domingo, 28 de noviembre de 2021

LOS SACERDOTES LLORAN...

 OREMOS POR ELLOS DIOS LOS LLENE DEL AMOR QUE SU PUEBLO LES NIEGA Y LES DE EL CONSUELO QUE ELLOS NECESITAN

¿Los sacerdotes lloran?

- Lloran, sí...

¿Y por qué llora un sacerdote?

- Los sacerdotes lloran por muchos motivos...

Pero los sacerdotes, ¿no son hombres de Dios? ¿Por qué tendrían que llorar?

- Sí, los sacerdotes son hombres de Dios es verdad pero no son super héroes, ni piedras.

Son seres humanos.

¿Pero por qué llora un sacerdote?

- Los sacerdotes lloran de soledad. Están rodeados de gente, pero solos.

Lloran de nostalgia de sus familias, por estar lejos de los seres que aman, por no poder estar con ellos en los momentos buenos y en los momentos malos, por no estar cerca de los amigos que los vieron crecer.

Lloran también por la incomprensión. Un sacerdote no puede enfermarse, sentirse cansado, tener amigos o estar triste, el pueblo le exige ser perfecto y no importa cuántas cosas buenas haga, siembre habrá un error para criticarle.

Lloran por la frustración de que a veces, aunque se esfuercen y den lo mejor de sí, la gente no responde. Es como si estuvieran luchando solos.

Lloran por impotencia cuando son testigos del dolor, los problemas, las enfermedades, la pobreza y los sufrimientos de sus ovejas y no pueden hacer nada más, sino rezar, acompañar, comprender y sentir compasión.

También lloran de felicidad cuando viven su vocación, cuando sirven al prójimo, cuando perciben el fruto de la misión.

Lloran de amor cuando reciben el cariño verdadero y desinteresado de algunas buenas personas, cuando sienten el amor de Dios en sus vidas.

Los sacerdotes lloran sí, solos y en silencio. Refugiados en el Corazón de Dios.

También los sacerdotes lloran de dolor por sus pecados y miserias, porque a pesar de todo, también son pecadores.

Por eso ¡recemos por los sacerdotes!

Y más que criticar a un sacerdote, doblemos las rodillas y recemos por él.

Maria Pulido

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