Con ocasión de la fiesta de la Virgen de la Caridad del Cobre, que se celebra este 8 de septiembre, el Arzobispo de Santiago de Cuba narró la historia de cómo esta querida advocación mariana llegó a ser proclamada como la Patrona de Cuba.
El 7 de septiembre, el Arozbispado de Santiago de Cuba compartió un
mensaje de Mons. Dionisio García Ibáñez, su Arzobispo, a los cubanos, con
ocasión de la fiesta de la Virgen de la Caridad del Cobre.
En su mensaje, Mons. García señaló que la historia de esta devoción
mariana en la isla de Cuba se remonta a 1915, cuando durante la gesta de la
independencia, las tropas solían encomendar sus luchas a la Virgen de la
Caridad, e incluso, le dedicaron su victoria final.
En este contexto, los veteranos le pidieron al entonces Papa Benedicto
XV que declare a la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona de Cuba, algo
que ocurrió un año después, el 10 de mayo de 1916.
Mons. García leyó el mensaje exacto con el que los veteranos se
dirigieron al Pontífice.
“No pudieron ni los azares de la guerra, ni los
trabajos para librar nuestra subsistencia, apagar la fe y el amor que nuestro
pueblo católico profesa a esa Virgen veneranda, y antes al contrario, en el fragor
de los combates y en las mayores vicisitudes de la vida, cuando más cercana
estaba la [Virgen], rocío consolador para nuestras almas”, se lee en el texto.
En el texto, los veteranos llaman a la Virgen de la Caridad del Cobre la
“Virgen cubana”, y recuerdan el amor de sus
madres y esposas hacia ella.
“Así la han proclamado nuestros soldados, orando
todos ante ella para la consecución de la victoria y para la paz de nuestros
muertos inolvidados”, señalan.
Luego, recuerdan que sería “una vergonzosa
ingratitud” si “permaneciéramos inactivos o
mudos, y no levantáramos nuestra voz ante el sucesor de San Pedro” luego
de haber recibido los “beneficios” de la
Virgen de la Caridad.
En ese sentido, pidieron al Papa que se haga eco “de los sentimientos del pueblo católico de Cuba y de los de su
Ejército Libertador”, para que declare “como
Patrona de la República de Cuba a la Virgen de la Caridad del Cobre”, y
designe su fiesta eclesiástica.
“Por tanto, a Su Santidad suplicamos humildemente,
se sirva acceder benigno a nuestra solicitud”, concluyen.
Tras este relato, el Prelado destacó la “emoción”
que sintieron los veteranos al recibir la aprobación del Papa Benedicto
XIV, tras volver de la lucha por su independencia.
“[Ellos] vinieron montados en sus caballos como los
mambises”, como se conocía a los guerreros independentistas, cargando sobre
“sus espaldas todo el dolor que significó la lucha por la independencia, pero
también en su corazón las alegrías de haber conseguido la libertad de un
pueblo”, dijo Mons. García.
“Ellos se habían dado cuenta de que ganar una lucha
no significaba alcanzar la felicidad para un pueblo”, y “que el pecado, el mal estaba metido
también en medio de nosotros y por eso fue que fueron al Cobre”.
“Sabían que ellos con sus propias fuerzas no podían
alcanzar esa felicidad y esa libertad”, indicó.
El Prelado recordó que, para los veteranos, la Virgen “era como una luz que iluminaba y unía” en el
campo de batalla y “sabían por experiencia” que
todavía había muchas divisiones, intereses, egoísmos y partidismos en su
pueblo.
“Gracias a Dios que ellos se decidieron a dar ese
paso, de pedir públicamente que se declarara a la Virgen como Patrona de Cuba,
para que nosotros los cubanos de hoy, más de cien años después, no nos
olvidemos de que la Virgen es la que guía y la que une”.
En ese sentido, llamó a seguir a la Virgen, para que su pueblo encuentre
el bien común, “desechando toda división, todo
egoísmo, toda soberbia que nos divide, desechando todo aquello que impide que
seamos un pueblo de hermanos”.
Cuba, dijo, debe ser “un pueblo que quiere
habitar esta tierra hermosa que el Señor nos Dios, hacerla prosperar,
fructificar, para ser felices”.
“Volvamos a nuestra Madre la Virgen de la Caridad,
que significa, volver a Jesús; postrémonos ante sus pies y digamos: ‘Madre tú
seguiste a tu Hijo Jesús ayúdanos también a seguirlo, acompañados por ti, para
el bien nuestro, de nuestra familia y de nuestra Patria’”, concluyó.
POR CYNTHIA PÉREZ | ACI Prensa
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