También hablarán de la guerra, el clima y el desarrollo de la ciencia
Más de 650
«obispos» anglicanos asistirán al sínodo de dicha comunión eclesial. Sin
embargo, tres de ellos, de África, han anunciado que no acudirán al evento. La
razón es que piensan que no puede siquiera debatirse la «apertura» de su
«iglesia» a las uniones homosexuales.
(Katolische/InfoCatólica) «¿Crees que ha
hecho calor en Londres esta semana? Esperen a la próxima semana en Canterbury»,
escribió
hace unos días el obispo (*) anglicano de Los
Ángeles, John Harvey Taylor. No se refería al tiempo, sino a la 15ª Conferencia
de Lambeth, en la que 650 obispos de todo el mundo rezarán, celebrarán,
interpretarán la Biblia y debatirán juntos durante diez días a partir de hoy
viernes en la ciudad universitaria del sureste de Inglaterra.
Hace
tiempo que empezaron a discutir, especialmente en las redes sociales; tan animadamente que el
anfitrión de la conferencia, el primado anglicano Justin Welby, se sintió
obligado el viernes pasado a llamar a los obispos a la prudencia y la unidad.
En el centro, una vez más, está la cuestión de la ordenación de homosexuales al
sacerdocio y al episcopado, así como la bendición de los matrimonios del mismo
sexo, cuya gestión es muy divergente en diferentes partes de la comunión
mundial anglicana. Los anglicanos se esfuerzan por ser «fieles
a Dios, tanto en su acuerdo como en su desacuerdo», imploró el Arzobispo
de Canterbury a los participantes.
DEBATES SOBRE LOS
BORRADORES
El telón de fondo son las
denominadas «Llamadas de Lambeth» sobre una
decena de temas, cuyos borradores se publicaron hace una semana y se debatirán
en la conferencia. Los proyectos de texto son el fruto de las conversaciones en
línea entre obispos de todo el mundo que tuvieron lugar en 2021 para preparar
la conferencia. «Fueron redactados por un grupo
diverso de anglicanos: hombres y mujeres, laicos y ordenados, de diferentes
generaciones y de todas las partes de la Comunión», dijo el primado
honorario de la comunión mundial anglicana. Los borradores son parte de un
proceso que continuará después de la conferencia, ya que cada provincia
eclesiástica debe formular su propia respuesta a las convocatorias,
indicó Welby en un intento de calmar los ánimos.
Los críticos encontraron
fallos, sobre todo, en el sistema de votación electrónica que se ha dado a
conocer, según el cual los obispos podían aceptar las convocatorias o pedir que
se discutieran más, pero no rechazarlas específicamente. También se temía que
se diera plena validez a un texto de la Conferencia de Lambeth de 1998, que
sólo calificaba de bíblico el matrimonio entre un hombre y una mujer. Esto
sería, dicen, una afrenta para aquellas partes de la Iglesia que quieren abrir
todas las ordenaciones y sacramentos a los homosexuales o que ya lo practican.
Pero los responsables del
sínodo reaccionaron: a última hora de la tarde del
lunes -muchos de los obispos debían estar ya en el avión hacia Inglaterra-
anunciaron en un comunicado de prensa que también existiría la posibilidad de
rechazar los borradores. Y el proyecto de texto sobre el tema de la «Dignidad Humana», que trata el controvertido tema
de la sexualidad, se adaptará de nuevo.
Así que todo habla de una
conferencia muy animada. Bajo el lema «La Iglesia
de Dios para el mundo de Dios», la conferencia abordará los retos de los
próximos años: guerras, desarrollos imponderables de la ciencia y
la tecnología, incertidumbre climática y política. Para ello, el 3 de agosto tendrá lugar una
jornada de acción por la justicia climática y de recursos, para la que el
Congreso se desplazará al Palacio de Lambeth, residencia oficial del Primado,
en Londres.
85 MILLONES DE
FIELES
En total, alrededor de 85
millones de anglicanos en todo el mundo deben ser animados y fortalecidos,
según el arzobispo Welby. En la reunión también se abordarán cuestiones como el
diálogo interreligioso, una «iglesia segura», es
decir, una iglesia segura para todos y en todos los asuntos y a que también se
han dado muchos casos de abusos entre el clero anglicano, así como todo tipo de
cuestiones sobre la sexualidad, que forma parte inseparable de la identidad
humana.
(*) La Iglesia Católica no
reconoce la sucesión apostólica a la Comunión anglicana y por tanto sus obispos
y presbíteros no lo son sacramentalmente ni es una iglesia propiamente dicha.
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