El arzobispo de
Toledo y primado de España, Monseñor Braulio Rodríguez Plaza,
ha publicado una carta pastoral titulada “Conseguir la reconciliación con la tierra, con el
prójimo y con Dios”. En ella, se leen cosas como esta:
En
nuestro mundo, sin embargo, hay gente que lucha por todo lo contrario, como el
Papa Francisco y otros muchos. No se trata de volver todos al campo, a los
pueblos vacíos, sino es otra realidad la que hemos de perseguir. Es conseguir
una reconciliación con la tierra, con el prójimo, con Dios: un camino que se
fundamenta en el reconocimiento del lugar que nos corresponde en la inmensidad
del universo. El carácter destructivo de nuestro cacareado “progreso” no
siempre ha sido evidente, sino que, despreciando todas las actividades agrarias
y sus sensibilidades, sólo
pensamos en la oferta de recursos naturales que no basta para nuestras demandas
de ellas.
“Solo pensamos en la oferta de recursos naturales
que no basta para nuestras demandas de ellas". Seguro que don Braulio no era consciente de que ese mismo argumento es
el que utilizan los neomalthusianos para justificar la promoción del aborto, de
la eutanasia y del control de la población en general. A partir de ese
argumento, los líderes del Nuevo Orden Mundial fomentan la anticoncepción y promueven
un sexo sin compromisos y sin hijos, incluido el matrimonio homosexual. El
control de la población es la solución de esta gentuza para erradicar la
pobreza y para liberar a la mujer. Si los pobres no tienen hijos, se acaba con
la pobreza. Si las mujeres no tienen hijos, se liberan de la esclavitud de la
maternidad que impide - según el criterio de estos desalmados - su realización
personal y profesional (porque para estos, la maternidad es una maldición). No
hace mucho leíamos cómo el príncipe Harry de Inglaterra - por poner un ejemplo
de estupidez - declaraba que su esposa y él solo querían tener dos hijos para “ayudar a salvar al planeta".
Yo no me tengo que reconciliar
con la Tierra. Eso es una estupidez. La Tierra no es un ser humano a quien haya
que pedir perdón por nada. Salvo que se considere a la «Madre
Tierra» como un ídolo pagano al que adorar. La Tierra no grita, no
sufre, no tiene heridas. Esas personificaciones del planeta tienen una
intencionalidad perversa.
Solo hay un Dios verdadero,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Carlos
Esteban
escribe un
magnífico artículo en InfoVaticana que titula “El primado de España se apunta a la ecoteología”
que les recomiendo.
Por otra parte, en La Nuova Bussola Quotidiana leo en portada: “Los obispos italianos quieren que recemos a la
Pachamama". Allí se puede ver esta “oración":
Al parecer, un párroco de
Verona promovió una vigilia del “Buen Vivir” y
en ella rezó esta oración:
«Pachamama de
estos lugares, bebe y come esta oferta a voluntad, para que esta tierra sea
fructífera. Pachamama buena madre, ¡Sé propicia! ¡Sé
propicia! Deje que los bueyes caminen bien y no se cansen. Haz que
las semillas germinen bien, que no les pase nada malo, que las heladas no las
destruyan, que produzcan buenos alimentos. Te pedimos a ti: danos
todo. ¡Sé propicia! ¡Sé propicia!».
¡Un párroco
rezándole a una deidad pagana…! Yo no doy crédito. No me lo puedo creer… Pero de ser verdad, el hecho
sería de una gravedad inusitada.
No obstante, las noticias
sorprendentes de hoy no acaban aquí. Por desgracia. Al parecer en la Catedral de Lima también se le canta a la Pachamama.
El título de la canción es “Madre Tierra, Pachamama, te
venimos a cantar”. Lo publica Infovaticana. Esta es la letra:
MADRE TIERRA,
PACHAMAMA, TE VENIMOS A CANTAR, MADRE TIERRA, PACHAMAMA, A DAR GRACIAS AL
SEÑOR.
Para comenzar el día nos
llenamos de tu luz y al final de la jornada no nos dejas de alumbrar, no se
apague, madre, el fuego que tenemos por amar, por cuidarte y respetarte por
vivir y construir
MADRE TIERRA,
PACHAMAMA, TE VENIMOS A CANTAR, MADRE TIERRA, PACHAMAMA, A ALABAR A MI SEÑOR.
Pachamama, madre buena,
destruida, sin amor, con tu suelo maltratado, y ríos enturbiados ya, ya no hay
bosques, hay ciudades con cemento y soledad, perdón madre, por mi olvido, Madre
Tierra, he de volver.
MADRE TIERRA,
PACHAMAMA, TE VENIMOS A CANTAR, MADRE TIERRA, PACHAMAMA, A ENCONTRAR A NUESTRO
DIOS.
Nos ofreces, de tu vientre,
los regalos de mi Dios, nuestras siembras y trabajos que tu cuidas con amor, hoy
no llegan para todos y no alcanzan pa’ vivir, danos madre, incienso nuevo que
haga santo el compartir.
MADRE TIERRA,
PACHAMAMA, TE VENIMOS A CANTAR, MADRE TIERRA, PACHAMAMA, A ALABAR A MI SEÑOR.
Pachamama, madre, amiga,
compañera en este andar, soy tu hijo un poblador, de la tierra labrador, sin
trabajo y sin justicia, sin amparo y sin calor llega el tiempo, Pachamama, de
anunciar la libertad.
MADRE TIERRA,
PACHAMAMA, TE VENIMOS A CANTAR, MADRE TIERRA, PACHAMAMA, A ENCONTRAR A NUESTRO
DIOS.
Pachamama te queremos los que
estamos junto a ti, te cantamos y bailamos bien unido el corazón, no me olvido
de mi gente, no me olvido del país, llega el tiempo, Pachamama, de vivir en
amistad.
Señor, yo estoy dispuesto a
defender la fe de la Iglesia con mi propia vida. Acepta, Señor, mi oblación.
Ven pronto a socorrernos. Mira que tu barca navega en medio de la oscuridad más
espantosa y la tormenta amenaza con hundirla. Ten compasión de nosotros, Señor.
Jamás reconoceré ni rendiré
ningún tipo de culto a la Madre Tierra o a la Pachamama o como quiera que
llamen a esa supuesta divinidad pagana. Eso es pecado de idolatría.
Yo no reconozco más madre que
la mía, a la que quiero con locura; y a mi Madre del Cielo: a la Santísima
Virgen María. Cristo nos la dio por madre en la cruz. La Virgen es la Purísima,
la Inmaculada Concepción; ella es Madre de Dios y Madre Nuestra. Ni “madre tierra” ni gaitas. Nuestra Madre es la
Santísima Virgen María.
¡Viva María
Santísima! ¡Viva Cristo Rey!
Pedro L. Llera
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