viernes, 16 de marzo de 2012

MEMORIA DE ÁFRICA: LOS APRENDICES


Hace mucho tiempo que no escribo nada en esta sección de Memorias de África. Ayer, viendo
la televisión, me vinieron estos recuerdos, que creo interesante compartir.

En los países de África subsahariana apenas existen escuelas de Formación Profesional,
lo que antes llamábamos Artes y Oficios. Las pocas que hay las han creado misioneros. Allí, cuando un chico quiere aprender un oficio, se pone como aprendiz junto a un carpintero, sastre, taller de reparaciones... La familia paga una buena cantidad en dinero o en especies (arroz, telas, ñames...) para que lo admitan como aprendiz. Muchos pasarán mucho tiempo siendo los criadillos del patrón y no aprenderán nada. Poco a poco, los más espabilados (siempre son
varios los aprendices), empezarán a hacer alguna cosa. Cuando han aprendido el oficio (si lo logran), no pueden sin más dejar al patrón y establecerse por su cuenta. El "sindicato" se les echaría encima. Para poder establecerse por su cuenta deben obtener lo que denominan la "liberación". Es el certificado que lo califica como mecánico, sastre, peluquera... Esa liberación
supone una elevada cantidad de dinero que debe abonar al patrón y una fiesta que debe pagar a todo el taller. Como muchos no pueden pagar, han de quedarse siempre en el taller. El resultado es que en el taller el patrón nunca trabaja. Lo hacen esos aprendices ya formados que no pueden costearse su liberación a los que el patrón les pasa una pequeña cantidad. (Y que suelen hacer trabajos a escondidas del patrón y así cobrar la totalidad del trabajo).

Un caso dramático es el de las muchachas. Sobre todo las que quieren ser peluqueras. La
liberación es tan cara, que muchas acaban prostituyéndose para poder pagar, o buscándose un amante importante. Un gran comerciante o un funcionario del gobierno, que les pague la liberación. Una liberación que las hará esclavas toda la vida, que les cambiará la vida para siempre.

Este es un modelo de esclavitud que no salen en la tele ni se escriben en los libros, pero que son reales...

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