La mentira debe evitarse, además, por el daño que nos hace a nosotros mismos. Al embustero nadie le cree, aunque diga la verdad.
Por: Jorge Loring | Fuente: Para Salvarte
6. La mentira debe evitarse porque es pecado. Pero
generalmente es pecado venial. La mentira será grave si hace daño grave a otros
67 .
La mentira debe evitarse, además, por el daño que nos hace a nosotros mismos.
Al embustero nadie le cree, aunque diga la verdad.
La confianza entre las personas es un gran valor. Sólo puede haber confianza
cuando reina la verdad 68.
«La mentira perturba el orden social y la pacífica
convivencia entre los hombres. Sin la mutua confianza, fundada en la verdad, no
es posible la sociedad humana» 69. «Todos
los hombres sentimos gran atracción por la verdad, aunque a veces nos cuesta
vivir siendo fieles a la verdad» 70.
Una cosa es mentir y otra ocultar la verdad 71 . Nunca se puede mentir. Pero, a
veces, hay que ocultar la verdad.
Por ejemplo, si a un abogado le preguntan sobre asuntos secretos que no puede
descubrir. Esta manera de ocultar la verdad se llama restricción mental72
Se dice que una persona habla con restricción mental, cuando da a sus palabras
un sentido distinto del que naturalmente tienen 73.
A veces hay obligación de ocultar la verdad (sacerdotes, médicos), y otras no
hay obligación de decirla: por ejemplo, a quien
hace preguntas indiscretas.
«Hay situaciones difíciles en las cuales no se
hallan las palabras adecuadas para eludir las preguntas indiscretas. Sólo saben
que no pueden revelar la verdad sin causar graves daños. Pero no saben cómo
hacerlo. Por lo tanto dicen lo que objetivamente suena como una mentira. Su
buena voluntad los salva de una mentira objetiva» 74 .
«Mentir es negar la verdad a quien tiene derecho de
saberla» 75. «Nadie está obligado a revelar
una verdad a quien no tiene derecho de conocerla» 76 En filosofía cristiana son posibles y
aceptadas dos nociones de mentira: la de la
negación de la verdad, sin más; y la de la negación de la verdad al que tiene
derecho de saberla. Tanto una como otra definición se apoyan en los mismos
datos ontológico-morales.
La primera admite las restricciones mentales.
En el segundo caso, cuando uno pregunta sin derecho, se le puede contestar
cualquier cosa; pues a su indiscreción, en preguntar lo que no debe, se le
puede oponer nuestra discreción en no responderle.
De suyo el interlocutor tiene derecho a la verdad.
Es la base de las relaciones humanas.
Pero hay casos en los que hay que ocultar la verdad a quien no tiene derecho de
saberla.
«Entre los bienes que posee el hombre se encuentra
la capacidad de expresar y comunicar los pensamientos y afectos mediante la
palabra.(...) El buen empleo de la palabra es para todos un deber de justicia.
Sin este recto empleo no sería posible convivir.(...)
La maldad de la falta de veracidad es algo patente: incluso los que mienten ven
mal que se utilice contra ellos la mentira.(...)
El prójimo tiene derecho a que hablemos con verdad, pero no tiene derecho
-salvo en casos excepcionales- a que revelemos lo que puede ser materia de
legítima reserva.(...) La ocultación de la verdad es lícita cuando existe causa
proporcionada» 77 .
Conviene, finalmente, advertir que no es pecado ninguno la mentira jocosa, que
ni beneficia ni perjudica a nadie, que se dice para divertir 78, que todos
pueden caer en la cuenta de que la cosa no fue así, sino que se trata de una
broma que se aclara después.
Por ejemplo, las inocentadas del 28 de diciembre, que todo el mundo sabe que se
trata de una broma.
7. «La corrección fraterna es una de la expresiones más importantes de la
caridad. (...)
Sin embargo puede uno no estar obligado a practicarla. Si uno sabe que no está
hecho para ello, y que la persona en cuestión ha de reaccionar violentamente,
cesa para él la obligación de corregir»79.
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- 67 Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2484
68 Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2469
69 ANTONIO ROYO MARÍN,O.P.:Teología Moral para seglares,1º, 2ª,III,nº 792,3º,c.Ed.BAC.Madrid
70 Con nosotros está, 2º, XII. Madrid, 1976
71 Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2489
72 Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2491
73 ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.: Teología Moral para seglares,1º, 2ª, III, nº 794. Ed. BAC. Madrid
74 BERNHARD HÄRING: SHALOM: Paz, XIX,9. Ed. Herder. Barcelona. 1998.
75 PHILIPPE DE LA TRINITÉ: ¿Diálogo con el marxismo?, II, D, 1. Ed. Aldecoa. Burgos.
76 Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2489
77 RAFAEL GÓMEZ PÉREZ: Problemas morales de la existencia humana, 5ª, 1. Ed. Magisterio Español. Madrid. 1981.
78 BERNHARD HÄRING: SHALOM: Paz, XIX,7. Ed. Herder. Barcelona. 1998.
79 BERNHARD HÄRING: SHALOM: Paz, XIX,8. Ed. Herder. Barcelona. 1998.
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