Ni
siquiera era todavía un templo
Una horda de
radicales musulmanes derribó el muro perimetral y el portón de ingreso de una
iglesia católica en la localidad de Waqya Chak, perteneciente al distrito de
Arifwala, en el Punjab pakistaní. La destrucción se produjo el 4 de noviembre
frente a la mirada impasible de la policía.
(Asia News) El motivo alegado para el
ataque es que la comunidad cristiana no tenía los permisos necesarios para
levantar muros. En diálogo con AsiaNews,
los católicos se quejan por el episodio y sostienen que
es «fruto de la envidia» que sienten hacia los cristianos. Naseer Masih, un catequista de la iglesia, afirma:
«Los musulmanes no quieren que haya una iglesia en el pueblo,
porque tienen resentimiento hacia los cristianos».
En la localidad viven unas 4.000 personas. Las familias católicas son 70, y ahora sienten una mezcla de dolor y rabia.
Naseer guía las oraciones desde que se construyó el lugar de culto, en el 2007.
En realidad, no se trata propiamente de un edificio, ya que la comunidad católica del lugar no
dispone de fondos suficientes para construir una iglesia. Es un pequeño terreno rodeado por un muro, que fue donado por un miembro de la
comunidad. Dentro se encuentra una modesta construcción donde se celebran las
misas y los párrocos de las iglesias cercanas ofician la liturgia en las
fiestas cristianas más importantes.
Los
musulmanes se oponen a la presencia del muro. El 4 de noviembre, 50 policías llegaron hasta el portón y preguntaron
a los católicos si alguna vez habían tenido problemas cuando rezaban en la
iglesia. Los cristianos respondieron que jamás habían tenido dificultades. En
tanto, una multitud de 60 personas se había reunido en el lugar, llevando un
tractor y martillos. Con el tractor, derribaron el portón; luego, los
musulmanes completaron la destrucción a fuerza de martillazos.
Al día siguiente, el personal
policial – con la participación del asistente del comisario, el subcomisario y
el responsable de la comisaría – convocaron a una reunión entre los cristianos
y los musulmanes. La policía dijo a los cristianos que no
podrían construir la iglesia hasta tanto no obtengan el permiso correspondiente del coordinador del distrito.
Luego agregaron que la iglesia había sido destruida porque era ilegal.
Según Naseer, «la demolición de las propiedades de la
iglesia atenta contra la ley. Además, la policía no brindó ninguna notificación de
advertencia antes del incidente. Los musulmanes completaron la destrucción y la policía no hizo nada para detenerlos. Esto significa que están de su
lado».
«Hemos preparado todos los documentos – dice – y apelaremos la medida ante el
distrito, a fin de poder construir finalmente la iglesia y que ésta sea
registrada por el gobierno. Por su parte, los musulmanes hacen lo que pueden
contra nosotros, y la policía conspira con ellos. Esperamos que el obispo y los
sacerdotes nos sostengan en la presentación de los documentos».
Si el distrito se opone al
registro de la iglesia, promete, «no nos quedará
más opción que acudir a los tribunales. Además, pediremos que se apliquen penas
contra los que destruyeron la iglesia».
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