viernes, 12 de abril de 2019

PODEROSA ORACIÓN DE LA MAÑANA VESTIDOS PARA LA GUERRA


Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:10-12

Cuando una persona entrega su corazón a Jesús y es llena del Espíritu Santo, su vida espiritual, que antes estaba muerta por el pecado, renace y comienza a vislumbrar destellos y a estar consciente de que algo sucede en la esfera espiritual. Y más allá de lo que podamos percibir, realmente el mundo espiritual está muy activo y a cada momento están ocurriendo cosas que el hombre natural no llega a comprender. Una de ellas es la batalla espiritual que cada día debemos librar contra las fuerzas de oscuridad.
Es por ello que Dios nos aconseja que vistamos su armadura, como guerreros preparados para la batalla, atentos, concentrados sin distracciones, para así estar preparados para enfrentar el día malo y ser vencedores. El día malo vendrá, las acechanzas del maligno también, la cuestión es si estamos preparados, de estarlo venceremos en el día malo.
Al tener esta perspectiva ya no enfrentaremos los problemas y los conflictos con los demás de la misma manera. Al entender que nuestra lucha no es contra carne y sangre, es decir contra personas, no nos molestaremos con aquellos que nos perjudican de alguna manera, más bien como guerreros preparados enfrentaremos al verdadero enemigo, enfocando nuestra lucha y esfuerzo en el lugar correcto y no perdiendo el tiempo en discusiones, pleitos o tratando de hacer razonar a los demás, no, nuestra lucha será dirigida contra el enemigo de nuestra alma quien procurará derribarnos y vencernos si no estamos revestidos a cada momento con la armadura de Dios. Lucha con la oración, el ayuno y la declaración profética. Declara con autoridad la palabra de Dios, afírmate en la fe, santifícate, tu potencial como guerrero se incrementará grandemente y serás invencible.
Oremos así:
Padre celestial me visto hoy de tu armadura. Fortaléceme con el poder de tu fuerza. Quiero ser un vencedor. Cuando vengan los problemas ayúdame a estar atento y no permitas que caiga en el engaño de Satanás. Él procurará que me enfrente a las personas y pelea mi batalla con armas carnales. Pero sé que mi lucha es contra las fuerzas de oscuridad. Revísteme de impulso y poder. Tomo las armas de la fe, la oración, el ayuno y la declaración profética afirmando así tus promesas en mi vida y declaro que venzo al enemigo. Pongo bajo mis pies toda fuerza del infierno que quiera destruirme.
Con la autoridad que me has dado echo fuera de mi casa, mi familia y de mi vida toda fuerza de oscuridad en el nombre de Jesús. La enfermedad, los conflictos familiares, la pobreza, el sufrimiento, la depresión, el temor, la angustia y los pensamientos destructivos se apartan de mí ahora, en el nombre de Jesús. Declaro libertad y victoria en el nombre de Jesús mi Señor, amen.
Por Mario Serrano

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