viernes, 16 de marzo de 2012

SOBRE LA GRAN APOSTASÍA


UN MOTIVO IMPORTANTE PARA ORAR EN ESTE TIEMPO DE CUARESMA

Interrumpo la serie de Meditaciones de Santo Tomás de Aquino que vengo ofreciendo para esta Cuaresma. Me llega un correo con un enlace a un Blog llamado pensamientodisidente. En él se
aborda con toda crudeza y claridad el tema de la apostasía que, unas veces solapadamente, y otras de un modo descarado, estamos sufriendo en el mismo seno de la Iglesia, en naciones tradicionalmente católicas.

Sabemos que el Papa Benedicto XVI sufre por este hecho, y trabaja incansablemente con el resto de la Jerarquía para intentar poner orden en las ideas y en la conducta de no pocos pastores y
fieles. No me gusta hurgar en temas negativos, pero creo necesario denunciar los hechos y advertir al pueblo fiel que tome sus precauciones. La inmensa mayoría de la Iglesia, con sus pastores al frente, es fiel al Evangelio y a la Jerarquía, pero hay un sector bastante influenciado por corrientes relativistas y paganas que está haciendo mucho daño. Pienso que los laicos cristianos ya son mayores de edad para que se les pueda decir las cosas como son, y obren en
consecuencia.

En este Blog se recogen los textos de la Beata Anna Catalina Emmerick que aquí reproducimos
Recordemos en primer lugar lo que dice San Pablo:
Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el "hombre de pecado", el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. (San Pablo a los Tesalonicienses)

VISIONES DE LA BEATA ANNA CATALINA EMMERICK

«Vi la Iglesia terrestre, es decir la sociedad de los fieles sobre la tierra, el ejercito de Cristo en su
estado de paso sobre la tierra, completamente oscurecida y desolada» (AA.II.352)

«¡Vosotros sacerdotes, que no os movéis! ¡Estáis dormidos y el redil arde por todos lados! ¡No hacéis nada! ¡Como llorareis por eso un día! ¡Si tan solo hubierais dicho un Pater! (…) ¡Veo
tantos traidores! No soportan que se diga: «esto va mal». Todo está bien a sus ojos con tal de que puedan glorificarse con el mundo!

«Vi muchos buenos y piadosos obispos, pero estaban mudos y débiles y el mal partido tomaba a menudo la fuerza» (AA.II.414)

«De nuevo vi la visión en la que la iglesia de San Pedro era minada, siguiendo un plan hecho por la secta secreta (masonería), al mismo tiempo que era deteriorada por las tormentas» (AA.III.103)

«Vi la iglesia de los apóstatas crecer grandemente. Vi las tinieblas que partían de ella, repartirse alrededor y vi muchas personas abandonar a la Iglesia legítima y dirigirse hacia la otra diciendo: «Ahí todo es más bonito, más natural y más ordenado» (AA.II.414)

«Vi cosas deplorables: se jugaba, se bebía, se parloteaba, se seducía a las mujeres en la iglesia, en una palabra se cometían allí todo tipo de abominaciones» (AA.III.120)

«Los sacerdotes dejaban que se hiciera cualquier cosa y decían la misa con mucha irreverencia. Vi pocos que tuvieran todavía piedad y juzgasen sanamente las cosas. Todo eso me afligió mucho. Entonces mi Esposo celeste me cogió por medio del cuerpo, como él mismo había sido atado a la columna y me dijo: «Es así como la Iglesia será todavía encadenada, es así como será estrechamente atada antes de que pueda revelarse» (AA.III.120)

Vi al Papa en oración; estaba rodeado de falsos amigos que a menudo hacían lo contrario de lo que decía. (AA.II.203)

Vi también en Alemania a eclesiásticos mundanos y protestantes iluminados manifestar deseos y formar un plan para la fusión de las confesiones religiosas y para la supresión de la
autoridad papal. (AA.III.179)

¡… y este plan tenía, en Roma misma, a sus promotores entre los prelados! (AA.III.179)

Ellos construían una gran iglesia, extraña y extravagante; todo el mundo tenía que entrar en ella para unirse y poseer allí los mismos derechos; evangélicos, católicos, sectas de todo tipo: lo que debía ser una verdadera comunión de los profanos donde no habría más que un pastor y un rebaño. Tenía que haber también un Papa pero que no poseyera nada y fuera asalariado. Todo estaba preparado de antemano y muchas cosas estaban ya hechas: pero en el lugar del altar, no había más que desolación y abominación. (AA.III.188)

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