jueves, 24 de mayo de 2018

UN COLEGIO MAYOR CATÓLICO DE ZARAGOZA PROMOCIONA LAS CONSTELACIONES FAMILIARES



El Colegio Mayor Universitario “Virgen del Carmen” de Zaragoza, de los PP. Carmelitas, tiene previsto acoger los próximos 26 y 27 de mayo un taller de Constelaciones Familiares impartido por Mª Paloma Crisóstomo González, una más de las divulgadoras de esta peligrosa pseudoterapia New Age que se adentra en los campos de la psicología.
El tema que se trabajará en el taller, según los carteles puestos en Zaragoza y la página web de la propia Paloma Crisóstomo, será “los hijos”. La actividad tiene un precio de 130 euros y, como es habitual en este tipo de ofertas formativas New Age, será precedida por una charla gratuita (de señuelo y captación) sobre Constelaciones Familiares, el viernes 25.
En su página web, Paloma Crisóstomo se presenta como maestra de Autoconocimiento, profesora de Psicocorporalidad, facilitadora en Constelaciones Familiares y licenciada en Pedagogía Sistémica. Además, asegura haber sido incluida por Bert Hellinger en la Red de Consteladores Internacionales “Hellinger Sciencia”.
Para inscribirse en el taller se proporciona la página web de un fisioterapeuta zaragozano, José Ángel Remacha Pérez, que además de publicitar las Constelaciones Familiares, realiza su trabajo de una forma “más global y profunda”, con estudios en técnicas como osteopatía, terapia craneo-sacral (y su aplicación pediátrica), manipulación visceral, liberación somatoemocional, reeducación postural global, inducción miofascial y movilización neuromeningea.
Desde la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) se ha informado a la dirección del Colegio Mayor Universitario “Virgen del Carmen”, que además forma parte del elenco de residencias reconocidas por la Universidad de Zaragoza, sin recibir respuesta alguna. También se ha hecho llegar esta información a la Orden del Carmen y al Arzobispado de Zaragoza.
¿QUÉ SON LAS CONSTELACIONES FAMILIARES?
Una de las supuestas nuevas terapias psicológicas que más está creciendo en la actualidad es la de las Constelaciones Familiares. Por todos lados se habla de “constelar”, y hay profesionales debidamente colegiados que practican esta técnica, además de cursillos que la enseñan, como éste del que informamos, en un centro propiedad de la Iglesia.
Se basa en la Terapia Sistémica Familiar del alemán Bert Hellinger, antiguo misionero católico en África, influido por el psicoanálisis, el Análisis Transaccional y la Terapia Gestalt, entre otras corrientes psicoterapéuticas contemporáneas. Hellinger afirma que los sucesos traumáticos que afectan a la familia, rompiendo su armonía original, permanecen como parte de un “inconsciente colectivo” de esa familia, afectando a sus miembros más allá de ese momento, incluso generaciones después.
Sobre esta base, las sesiones de esta supuesta psicoterapia consisten en una especie de representaciones o dramatizaciones de los hechos que supusieron la ruptura de la armonía familiar, de forma que afloren esos traumas y se puedan asumir e integrar para recuperar esa armonía perdida. Lo que se busca con este juego de rol, realizado en grupo, es recomponer el sistema familiar, el grupo, de manera que vuelva a ser una “constelación”.
UN MÉTODO PELIGROSO
Esto trae consigo diversos problemas. Uno de ellos es la explicación de esa transmisión de los traumas o problemas a través de las generaciones, que muchas veces no pasa de unas razones mágicas sin fundamento alguno (como la memoria celular). Otro es que acaba exculpando a las personas de lo que les pasa, despojándolas de toda responsabilidad (algo que, seguro, influye en su popularidad). Así lo resumen en una web crítica con las Constelaciones:
“¿Tiene cáncer de pulmón? No es por fumar desaforadamente, es porque sus abuelos tuvieron una separación desagradable. ¿No encuentra pareja? No es que esté haciendo algo mal, es que está usted expiando un fracaso amoroso de la juventud de su madre. La postura de Hellinger es que Hitler no era una mala persona, sino una víctima de su constelación familiar”.
Lo que puede llevar a extremos ciertamente perversos. Y para que las palabras de Bert Hellinger hablen por sí mismas, veamos lo que dice ante un caso de abusos sexuales de un padre a su hija: “Si usted se ha confrontado con una situación de incesto, una muy común dinámica es que la mujer no ha cumplido con su marido, ella rechaza mantener relaciones sexuales. Luego, como compensación, la hija toma su lugar… Como ve, en el incesto, hay dos perpetradores, uno en la sombra y uno al descubierto. No puede resolver el problema a menos que salga a relucir el perpetrador escondido… La hija dice a su madre: ‘Lo hice por ti’. Y ella puede decir a su padre: ‘Lo hice por mamá’… Si quiere pararlo (el incesto), esta es la mejor manera, sin acusaciones. Si se lleva el perpetrador a la justicia, la víctima expiará por lo que se le ha hecho al perpetrador”.
Es decir: que el padre que abusa sexualmente de su hija no tiene culpa alguna. Es tan víctima de la situación como la niña. En una terapia que se realiza como un juego de rol o dramatización, la persona que ha sufrido una agresión de ese tipo tiene que arrodillarse delante de quien representa a su violador, dándole gracias por la experiencia y pidiéndole perdón por haberlo culpabilizado, cuando ella era la verdadera responsable de la situación.
¿Un peligro? Sí, ciertamente. Una pseudoterapia New Age más que, en lugar de ayudar, culpabiliza a las víctimas y las hunde mucho más. Una propuesta de gran violencia psicológica que puede generar dependencia personal y fenómenos de sectarismo de gran calado.
PARA MÁS INFORMACIÓN:

Secretaría RIES

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