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Católico.- “Pero el que blasfeme
contra el Espíritu Santo no tendrás perdón nunca antes bien será reo de pecado
eterno”
Muchos ante esta cita bíblica quedan
desconcertados, y se hacen de la vista gorda para no complicarse la existe y
continúan con su vida o quedan con la idea de que Dios perdona todo pero que su
misericordia tiene un límite.
EL CONTEXTO PARA EVITAR EL PRETEXTO
Cuando vemos una cita bíblica sin saber cuándo
fue dicha o a quién fue dicha y las circunstancias del evento podemos
malentender la cita. Revisar Marcos 3, 20-30,
nos dará un contexto más amplio sobre la afirmación que ha hecho cristo.
En Mc. 3,20 vemos
a Jesús expulsando demonios aquí y allá, mientras autoridades judías se
encargaron de decirles a los demás que Jesús estaba poseído y que el poder de
Satanás era el que podía expulsar a los demonios.
Jesús después de explicar por qué “expulsar a Satanás con el poder de Satanás” no
tenía sentido, pronuncia las palabras que se citaron en un inicio, refiriéndose
al pecado que no será perdonado.
La gente estaba diciendo que la obra del
Espíritu Santo en realidad era obra de Satanás, debemos de entender que Jesús
vino exclusivamente a hacer la obra de Dios, si fallamos en reconocer y aceptar
esa oba, nos cerramos a la misericordia y el perdón que Dios está tratando de
darnos.
SIENDO MÁS CLAROS…
“(…) No hay límites a la
misericordia de Dios, pero quien se niega deliberadamente a acoger la
misericordia de Dios mediante el arrepentimiento rechaza el perdón de sus
pecados y la salvación ofrecida por el Espíritu Santo. Semejante endurecimiento
puede conducir a la condenación final y a la perdición eterna” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1864)
No es que haya gente que vaya por la vida
diciendo que las obras de Cristo en realidad son de Satanás, sino que basta el
hecho de cerrarnos a la misericordia de Dios, creyendo que nuestro pecado es
más que su misericordia.
Ni la misericordia de Dios tiene un límite, ni
hay necesidad de inventarse “pecados imperdonables”,
sencillamente el único pecado que Dios no puede perdonar, es aquél por el cual
nos rehusamos a pedir perdón.
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