jueves, 24 de abril de 2008

EL MAESTRO SUFI


El Maestro Sufi contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían el sentido de la misma

§
Maestro - lo encaró uno de ellos una tarde - tú nos cuentas los cuentos pero no nos explicas su significado…”
§ Pido perdón por eso - se disculpó el maestro - permíteme que en señal de reparación te convide con un rico durazno

§ “Gracias maestro - respondió halagado el discípulo
§ “Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo. ¿Me permites?”
§ “Sí. Muchas gracias - dijo el discípulo.
§ “¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano un cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?”
§ “Me encantaría… pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro…”
§ “No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo deseo complacerte… Permíteme que te lo mastique antes de dártelo…”
§ “No maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso!” - se quejó, sorprendido el discípulo.
El maestro hizo una pausa y dijo:“Si yo les explicara el sentido de cada cuento… sería como darles a comer una fruta masticada

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