, porque todavía la policía no lo sabe. Sin embargo, puedo mencionar que hay una gran cantidad de estudios que indican que estar expuesto mucho tiempo a los videojuegos, sin importar su contenido, bloquean el funcionamiento del lóbulo frontal. La corteza prefrontal, se encuentra en nuestra frente, se encarga de desarrollar y dirigir las funciones ejecutivas: regular los impulsos, desarrollar conductas de mayor empatía, analizar las situaciones y ayuda a tomar las mejores decisiones, tomar conciencia de las consecuencias de las decisiones, buscar metas a largo plazo y focalizar su vida con propósitos reales y significativos, administrar las frustraciones y canalizar la voluntad y esfuerzo sin importar los fracasos; es capaz de tener flexibilidad y adaptarse a cualquier situación y problema para salir adelante. Aleksandr Lúriya, el padre ruso de la neuropsicología, definió al lóbulo frontal como “el cerebro de la civilización”. En nuestro libro: “Educando la Generación Zombi: Déficit de Inteligencia Ejecutiva” afirmamos que los videojuegos bloquean estas funciones y los impulsos empiezan a gobernar a la persona. Veo con mucha frecuencia cuando un niño o adolescente está jugando y es interrumpido por su papá reaccionan con impulsividad. Sé perfectamente que lo que detonó la violencia de David Katz fue el videojuego porque sufría trastornos de personalidad y conducta, pero si a esto se le suma el videojuego, estamos incrementando exponencialmente el riesgo que pueda ocurrir una tragedia.

El consejo no es eliminar todos los videojuegos de sus hijos sino supervisar el tiempo de exposición, contenido y especialmente, sus reacciones al estar jugando. Si su conducta cambia drásticamente es mejor reducir el tiempo de juego y promover otras actividades deportivas, sociales y artísticas. Pongamos nuestro ojo en él para que él no ponga su ojo en alguien más.

Por Jesús Amaya Guerra
www.vanguardia.com.mx
30-08-2018

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