sábado, 18 de febrero de 2023

MÓVIL EN EL COLEGIO: ¿SÍ O NO?

Llegan las 10 reglas que harán discutir.

Por: Redacción | Fuente: Family and Media

Los chicos de hoy, los llamados millenials, cada vez tienen menos en común con las generaciones precedentes. Una cosa en particular les diferencia, el móvil. Los adolescentes ya no están acostumbrados a dar un paso sin el teléfono, se ha convertido ya en su amigo más fiel. ¿Necesitan encontrar un hotel o el alma gemela? ¿Una calle o una tienda? ¡Ningún problema! Corriendo en su ayuda llega siempre la tecnología, obviamente de última generación.

Y, bajo el peso del progreso, cae también la última fortaleza: la escuela. En las estructuras dedicadas a la educación de los ciudadanos del mañana, empieza a abrirse paso la idea de usar el móvil como la goma, los lápices… los viejos adminículos del plumier. Y enseguida, como en el estadio, se forman dos partidos: tradicionalistas y progresistas.

El viejo mundo, el de los tradicionalistas, grita al escándalo reprochando a la autoridad e instituciones que avalan comportamientos absurdos y poco educativos y sostiene que los jóvenes son cada vez menos sociales y, además, incapaces de relacionarse adecuadamente con los propios coetáneos o los adultos. Los progresistas exultan, sosteniendo que es impensable cerrar las puertas de las escuelas a los medios digitales que, además, ofrecen recursos imprescindibles.

EL USO DEL MÓVIL EN LA ESCUELA EN LOS DIFERENTES PAÍSES DEL MUNDO

Como siempre la verdad nunca es absoluta. Si es cierto que los móviles han abierto de par en par las puertas a otros mundos a expensas del “físico”, es también verdad que no se puede dejar de lado un instrumento que ofrece infinidad de posibilidades, también desde el punto de vista educativo.

QUIZÁ NO ESTAMOS TODAVÍA PREPARADOS PARA LA EVOLUCIÓN DIGITAL Y, SIN NINGUNA REGLA NI MÉTODO, EL RIESGO DE MINAR LA AUTORIDAD Y EL ROL DE LOS PROFESORES ES MUY FUERTE.

Mientras tanto en Estados Unidos la didáctica y las reglas se están adaptando a la proliferación de los dispositivos con planes experimentales de “educación digital” que pasan por Apps y programas especiales. En Inglaterra, programas “proteccionistas” han consentido recuperar la desatención generada por los móviles. En las escuelas alemanas el uso es disciplinado por los reglamentos adoptados en los varios institutos, con diferencias también según Estados. En Francia, por su parte el ministro de educación Jean-Michel Blanquer ha introducido la prohibición de usar los móviles en la escuela.

País al que vas, costumbre que encuentras. En Italia, el Ministerio de Educación ha promovido un decálogo para un uso correcto de lo digital en las escuelas. Reglas ciertamente de buen sentido. Lástima que se deje todo a la discreción individual de los profesores: “El uso de los dispositivos en el aula, sean análogos o digitales, es promovido por los docentes, en las formas y en los tiempos que consideren más oportunos”, ha subrayado la ministra Valeria Fedeli, presentando el decálogo. Y probablemente es esta la parte que crea más temor del decálogo.

LAS 10 REGLAS ITALIANAS PARA UN USO INTELIGENTE DEL DIGITAL EN LA ESCUELA

1. Cada novedad conlleva cambios. Cada cambio debe servir para mejorar el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes y, más en general, de la entera comunidad escolar.

2. Los cambios no se rechazan, sino se comprenden y utilizan para alcanzar los propios objetivos. Por tanto, cada escuela adopta una Política de Uso Aceptable (PUA) de las tecnologías digitales.

3. La escuela promueve las condiciones estructurales para el uso de las tecnologías digitales. Proporciona, en la medida de lo posible, los servicios necesarios y la indispensable conectividad, favoreciendo un uso responsable de los dispositivos personales (BYOD).

4. La escuela acoge y promueve el desarrollo de lo digital en la didáctica. La presencia de las tecnologías digitales constituye un desafío y una oportunidad para la didáctica y para la cultura escolar. Dirigentes y profesores proactivos en estos campos son el motor de la innovación.

5. Los dispositivos deben ser un medio, no un fin. Es la didáctica la que debe guiar el uso competente y responsable de los dispositivos. No es suficiente con desarrollar las habilidades técnicas, sino que es necesario desarrollar la capacidad crítica y creativa.

6. El uso de los dispositivos debe promover la autonomía de los estudiantes. Es necesario sostener un enfoque consciente de lo digital así como la capacidad de uso crítico de las fuentes de información, también en vista de un aprendizaje a lo largo de todo el arco de la vida.

7. Lo digital en la didáctica es una elección. Corresponde a los docentes las formas y tiempos que consideren oportunos para su introducción y uso.

8. Lo digital transforma los ambientes de aprendizaje. Es necesario regular las modalidades y los tiempos del uso y del no uso, también para aprender a reconocer y a mantener separadas las dimensiones de lo privado y de lo público.

9. Reforzar la comunidad escolar y la alianza educativa con las familias. Es necesario que la alianza educativa entre escuela y familia se extienda a las cuestiones relativas al uso de los dispositivos personales.

10. Educar a la ciudadanía digital es un deber para la escuela. Formar los futuros ciudadanos de la sociedad del conocimiento significa educar en la participación responsable, el uso crítico de las tecnologías, en la conciencia y la construcción de las propias competencias en un mundo cada vez más conectado.

EL DECÁLOGO: ENTRE MIEDO Y EXPECTATIVAS

El documento del Ministerio asusta y tranquiliza, según el punto de vista, pero lo que deja estupefactos es el haber dejado todo al criterio de los profesores, tanto en los modos como en los tiempos.

El problema de fondo permanece la actualización y la motivación del cuerpo docente que hoy tiene no pocas dificultades para comunicarse con los propios alumnos, por experiencias totalmente diferentes y lejanas de las nuevas generaciones.

Muchos profesores ignorarán completamente la circular, confundiendo el medio con el resultado y desacreditando las nuevas tecnologías, no comprendiendo plenamente ni siquiera las potencialidades. Otros probablemente dejarán a los chavales no consiguiendo obtener ninguna mejora.

Hoy es impensable excluir las innovaciones de las escuelas, son parte de nosotros y están configurando, en positivo y en negativo, nuestras vidas. Pero estos procesos no pueden ser gestionados por el profesor de turno, sino que deben ser tripulados, estudiados, profundizados. Es necesaria una cultura digital común y compartida. Es necesaria una formación específica del cuerpo docente sobre temas como por ejemplo el ciberacoso, engaño pederasta en red, las formas de dependencia inducidas o agravadas por la tecnología. No se puede dejar todo a la improvisación y a la sensibilidad crítica del docente. Son necesarios modelos educativos de referencia, reales, de carne y hueso.

Y es necesario sobre todo un monitoreo de buenas y malas prácticas, a través de un Observatorio que recoja la experiencia y promueva la buena. De otra manera, ¿cómo “enseñar a los profesores”, cómo actualizarlos? Nada apunta en esta dirección en esa enunciación de principios tan generales, algunos de muy buen sentido, y de los que conviene tomar nota. Y tampoco en Italia hay créditos formativos para la actualización de los profesores en este campo. ¿Por qué no invertir en este frente?

Un buen ejemplo de profesor moderno y capaz de dialogar con los nuevos jóvenes es precisamente italiano. Hablamos del profesor 2.0, Alessandro D’Avenia, un profesor encendido por la pasión, joven, capaz de interpretar e implicar a los jóvenes y explicarles prosas y poesías de Leopardi, Ovidio o Dostoevskij. Habíamos hablado recientemente de Alessandro D’Avenia precisamente en su motivación a la lectura de Dostoevskij.

Por tanto, ¿es realmente tan imposible hablar de un nuevo modo? ¿Es realmente tan impensable encontrar un punto de equilibrio entre modelos educativos tradicionales e innovadores? Veremos mientras tanto cuáles serán los frutos de este decálogo.

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