Mevlut
Cavusoglu no parece partidario del sincretismo religioso
La ministra de
Asuntos Exteriores del gobierno de España, Arancha González Laya, estuvo ayer
de visita oficial en Turquía. Y demostró no haber comprendido del todo la
medida tomada por el gobierno de Erdogán sobre la basílica de Santa Sofía. Su
colega de cartera ministerial, Mevlut Cavusoglu, se lo aclaró para que no le
quepan más dudas.
(Agencias/InfoCatólica) En una rueda de prensa
conjunta, la ministra española aseguró que era importante que la Basílica de
Santa Sofía, reconvertida en Mezquita, siga siendo parte del patrimonio mundial
de la humanidad. Y dijo literalmente:
«Para España es
importante que se mantenga el espíritu de este monumento que es una casa
común para cristianos, católicos y musulmanes»
A LO CUAL AÑADIÓ:
«Nosotros
creemos en el diálogo y dicho diálogo entre Turquía y la Unesco ayudará a
preservar a Hagia Sophia»
En su turno de palabra, el canciller turco quiso dejar clara la postura de su gobierno,
lejos de cualquier componenda a favor del sincretismo religioso:
«Si no le he
entendido mal, ella dijo que prefiere mantenerla (refiriéndose a Santa Sofía)
como una casa común. Por supuesto, si ella se refiere a una casa común para
preservar Santa Sofía como un lugar que es patrimonio cultural de la humanidad
con todas sus características y que está abierto a todos. Esto está bien. Pero
si ella se refiere a que Santa Sofía, que fue convertida en una gran mezquita, permanecerá
como un lugar donde otras creencias también puedan rezar, no estamos de acuerdo
con eso».
¿ALIANZA DE LAS
CIVILIZACIONES?
Conviene recordar que fueron precisamente los gobiernos español y turco quienes, en
noviembre del 2005, pusieron en marcha
en la localidad mallorquina de Calvia el proyecto conocido como Alianza de las civilizaciones, respaldado por quien entonces era el secretario
general de la ONU, Kofi Annan.
En dicho año el presidente del
gobierno español era José Luis Zapatero, socialista como el actual, mientras
que Erdogán ya llevaba años al frente del ejecutivo otomano.
Zapatero
defendió la Alianza de Civilizaciones como medio para luchar
contra «quienes, en cualquier parte y
utilizando todo tipo de argumentos deformados, argucias y pretextos, fomentan
el odio y la intolerancia», para «cegar
las fuentes del extremismo, ganar la batalla de las ideas y los principios,
alimentar las mentes de voluntad de paz» y evitar «que se ensanche la brecha entre el
mundo oriental y occidental».
Por su parte, Erdogan, que daba entonces la imagen de islamista moderado,
aseguró que la Alianza de Civilizaciones tendría «impactos
y consecuencias» para la paz y la estabilidad del mundo. «La falta de comprensión entre las Civilizaciones
es un gran escollo y se traduce en extremismo, intolerancia y terrorismo, por lo que es necesario
acabar con ella», dijo en 2005 el que acaba de tomar una decisión que
ofende a todo el orbe cristiano.
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