Hace 50 años, en mayo de 1968,
se desencadenó una inesperada revolución en Francia que iba a traer grandes
consecuencias, especialmente a nivel moral, cuyas secuelas sufrimos hoy en día.
Lo que empezó como una serie de protestas estudiantiles derivó en una huelga
general total que paralizó el país y que siguieron 9 millones de trabajadores.
El gobierno del general De Gaulle estuvo a punto de caer y el propio régimen
político cerca de derrumbarse.
La ideología de los sublevados
era comunista radical maoísta, pero en un segundo nivel, más peligrosas eran
aún sus intenciones contraculturales; odio a la Fe Católica, fomento de todas
clases de perversiones sexuales, cuestionamiento de la Ley natural y desprecio
por la tradición y las ideas y valores comúnmente aceptados durante siglos. Si
en el primer nivel, la imposición de sus objetivos políticos revolucionarios la
revuelta de mayo de 1968 fracasó finalmente (aunque estuvo cerca de triunfar) en el segundo, el plano
contracultural, la revolución de 1968 triunfó totalmente por desgracia y sus
consecuencias las pagamos hoy terriblemente. ¿Qué ocurrió, pues, realmente en Francia en mayo de 1968?
LA REVUELTA ESTUDIANTIL
Fue muy llamativo que la
primera chispa de lo que iba a ser un gran incendio tuviera lugar en realidad 3
meses antes, en febrero de 1968 con una protesta estudiantil sobre un tema
aparentemente trivial pero muy relevante en el ámbito moral: la exigencia de
que se abolieran los viejos reglamentos que impedían a los estudiantes varones
acceder libremente, dentro de las residencias universitarias, a los pabellones
y los edificios donde estaban las estudiantes femeninas. Fue lo que se llamó “libertad de
cópula”. Empezó en la universidad de Nanterre, cerca de París,
pero se extendió a toda Francia y dio origen a enfrentamientos en algunas
universidades y con la policía. El argumento gubernamental de que había que
proteger a las chicas de posibles agresiones sexuales fue desechado como
ridículo por las mismas chicas que participaron en algunos casos en los
disturbios junto a los varones.
Aparecieron una serie de
nuevas organizaciones estudiantiles de extrema izquierda como la JCR, FER, UJC,
etc, cuya ideología era comunista trotskista y maoísta y que cristalizaron en
el llamado “Movimiento 22 de marzo” dirigido
por un activista estudiantil judío alemán llamado Daniel Cohn Bendit, personaje que vino a convertirse en el líder
visible de la revuelta estudiantil de mayo de 1968. Lo de la “libertad de cópula” solo había sido en realidad,
el primer paso de una escalada en la revuelta estudiantil perfectamente
planeada un año antes. En marzo de 1967 se habían reunido una “Asamblea de apoyo al pueblo vietnamita” en
Bruselas donde una serie de grupos juveniles extremistas planificaron una
rebelión estudiantil masiva para el año que viene, que en teoría iba a ser al
mismo tiempo en Londres, Berlín y París, aunque solo en París alcanzaría gran
importancia finalmente. La excusa de la guerra de Vietnam que obsesionaba a la izquierda europea en los 60 (como 30 años antes la había obsesionado la
guerra de España), servía de catalizador a toda la izquierda radical
global del momento.
El siguiente paso fue en marzo
y abril la protesta estudiantil que exigía la abolición de los exámenes y el
aprobado general para todos los estudiantes universitarios. Ante la negativa
gubernamental se produjeron nuevos disturbios y empezó la ocupación de algunas
facultades. Fue también importante que la asociación estudiantil UNEF que hasta
entonces había sido católica y conservadora pasara a defender la “colaboración entre cristianos y marxistas” y se
volviera izquierdista. El 2 de mayo de 1968 estudiantes del minoritario “Occident”, el único grupo estudiantil derechista,
(que sería ilegalizado por el Gobierno a finales de año), denunciaron el
dominio comunista en la Universidad en Francia y asaltaron las sedes de algunos
grupos de estudiantes de izquierdas.
Este hecho fue tomado como excusa por todos los grupos revolucionarios estudiantiles para iniciar la
insurrección a gran escala.
ESTUDIANTES Y SINDICATOS
El 3 de mayo miles de
estudiantes ocuparon la Universidad de la Sorbona de París, la más importante
de Francia y tuvo lugar un gran enfrentamiento con la policía en la calle. Hubo
cientos de heridos y 596 detenidos. 160.000 estudiantes en toda Francia se
declararon en huelga. Entre el 5 y el 13 de mayo tuvieron lugar muy violentos
incidentes y enfrentamientos entre estudiantes y policías en el centro de París
y en el llamado Barrio Latino. La mayoría de las universidades del país fueron
ocupadas por los estudiantes. El 15 de mayo el balance era de 800 heridos,
(muchos de ellos policías), un millar de detenidos y 188 coches destruidos o
dañados. Ese día cientos de miles de izquierdistas se manifestaron en París
liderados por el Partido Comunista y su sindicato, la CGT. Era significativo
que, como se ve en las imágenes, los estudiantes e izquierdistas en general no
llevaban banderas francesas sino rojas, negras, chinas y del Vietcong, junto a
retratos de Marx, Lenin, Mao, Fidel Castro y Che
Guevara. Se formaron casi 500 “comités de
acción” con tareas que iban desde la lucha callejera al reparto de
propaganda (el modelo de los actuales
“CDR” antisistema en Cataluña)
Hasta entonces lo que solo era
una rebelión estudiantil, aunque muy importante, se volvió mucho más grave
cuando los sindicatos declararon una huelga general total e indefinida para
apoyar a los estudiantes. El día 22, 9 millones de trabajadores y empleados
estaban en huelga y Francia completamente paralizada sin servicios públicos y
las calles de París ocupadas por los manifestantes mientras la gente normal no
se atrevía a salir de casa. Las tiendas empezaban a estar desabastecidas. El
presidente francés, el conservador general De Gaulle, que llevaba en el poder desde 1958 era partidario de
una represión dura y el uso del Ejército contra los manifestantes, pero fue
convencido por su primer ministro, el centrista Georges Pompidou de que era mejor intentar negociar con los sublevados y los
partidos de izquierda. Después de una serie de reuniones con sindicalistas y
políticos se llegó a una especie de acuerdo en que el Gobierno se comprometía a
una serie de mejoras sociales y subidas salariales, así como cambios en las
universidades.
MAOISMO
Pero resultó que estas
concesiones en lugar de calmar a los rebeldes, les radicalizaron. Los grupos
estudiantiles viendo la debilidad del Gobierno aumentaron las protestas y
exigieron la dimisión de De Gaulle y su gobierno y un cambio total en Francia.
Hay que tener en cuenta un dato muy importante. Los estudiantes rebeldes eran comunistas, pero no pro soviéticos sino
mayoritariamente maoístas pro chinos. Hay que recordar el fuerte
enfrentamiento diplomático y político que había entonces ente los 2 gigantes
comunistas, la URSS y China. Mao, comunista super radical acusaba a la URSS de
moderada y de traicionar al comunismo y aceptar formas de propiedad privada
mientras él, Mao, llevaba a cabo en nombre de un estalinismo total su “Gran Salto Adelante” y luego su “Revolución Cultural” (que costó la vida a
millones de personas en China).
Dado que el Partido Comunista
Francés estaba totalmente sometido a Moscú en aquel momento (igual que todos
los partidos comunistas europeos entonces, como el PCE de Carrillo) el PCF no
intentó derrocar al Gobierno de De Gaulle hasta que ya fue tarde y perdió un
tiempo precioso negociando con el Gobierno como le reprocharon amargamente los
grupos estudiantiles más tarde. En
definitiva, a Moscú no le interesaba
una Francia comunista si ésta era prochina. De todas formas, entre el 27
y el 30 de mayo, en palabras del periodista británico Patrick Seale en su libro
“La revolución francesa de 1968” el Estado estaba totalmente hundido
con los funcionarios en huelga y la mayoría de los trabajadores. Solo la
Policía y el Ejército quedaban bajo control del Gobierno y aun así el ministro
de Defensa Mesmer advirtió a De Gaulle que los soldados de reemplazo
difícilmente dispararían contra los estudiantes.
Viendo la debilidad del
Gobierno, el Partido Comunista exigió ya un gobierno de izquierdas con una
mayoritaria presencia comunista. El líder socialista Francois Mitterrand, (futuro presidente de
Francia entre 1981 y 1995) negoció con ellos un gobierno conjunto, aunque sin
aceptar que los comunistas dominaran el Gobierno. El Gobierno parecía a punto
de caer y el comunismo a punto de tomar el poder.
REACCIÓN DE DE GAULLE
Pero entonces la energía del
general De Gaulle a sus 77 años salvó a Francia. El 29 de mayo De Gaulle huyó
de Francia, (algunos la compararon con la huida de Luis XVI durante la
revolución) pero fue a Alemania donde en Baden Baden se reunió con el general
Massu que mandaba las tropas francesas de guarnición en Alemania (entonces
Francia, igual que Reino Unido y Estados Unidos tenían un contingente militar
en la RFA) y acordó el regreso a Francia de estas tropas de élite para que
aplastaran la revolución en París y otras ciudades, incluso con tanques si
fuera necesario. A cambio, De Gaulle amnistió a los generales presos que en
1962 habían intentado derrocarle con un golpe de estado a causa de la guerra de
Argelia. Al mismo tiempo en un discurso televisado amenazó con suspender la
Constitución y gobernar con la ley marcial. Unidades militares de élite con
vehículos blindados tomaron posiciones cerca de París.
Tan importante como eso fue la
movilización, por fin, de la derecha francesa. El 30 de mayo cientos de miles
de personas se manifestaron en París en apoyo a De Gaulle y con lemas como “Los comunistas
no pasarán”, “Abajo el marxismo” y “Cohn Bendit a Dachau”. Finalmente, los sindicatos y el PCF
desconvocaron la huelga general a cambio de que De Gaulle convocara elecciones
parlamentarias para finales de junio. Poco a poco París fue volviendo a la vida
normal. En estas elecciones el partido de De Gaulle obtuvo una gran victoria y
la izquierda fracasó. En París la derecha ganó ampliamente demostrando que los
estudiantes no representaban al pueblo. El peligro comunista pasó. Finalmente,
la policía desalojó a los estudiantes de la Sorbona, la última universidad
ocupada a principios de junio.
De Gaulle se deshizo entonces
de Pompidou cuya línea blanda había sido nefasta. (No obstante, en 1969 De
Gaulle dimitió a causa de la edad y de un desacuerdo con su propio partido
sobre la idea de dar autonomía a las regiones francesas y no pudo evitar que su
sucesor como presidente fuese Pompidou). Cabe añadir que De Gaulle mantuvo una
línea de amistad con la España del General Franco pero su sucesor Pompidou
inició la política antiespañola de dar refugio a los terroristas de ETA que
duraría bastantes años y que De Gaulle no habría permitido.
FRACASO POLÍTICO, ÉXITO
CULTURAL
Así pues, la revuelta
comunista de mayo del 68 no tomó el poder en Francia, pero por desgracia la
vertiente contracultural de esta revolución si acabó triunfando finalmente en
Francia y en todas partes. Los filósofos que la apadrinaron como Marcuse desarrollaron las ideas del
comunista italiano Gramsci de
principios de siglo y así nació el marxismo cultural.
La idea era que la clase
obrera había de dejar de ser el principal sujeto revolucionario para que lo
fueran los estudiantes, las mujeres (la ideología de género que hoy sufrimos),
los intelectuales marxistas, los homosexuales o en nuestros días los
inmigrantes (o en Hispanoamérica los pueblos indígenas) La “liberación sexual” era también parte muy
importante de su revolución. Sexo, droga y rock and roll, aunque fuese un lema
anglosajón era compartido por los estudiantes de París.
El mayo del 68 francés dio
muestra de todo ello con aquellos famosos lemas y pintadas supuestamente
ingeniosos y alegres pero que escondían su devoción por la tiranía marxista “Prohibido prohibir”, “Debajo de los adoquines
está la playa”, “Seamos realistas, pidamos lo imposible” y también “Cuanto
más revolucionario soy más ganas tengo de hacer el amor”. “Inventa
nuevas perversiones sexuales” No es de extrañar que años más tarde
el líder de la revuelta estudiantil Daniel
Cohn Bendit fuera acusado de pederastia.
Su odio a la Iglesia se
explicitaba también en aquella famosa pintada en una iglesia de París “Acabaremos con vosotros a carcajadas”. Era la estrategia de atacar a la Iglesia en
Occidente no sangrientamente sino ridiculizando y marginando a los creyentes
que tantas veces hemos comprobado en nuestros días. Perversa revolución la de
mayo del 68, aunque como la de 1789, de la cual fue hija, sea tan alabada por
los medios “liberales” y supuestamente “de derechas”.
Como signo de esperanza
pensemos en la acción protectora de la Santísima Virgen, que había
advertido en Fátima del
peligro rojo y probablemente su intercesión salvó a Francia en el 68 al igual
que hizo con España en el 36.
Javier Navascués
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