En el rezo del Ángelus este lunes 15 de agosto, Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el Papa Francisco aseguró que “hoy, María canta la esperanza y reaviva en nosotros la esperanza: en ella vemos la meta del camino”.
El Santo Padre recordó ante los fieles presentes en la Plaza de San
Pedro en Roma el Evangelio de hoy, donde Isabel se dirige a su prima la Virgen
María con la frase “Bendita eres entre las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre” (Lc
1,42).
“Estas palabras, llenas de fe, alegría y asombro,
se han convertido en parte del ‘Ave María’. Cada vez que rezamos esta
oración, tan hermosa y conocida, hacemos como Isabel: saludamos a María y
la bendecimos, porque ella nos trae a Jesús”, dijo el
Papa Francisco.
A continuación, el Papa Francisco explicó que María “acoge la bendición de Isabel y responde regalándonos el Magnificat,
que podríamos definir como ‘el canto de la esperanza’”.
“Es un himno de alabanza y exultación por las
grandes cosas que el Señor ha realizado en ella, pero María va más allá:
contempla la obra de Dios a lo largo de la historia de su pueblo”, apuntó más tarde.
En esta línea, el Papa explicó el sentido de las palabras de María y
aseguró que la Virgen “no busca hacer una crónica
del tiempo, sino decirnos algo mucho más importante: que Dios, a través de ella, ha
inaugurado un punto de inflexión en la historia, ha establecido
definitivamente un nuevo orden de las cosas”.
“Ella, pequeña y humilde, ha sido elevada y -lo celebramos hoy- llevada a la gloria del
cielo, mientras que los poderosos del mundo están destinados a quedarse con las
manos vacías”, defendió.
Más tarde, el Santo Padre explicó que la Virgen “anuncia
un cambio radical” y aseguró que “al hablar
con Isabel, mientras lleva a Jesús en su vientre, anticipa lo que dirá su
Hijo, cuando proclame bienaventurados a los pobres y a los humildes y haga una
advertencia a los ricos y a los que confían en su propia
autosuficiencia”.
“La Virgen, por tanto, profetiza: profetiza que no
son el poder, el éxito y el dinero, los que prevalecen, sino el servicio, la humildad y el
amor. Mirándola en la gloria, comprendemos que el verdadero poder es
el servicio y que reinar significa amar. Y que este es el camino al Cielo”.
Ante esto, el Papa invitó a los fieles a hacerse las siguientes
preguntas: “¿Esa inversión profética anunciada por
María toca mi vida? ¿Creo que amar es reinar y que servir es poder? ¿Que la
meta de mi vida es el cielo, el paraíso? ¿O solo me preocupan las cosas
terrenales y materiales?”.
“¿Me dejo atrapar por el pesimismo o, como la
Virgen, soy capaz de distinguir la obra de Dios que, a través de la
mansedumbre y la pequeñez, realiza grandes cosas?”, dijo a continuación.
“Hoy, María canta la esperanza y reaviva en
nosotros la esperanza: en ella vemos la meta del camino. Ella es la
primera criatura que, con todo su ser, en cuerpo y alma, atraviesa victoriosa
la meta del cielo”, defendió.
Por último, el Papa aseguró que “Ella nos muestra que el cielo
está al alcance de la mano, si también nosotros no cedemos al pecado, alabamos a Dios
con humildad y servimos a los demás con generosidad”.
“Ella, nuestra Madre, nos lleva de la mano, nos
acompaña a la gloria, nos invita a alegrarnos pensando en el paraíso.
Bendigamos a María con nuestra oración y pidámosle una mirada profética,
capaz de vislumbrar el cielo en la tierra”, concluyó.
POR ALMUDENA
MARTÍNEZ-BORDIÚ | ACI Prensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario