martes, 10 de mayo de 2016

COMENZÓ EL ‘DESEMBARCO’ POLÍTICO DE LOS MUSULMANES EN EUROPA [UNA HISTORIA QUE YA HA SIDO ESCRITA]


El fantasma del Islam recorre Europa a paso ganador, usando la mezcla de una estrategia en parte pacífica mediante la emigración y una violenta mediante el terrorismo, creando cada vez más ‘zonas liberadas’ en ciudades del viejo continente, donde ya se aplica la sharía y ganando espacios políticos propios.

Esta saga, que ya fue predicha en un libro de Michael Houllebeq, “Sumisión”, ahora parece hacerse realidad a principios de 2016, cuando por primera vez un musulmán ganó las elecciones para gobernar una gran ciudad europea.

LONDRES ELIGIÓ SU PRIMER GOBERNADOR MUSULMÁN DE LA HISTORIA

El 6 de mayo de 2016, por primera vez en la historia, ganó las elecciones para alcalde de Londres un musulmán. Es el primer musulmán en gobernar una gran ciudad europea, mostrando la potencia del Islam en Europa.

El diputado del Partido Laborista Sadiq Khan obtuvo el 57% de la votación, o 1,3 millones de votos, un número que resulta ser aproximadamente igual a la población musulmana de Londres y ha prometido ser “el musulmán británico que lleve la lucha contra los extremistas”. Pero otros no están tan seguros.

Durante la campaña electoral, Khan se enfrentó a constantes acusaciones sobre sus relaciones pasadas con extremistas musulmanes y antisemitas.

Derrotó al conservador Zac Goldsmith, de orígen judío, que pierde así para su partido la alcaldía que ha ocupado Boris Johnson desde 2008.

Hijo de inmigrantes paquistaníes, casado y con dos hijas, Sadiq Khan tiene 45 años y creció en el barrio musulmán de Earlsfield antes de mudarse a Tooting, en una época en la que la tensión racial generaba problemas a diario.

Es el hijo nacido en Londres de un inmigrante paquistaní conductor de autobús y se crió con siete hermanos en un apartamento subsidiado por el gobierno.

Estudió derecho, se convirtió en un profesor universitario y se desempeñó como presidente del grupo de presión por las libertades civiles y derechos humanos. Fue elegido al Parlamento en 2005. Los seguidores de Khan dicen que es el epítome de la historia de éxito de inmigrantes musulmanes.

En Londres viven 8,6 millones de personas, más de 1 millón de las cuales musulmanas, y el 44% de sus habitantes pertenece a minorías étnicas.

El controvertido pasado de Khan se convirtió en un tema importante en la campaña, luego que un video de 2009 salió a la superficie en el que Khan caracteriza a los musulmanes moderados como “Tío Tom”.

Khan también habló varias veces en la misma plataforma que varios extremistas islámicos, incluyendo Yasser al-Siri, un terrorista convicto. Y según el primer ministro, David Cameron, un conservador, Khan también compartió la plataforma nueve veces con el imán Suliman Gani, que está acusado de ser partidario del Estado Islámico.

Por su parte, Khan ha negado que comparte los puntos de vista extremistas con los que estuvo asociado en el pasado.

Pamela Geller, un activista de renombre internacional contra el extremismo islámico, autora de “Alto a la islamización de América: Una Guía Práctica de la Resistencia”, dijo que los occidentales deben estar muy preocupados con que Khan se haya convertido en alcalde de una de las mayores ciudades del mundo.

GM Davis, un doctor de la Universidad de Stanford y autor de “Casa de la Guerra: La Batalla del Islam contra el mundo”, denomina histórica la victoria de Khan, advirtiendo que el pueblo británico y todos los occidentales, a no deben dejarse engañar por las opiniones supuestamente liberales de Khan.

“La victoria de Sadiq Khan en elección de la alcaldía de Londres de esta semana es un momento decisivo para el crecimiento del Islam en Europa Occidental”.

Y el político británico Paul Weston, que hace tiempo advirtió sobre la islamización de Gran Bretaña, advirtió que el ascenso de Khan es un presagio de lo que vendrá:

“Lo impensable se ha convertido en la realidad actual. Un hombre musulmán con demasiados enlaces extremistas no es por pura coincidencia ahora el alcalde de Londres. Los nativos ingleses son una minoría demográfica (y en rápida disminución) en Londres, mientras que los musulmanes de Pakistán y Bangladesh son un grupo demográfico en rápida expansión”.

En un par de décadas Bretaña bien podría tener su primer primer ministro musulmán, y creo que podemos asumir con seguridad que va a ser de la misma estirpe ideológica que Sadiq Khan… La realidad no puede discutir con la demografía, por lo que el futuro realista para Gran Bretaña es islámico”.

LA EXPANSIÓN DEL ISLAM

En los últimos años, alrededor de 100.000 ciudadanos británicos se han convertido al Islam. En Francia, el número de conversos se estima en 70.000, en España, 50.000, y en Alemania, alrededor de 20.000. Es probable, sin embargo, que estas estimaciones se queden cortas, en la medida que reflejan sólo el número de musulmanes que viven en Europa occidental.

Una metodología común, al igual que otras religiones, es la búsqueda de los más susceptibles, los jóvenes, los confundidos, los que han sido marcados por la experimentación con las drogas y el sexo.

Debido a la caída del cristianismo en Europa y la anomia resultante, un número creciente de jóvenes buscan una estructuración de su vida y un propósito, y el Islam se ofrece como la respuesta.

Proselitistas islámicos se orientan frente a la necesidad de una autoridad en el creciente número de niños con padres ausentes -especialmente varones- en Europa y en los EE.UU.

A medida que estos niños crecen, tienden a ser atraídos por las organizaciones hipermasculinas. Ellos pueden encontrar lo que buscan en los boy scouts, o en un equipo deportivo, o en una pandilla o en la calle, o como ocurre cada vez más, en una mezquita.

Esto no quiere decir que las mujeres tienen menos probabilidades de convertirse. De hecho, hay más mujeres que hombres convertidos al Islam en Europa. A veces, estas conversiones se llevan a cabo como resultado de un romance y como requisito previo para el matrimonio. La promesa de matrimonio y familia es a menudo un incentivo suficiente a la conversión de las mujeres que viven en sociedades en las que algunos hombres parecen no dispuestos a comprometerse.

Y ahora estamos ante una ola migratoria masiva de musulmanes hacia Europa, que se asemeja a una “hijra”, que es un traslado masivo de musulmanes una zona para coparla, como ya ha hecho dos veces anteriormente el Islam en su historia, ver aquí un fascinante artículo.

En medio de este clima que viven los europeos ante una cultura diferente y parcialmente hostil que penetra en sus tierras, ha aparecido una novela de Michael Houllebeq, “Sumisión”, un best-seller que golpea de lleno en la angustia que se ha convertido en la obsesión de Europa.

EL ESCENARIO DE LA NOVELA ‘SUMISIÓN’

Su trama muestra al Islam conquistando Francia pacífica y civilizadamente, y más que rápido se convirtió en el libro más vendido, tanto en Francia como en Alemania.

“Sumisión” transcurre en el año 2022. Un hombre musulmán muy amable, Mohammed Ben Abbes, quien tiene “la bondadosa mirada de un almacenero de barrio”, gana las elecciones contra el Frente Nacional de Marine Le Pen.

Francia se encuentra en ese momento en una situación desesperada, con salafistas y nativos en guerra por el control de las calles.

Los partidos políticos republicanos respaldan a Abbes, porque esperan que reestablezca el orden y mantenga a Le Pen fuera del poder.

Rápidamente Abbes implementa una versión suave de la ley sharia. Y se vuelve inmensamente popular. Gana el respaldo de los dirigentes de negocios, que gustan de sus políticas económicas a favor del crecimiento.

Gana el favor de los líderes católicos, que comparten sus puntos de vista conservadores en lo social. Gana además el apoyo de las mujeres, hastiadas del mercado de explotación sexual.

Seguidamente, Abbes suprime las escuelas públicas para niños de más de doce años al tiempo que recorta el gasto social en un 85 por ciento.

Así obtiene los recursos necesarios para otorgar subsidios familiares a las madres para que abandonen sus lugares de trabajo.

Abbes proclama:

“¿Podría algo ser más hermoso que ver el bienestar volver a donde siempre ha pertenecido, al cálido interior de la familia nuclear?”.

Los jóvenes desempleados toman las vacantes laborales que las mujeres dejan. Las mujeres empiezan a cubrirse y a usar ropas holgadas. El crimen se desploma. Los hombres ven con buenos ojos a la familia poligámica con esposas domesticadas, lo encuentran altamente satisfactorio. Los únicos disidentes, en este nuevo sistema son los salafistas, quienes quieren una aplicación de la ley sharia más dura.

LA CAÍDA DE LA IDEOLOGÍA LAICISTA

El protagonista de “Sumisión” es Francois, un hombre que representa el agotamiento del republicanismo laico francés.

Francois es un hombre de 44 años, profesor de literatura en La Sorbona. Dedicado al estudio de los escritos de un novelista del siglo XIX, J.K. Huysmans.

Indiferente a sus alumnos, no tiene amigos y vive sólo en un apartamento a gran altura. Lleva su vida basada en el alcohol, la televisión, la pornografía y las cenas cocidas en el microondas.

Cada año, invariablemente, seduce a una estudiante nueva y comienza una nueva relación sentimental, que también invariablemente termina cuando termina el año lectivo.

Al consolidar Abbes su poder, La Sorbona reemplaza a su presidente – un profesor de estudios de género con “anchos hombros” ­– por Robert Rediger, un estudioso de Nietzsche.

Tras convertirse al Islam, Robert Rediger escribe un contundente libro en defensa de su nueva fe, un verdadero best-seller.

Las profesoras mujeres reciben su jubilación con anticipación y de forma completa. A los profesores varones les es presentada la opción de convertirse al Islam o retirarse.

Uno de los colegas de Francois, un profesor estudioso de Rimbaud, conserva su empleo bajo la condición de que enseñe como un hecho real la disparatada idea de que Rimbaud se había convertido al Islam.

Una luna creciente con su estrella, doradas, refulgen ahora en la entrada de La Sorbona. Se aprecian aquí y allá versos del Corán decorando las oficinas universitarias. La Sorbona, cavila Francois, ha vuelto a sus raíces medievales, cuando la teología reinaba sobre otras disciplinas.

Myriam, una joven judía de 22 años, quien es la novia del momento de Francois, le anuncia que dejará Francia porque se va a Israel con sus padres. Los padres de Myriam se han rehusado a abandonar el departamento desde la elección de Abbes.

“Cuando un partido musulmán llega al poder, nunca es algo bueno para los judíos”, le confirma Myriam.

Francois piensa para sus adentros “Bueno, no hay Israel para mí.”

Pero las cosas no se ven tan mal para Francois. Primero, porque La Sorbona ha solicitado a Francois que realice una nueva publicación de Huysmans. Segundo, porque es invitado por Robert Rediger a cenar en su nueva casa palaciega.

Mientras Francois espera a Rediger en el vestíbulo, vislumbra a una muchacha, una adolescente de unos quince años, que estaba usando una remera de Hello Kitty. Ella se cubre la cara en cuanto él la ve y se aleja corriendo apresuradamente. Se llama Aicha, es la nueva y tercera esposa de Rediger. “Oh, ella debe haberse sentido muy avergonzada de que usted la haya visto sin su velo” le dice Rediger.

Un rato más tarde Francois conoce a la primera de las esposas, Malika. Ella, una mujer regordeta y cuarentona, de rostro encantador, es quien les sirve los pasteles.

Francois fantasea con anhelo “…..una mujer de cuarenta para la cocina, una quinceañera para todo lo demás…..”

Rediger comenta que le complacería que Francois continuase como profesor en La Sorbona. No obstante, es condición necesaria que se convierta al Islam.

Rediger explica su visión de lo que está aconteciendo en Europa: el liberalismo individual ha convertido a los países europeos en países de hombres sin alma, en “zombies”. Atacando la estructura primaria de las sociedades, la familia, y por consiguiente la tasa de natalidad, el republicanismo francés ha firmado su propia sentencia de muerte.
El cristianismo, una religión femenina, ha perdido la habilidad de oponerse a la decadencia moral y es por completo impotente para salvar a Europa. Sólo el Islam, más masculino, puede salvar al continente moribundo.

Rediger argumenta que “sumisión”, el original significado de “al- Islam”, es la cumbre de la felicidad humana: la sumisión de las mujeres a los hombres, y la sumisión de los hombres a Dios.

Como profesor de literatura, Francois podría muy especialmente apreciar el poder del Corán, que es un poema místico de alabanza.

Rediger promete a Francois que si acepta el Islam, ganará un gran aumento de salario. Pero para Francois es la perspectiva del sexo lo que lo lleva a cerrar trato. Rediger le encontrará tres esposas sin ninguna dificultad, se lo asegura, y serán elegidas por un experimentado casamentero.

NO ES UNA NOVELA ISLAMOFÓBICA

Cuando la edición en francés de “Sumisión”, apareció por primera vez en enero del 2015, el Primer Ministro Francés de inmediato lo denunció como intolerante, inflamado de odio e islamofóbico.

Pero visto objetivamente, Houellebecq describe a los musulmanes como pacíficos y civilizados. Ellos conquistan Francia mediante la persuasión, no mediante la violencia.

Los personajes villanos en “Sumisión” no son los musulmanes. Los villanos son la élite cultural que abandona sus tradiciones para colocarse ventajosamente en el nuevo régimen.

Ninguno defiende sus valores, ni los principios republicanos de la laicidad, ni la igualdad de derechos, ni la libertad académica. La única excepción es la de los judíos que optan por irse a Israel.

Es así como “Sumisión” destapa una angustia creciente que está obsesionando a Europa toda.

ALGO SIMILAR YA PASÓ EN EL NORTE DE ÁFRICA

El obispo luterano de origen alemán, Jobst Schone, ha dicho recientemente “nos estamos aproximando a tal situación”.

Esta situación tiene su semejanza con el trágico destino de la cristiandad en el norte de África en los primeros días del Islam.

En el siglo séptimo el sur del Mediterráneo era el hogar de grandes civilizaciones cristianas. Pero pronto, y bastante rápidamente, fueron absorbidas por los califatos, y sus magníficas iglesias devinieron en mezquitas.

Muchos de los residentes cristianos de la región dieron la bienvenida a sus maestros musulmanes como liberadores de la corrupción e ineptitud de los dirigentes bizantinos.

Los cristianos eran libres de vivir como dhimmis bajo la ley sharia, sin embargo las tentaciones de pagar impuestos más bajos y de poder hacer carrera en el gobierno eran demasiado fuertes como para ser resistidas. La gente entonces se acomodó bastante fácilmente a la nueva religión.

LA DEBILIDAD OCCIDENTAL

Las tendencias demográficas están contribuyendo a un sentir general de crisis. Los países europeos ya llegaron a las más bajas tasas de natalidad en la historia del mundo, su población está envejeciendo velozmente y no hay razones para pensar que esta tendencia se revierta.

La población musulmana en Europa se ha duplicado en la última década y la veremos nuevamente duplicada en el 2025.
Una remera muy usada entre la juventud musulmana de Europa lleva esta inscripción: “2030, cuando tomaremos posesión”.

Por su parte el jurista alemán Udo Di Fabio cree que los europeos nativos corren con una gran desventaja en la competencia cultural con el Islam.

“¿Por qué en nombre de Dios, -el jurista se pregunta-, una persona de una creciente, vital y vigorosa cultura de este mundo querría integrarse a la cultura occidental, cuando la cultura occidental no se perpetúa más a sí misma, ni tiene ya la más mínima idea trascendente y además se aproxima a su fin histórico?”

La reunión en Estambul del 18 de octubre entre Angela Merkel (primera ministra alemana) y Recep Tapyyip Erdogan (primer ministro turco), puso bien de manifiesto la dramática debilidad con la que los europeos están confrontando a sus vecinos musulmanes.

Merkel es una frecuente opositora y muy crítica de las políticas de Erdogan y jamás ha apoyado candidatura de Turquía para adquirir su membresía en la Unión Europea.

Pese a esto, Merkel ofreció a Erdogan 3,4 mil millones de ayuda económica a cambio de su cooperación para detener el desesperante flujo migratorio hacia Europa.

También le ofreció la exención del visado para los ciudadanos turcos que deseen visitar Europa y la agilización del expediente para ingresar a Turquía como miembro de la Unión Europea.

Estas concesiones tendrán consecuencias a largo plazo para el futuro religioso y cultural de Europa.

Apenas un par de años atrás, ni siquiera la imaginación del novelista Houellebecq podría haber predicho que el líder más importante de los demócratas cristianos de Europa llegaría a tratar con tal señalada deferencia a un autócrata islamista.

La crisis migratoria en Europa hace que hoy los temas que Houellebecq enfoca se hagan aún más relevantes de lo que ya eran cuando la edición francesa fue publicada, el enero pasado.

Miles de hombres jóvenes musulmanes continuarán entrando a Europa y elevan la expectativa de un imparable, inminente y dramático cambio social.

Grandes ciudades europeas albergan ya mismo a musulmanes desempleados y alienados. Estos jóvenes no tienden a asimilarse a la cultura europea, más bien tienden a adoptar la identidad de la minoría salafista, que rechaza de plano la cultura occidental.

Houellebecq nos recuerda que la fe europea en la auto-realización, en la coexistencia pacífica, la seguridad social, el confort, y el poder blando no ofrece respuesta ni para los jóvenes alienados que ingresan ni para la consecuente desintegración de los vecindarios.

¿Y cual es la respuesta que a esto da el catolicismo europeo? Lo hemos visto en el Sínodo de la Familia, sus posiciones son cada vez mas de apertura a un mundo laicista que languidece y no puede mantener viva la civilización europea.

Fuentes:


Foros de la Virgen María

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