Santa
Verónica Giuliani fue una de las místicas más impresionantes que ha dado la
Iglesia Católica. Se la puede considera de la talla de San Francisco de Asís o
Santa Teresa de Ávila.
Fue un alma víctima y estigmatizada, que recibía
visitas de Nuestro Señor, la Santísima Virgen, Santos y Ángeles.
Así como
también la visita de almas del
purgatorio. Fue llevada a visitar el infierno y el purgatorio. Y tiene el honor de haber sido la primera Santa
Capuchina canonizada. Vivió entre 1660 y 1727 y su cuerpo se
conserva en el monasterio de las Clarisas de Citta di Castello.
Sobre su vida se ha realizado un documental
llamado El despertar de un gigante.
Se la considera un caso único porque en gran parte de su vida tuvo al menos una
visión por día. Además escribió 5
biografías por pedido de su confesor. Y un diario de 22000 páginas escritas a mano, que comenzó en 1693 y
terminó de escribir en 1727.
Sobre este
diario Jesús le diría: “El Señor mismo me hizo
entender que debería escribir todo; porque así lo quiso. Y que estos escritos serían de gran beneficio
para muchas almas; y que Él quería que fuera para todo el cristianismo”.
También Jesús prometió grandes gracias a quienes se
ocuparan de recopilar y dar forma al diario para publicarlo. En esto
trabajaron varias personas desde su muerte y finalmente la mística y estigmatizada María Teresa
Carloni fue quien terminó de condensar los 10 volúmenes del
diario.
BIOGRAFÍA
DE SANTA VERÓNICA GIULIANI
Nació en Mercatello,
Italia el 27 de diciembre de 1660 y en su bautismo recibió el nombre de Úrsula. Su madre Benedetta Mancini era profundamente religiosa, que leía
permanentemente la vida de santos y mártires. Lo que hizo que Úrsula comenzara
a imitar a temprana edad las penitencias
que hacía Santa Rosa de
Lima, asociándose a la pasión de Nuestro Señor. Además, separaba parte de su comida para dársela a
los pobres junto con su propia ropa. Su madre murió a los 39 años cuando ella tenía 7 años, y estaba
presente cuando su madre recibió el viaticum. Antes de morir consagró a sus hijas a cada una de las llagas
de Jesucristo. Úrsula fue consagrada a la herida del costado de Nuestro
Señor: “Tú,
querida Orsolina, aún tan joven residirás en la herida del costado.
Las dejo en el Corazón de Dios, donde no solo
encontrarán protección sino que también aprenderán que es amar”.
Esta es la
razón por la cual Verónica tenía gran
devoción por la herida de la lanza en el costado de Jesucristo. A los 3 años se le apareció Jesús
cuando estaba recogiendo flores en el jardín y él le dijo: “Yo soy la verdadera flor”
A los 10 años tomo la ansiada primera comunión, y cuenta: “Sentí que el Señor realmente había venido a mí, y con
todo mi corazón le dije Él: ‘Dios mío,
ahora es el momento de tomar posesión completa de mí. Me entrego solo a ti y solo
a ti quiero’.
Me parece
recordar que él respondió: ‘Tú eres mía y yo soy todo tuyo'”.
Fue en ese
momento en que comprendió su vocación a la vida consagrada. Otro hecho
significativo en su vida fue que a los
16 años recibió la visión que sus actos carecían de caridad, porque
consideraba a los pobres como seres inferiores, lo que le llevó a una
reconsideración de sus actitudes. Cuando
tenía 17 años, su padre Francesco Giuliani, que era superintendente de
finanzas de Piacenza, comenzó a hacer planes para que contrajera matrimonio. Pero
ella se opuso, y a pesar de la contrariedad de su padre, ingresó en el monasterio de las Clarisas
Capuchinas en Citta di
Castello en Umbría, donde vivió hasta que murió en 9 de julio
de 1727. Ella relata que el obispo
Sebastián le dijo a las Clarisas del convento:
“Mantengan a esta niña como un tesoro precioso
porque se convertirá en una gran santa”.
También
cuenta la primera impresión de Jesús
cuando ella entró en el convento: “Recuerdo que
el Señor me dio una gran bienvenida. Les
decía a todos: “Esta es nuestra ahora”, y luego se volvió hacia mí y me dijo:
“Dime lo que quieres”. Le pedí la gracia de amarlo y Él parecía
comunicarme su amor allí. Y entonces varias veces me preguntó que anhelaba.
Ahora puedo recordar pedirle tres favores. Uno era que debía estar a la altura del estado de vida que había
emprendido; el segundo, que nunca me apartara de su santa voluntad; y el
tercero era que Él siempre me mantuviera en la Cruz con Él”.
Y le
profetizó cómo sería su vida:
“Me dijo: ‘Te he elegido para grandes cosas, pero
tendrás que sufrir mucho por mi amor'”.
Ella tomó el
nombre de Verónica para su vida religiosa en honor el personaje bíblico que secó la cara de Jesús en la vía
dolorosa. Su nuevo nombre fue “Verónica
de Jesús y María”.
ESTIGMAS
El viernes santo de 1697 recibió los primeros
estigmas mientras cargaba la cruz de madera alrededor del jardín en el
viacrucis,
“En
un instante, vi cinco rayos brillantes
que salían de Sus heridas y venían hacia mí. Vi cómo se convirtieron en
pequeñas llamas. Cuatro de ellas
contenían los clavos, y la quinta contenía la lanza, dorada y toda en
llamas, y perforó mi corazón. Los clavos me perforaron las manos y los pies”.
Pero antes, el viernes santo de 1681, recibe su corona de
espinas, que describe de esta forma: “Puso
esta corona en mi cabeza y me pareció que sentí que las espinas se clavaban en
el interior de mi boca, mis orejas, mi cabeza, mis ojos, mis sienes y mi
cerebro. Fue tanto sufrimiento que me
caí al suelo como si estuviera muerta”.
Y Jesús le
repitió la profecía que ya le había dado anteriormente: “El Señor me levantó y me dijo: ‘Sentirás estos dolores mientras estés viva, más o menos según mi
deseo'”. Todo esto lo
mantenía en secreto y debía visitar con frecuencia la enfermería para
curarse de las heridas y las hinchazones.
El Padre Salvatori
escribió que las heridas: “Emitían una fragancia tan deliciosa en
todo el convento, que solo esto fue suficiente para informar a las monjas
cuando se renovaban los estigmas”.
También recibió un anillo en su piel símbolo del
Esponsorio Místico con Nuestro Señor.
Un testigo
lo describe así: “Este anillo rodeaba su dedo
anular como lo hacen los anillos comunes. En él parecía haber una piedra
levantada tan grande como un guisante y de un color rojo”.
MARCAS
EN SU CORAZÓN
En 1697 recibe la herida en su corazón que se
conoce con el nombre de transverberación.
“Estando
frente a Él [frente a un crucifijo] parecía que Él soltó su brazo derecho y con el gran clavo que sostenía en su mano Él
hirió mi corazón. Sentí un gran dolor…”.
Jesús le mostró también cómo había herido el
corazón de Santa Teresa de Ávila de la misma forma. Y le advirtió:
“No debes comenzar ningún trabajo sin entrar primero
en estas heridas amorosas, para aprender cómo hacer ese trabajo…”.
Luego de su
muerte el corazón de Santa Verónica fue
objeto de una investigación.
El médico cirujano Giovanni Francesco Gentili
descubrió varios símbolos grabados en el ventrículo derecho de su corazón, cómo
la cruz, los clavos y varias letras que aludían a términos sagrados.
Había una C
para la caridad, una O para la obediencia, una F para la fidelidad a Dios y
María, una P para la paciencia y U para la humildad. Había dos llamas que representaban el amor
por Dios y al prójimo. Y siete espadas
que significaban los dolores de María. En
esa autopsia estuvieron presentes el obispo, el alcalde, varios médicos
y otros testigos relevantes que vieron las marcas en el corazón.
PRUEBAS
A QUE LE SOMETIÓ EL VATICANO
Ante todos estos hechos inusuales las autoridades
vaticanas nombraron una comisión para poner a prueba la humildad de Santa
Verónica.
Fue así que la depusieron de su función de maestra
de novicias y privada de todos los sufragios en la comunidad. Fue aislada y encarcelada en una celda
alejada del resto y no se le permitía a ninguna hermana hablar con ella. Su cuidadora la debía tratar como una
impostora. Se le prohibió la sagrada comunión y se le permitía concurrir
a misa sólo los domingos y los días festivos, pero hacerlo desde la puerta de
la iglesia.
Al finalizar este período de pruebas el obispo
informó que Verónica había obedecido cada orden sin tristeza y con un gozo de
espíritu muy alto, por lo que fue restituida en plenitud.
Ella tuvo el
cargo de maestra de novicias durante 22 años y fue elegida abadesa por
unanimidad. Hoy estas pruebas nos parecerían a nosotros como excesivas y fruto
de un clericalismo rampante.
MEDIADORA
ENTRE DIOS Y LOS PECADORES
Una de sus principales misiones fue la de ser
mediadora con los pecadores.
Siendo aún
novicia ya lo expresaba de esta forma: “La
mayoría de las noches pasaba llorando, pero no sabía de qué estaba llorando. Parece
que pensar en las ofensas cometidas
contra Dios y pensar en su pasión me hacía llorar“.
A menudo tenía visiones de almas que estaban a
punto de cometer pecados mortales y ella trataba de solucionarlo aumentando sus
penitencias.
A veces Jesús le decía por quién debía orar. Y
otras veces le mostraba cómo habían
salido del pecado las almas por las que ella se había sacrificado. Ella le pediría a Jesús participar más
frecuentemente de esta conversión de pecadores: “Envíame más
penitencias, más tormentos, más cruces para que cada criatura regrese a
ti redimida”. Dentro de sus sufrimientos estuvo el cáliz de la amargura. El 15 de
agosto de 1694 se aparecieron Jesús y
la Virgen María con un cáliz que contenía un licor amarillento que
parecía estar hirviendo. La Santísima Virgen se lo ofreció y le dijo: “Hija, te doy este regalo en
nombre de mi Hijo”. Este cáliz contenía todo el sufrimiento que ella había ofrecido por los pecadores.
ALMAS
DEL PURGATORIO
Otra fuente de sus sufrimientos y expiaciones
fueron las almas del purgatorio.
Ella informaría
a sus hermanas del convento: “Pasé esta noche como de costumbre en el
purgatorio, en medio del fuego y el hielo, las penas y los sufrimientos,
de los en completo abandono y sin la ayuda de nadie”.
En numerosas oportunidades ella tomaba el lugar de
las almas del purgatorio para expiar sus pecados.
En sus visitas al purgatorio vio a muchas almas conocidas, incluso al papa Clemente XI,
numerosos confesores y religiosos y religiosas, a quienes ayudaba tomando su
lugar.
VISIONES
DEL INFIERNO
Santa Verónica recibió numerosos ataques del
demonio a quien ella llamaba el “tentador”.
Los ataques
eran espirituales, como por ejemplo hacerle sentir culpas. Y también había ataques físicos mediante apariciones de animales que la herían. Incluso
el demonio llegó a disfrazarse
de Jesús, María o el propio Obispo. Fue el propio demonio quién le mostró una visión del infierno: “Oía gritos y
voces de lamento de los condenados. Solo vi monstruos infernales, muchas serpientes, muchos animales
feroces, un hedor infernal y llamas extremadamente calientes, que eran tan
grandes que no se podía medir su altura… Podías escuchar muchas blasfemias y maldiciones contra Dios. Qué
triste, qué tormento esto causó mi alma”.
A raíz de
estas visiones Verónica ofreció su ayuda:
“Mi Señor, me ofrezco para estar aquí como una
puerta, para que nadie pueda entrar y perderte”.
La Santísima Virgen luego le contó cuáles eran los
7 lugares peores del infierno.
“Hija,
quiero que describas los siete sitios más dolorosos del infierno y para quién
existen. El primero es el lugar donde
lucifer está encadenado, y con él está Judas, que sirve como su silla
(asiento), y están todos aquellos que fueron seguidores de Judas. El segundo es el lugar donde están todos los
eclesiásticos (clérigos) y los prelados de la Santa Iglesia, que fueron
elevados en dignidad y honores, y han pervertido la fe, pisoteando la Sangre de
Jesucristo, mi Hijo, con muchos pecados enormes. En la tercera ubicación que viste, están todas las almas de los
religiosos masculinos y las religiosas femeninas. En el cuarto, están todos los confesores,
por haber engañado a las almas de sus penitentes. En la quinta, están todas las almas de los jueces y de los
gobernadores de la justicia. La sexta
ubicación, en cambio, es aquella destinada a todos los superiores
(Madrea Superioras / Padres Superiores) de los religiosos. En el séptimo, por último, están todos
aquellos que querían vivir de acuerdo con su propia voluntad y han
cometido todo tipo de pecado, especialmente los pecados carnales”.
SU
ÁNGEL GUARDIÁN
Verónica
tuvo una gran relación con los ángeles
y en especial con su ángel de la guarda. Su madrina contó que vio a su ángel de la guarda cuando recibió su
confirmación.
Ella hablaba diariamente con el ángel y este le
informaba de cosas especiales, como por ejemplo que el cielo había asignado a
10 ángeles guardianes adicionales para ayudar al Papa.
También la protegía de los ataques del demonio
y la acompañó durante sus visitas al infierno. Además le ayudaba en sus tareas
diarias.
SU
RELACIÓN CON LA VIRGEN MARÍA
La Virgen María tomó a Verónica como su discípula a
partir de los años de las pruebas que recibió en el convento por orden del
Vaticano.
Incluso
experimentó la unión mística con la
Santísima Virgen: “La Santísima Virgen María
se había transformado en mí, pero no tengo forma de explicar o contar esto,
porque mi alma se ha vuelto una con María” Y cuando fue nombrada
abadesa del convento, en 1716, Verónica
puso las llaves del convento en las manos de la Virgen María. Y ésta tomaba el lugar de Verónica durante el tiempo
que ella estaba místicamente en el purgatorio o en el infierno. Sus
hermanas del convento se percataban de esto cuándo iban a hablar con Verónica y
notaban en el rostro de ella una
expresión majestuosa. Desde 1720 es la Virgen María quién le dicta el diario
a Verónica y por eso aparece redactado en segunda persona.
SU
MUERTE
El 6 de
junio de 1727 tiene un derrame cerebral
y estuvo místicamente en el purgatorio durante 33 días, en que tuvo
numerosos sufrimientos y tentaciones.
El 9 de julio de 1727 su confesor le da el permiso
para morir.
Sus últimas
palabras fueron: “El amor se ha dejado
encontrar”.
Su cuerpo permaneció incorrupto durante muchos años hasta que fue destruido por
una inundación. Su corazón permanece
incorrupto dentro de un relicario.
Fue beatificada en 1804 por el papa Pío VII y canonizada en 1839 por el papa Gregorio XVI. Se cuentan
de ella muchos milagros producidos en
su tumba.
Fuentes:
- https://www.ucatholic.com/blog/a-hidden-saint-for-a-church-in-crisis/
- http://www.mysticsofthechurch.com/2015/07/st-veronica-giuliani-extraordinary.html
- https://www.roman-catholic-saints.com/saint-veronica-giuliani.html
- http://www.ewtn.com/library/mary/15363a.htm
- https://www.terredipiero.it/en/luoghi-dello-spirito/shrine-of-st-veronica-giuliani-and-the-capuchin-clares-monastery/
- https://digilander.libero.it/monast/purga/inglese/veronica.htm
- http://thewandererpress.com/saints/catholic-heroes-st-veronica-giuliani/
- http://www.traditionalcatholicpriest.com/2015/03/16/mary-tells-saint-veronica-giuliani-about-hell/
Sergio Fernández
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