Ese viene a ser al
final el gran criterio de vida
litúrgica y pastoral en nuestra Iglesia. Hay muchas cosas que los curas sabemos
que se deberían cuidar más. Pero, por no liarla… tragas o incluso fomentas para ser el cura campechano, cosa que hoy se
lleva mucho. Me van a permitir que coloque algunos ejemplos sin orden ni
concierto.
FUNERALES. Se va haciendo costumbre que al
final de la misa exequial, si no en medio, un familiar del finado salga
a leer unas palabras o carta al difunto
llenas de emotividad, llantos y suspiros. Ni tiene sentido ni está previsto en
la liturgia. Pero por no liarla…
RITO DE LA PAZ. Lo previsto en la liturgia es que, en caso de llevarse a cabo -es un
rito opcional-, sea algo brevísimo y que apenas se de la paz a derecha e
izquierda. Pues bien, en muchos sitios
se convierte en un jolgorio interminable consistente en que todos tienen
que dar la paz a todos, empezando por el celebrante que no pierde ocasión de
ser más campechano que nadie. Una barbaridad. Pero por no liarla…
SILENCIO EN LOS TEMPLOS. Hay que ver cómo se pierde. En
muchos sitios las iglesias son salones
de actos en los que uno está de charleta con los vecinos hasta que comienza la
función. Aunque esté el sagrario. Habría que recordar la necesidad del
silencio en los templos, pero por no liarla…
ESAS INTERMINABLES OFRENDAS. Sobre todo en momentos de
primeras comuniones, misas con niños, algún funeral, bodas… Cosas y cosas que, encima, luego se llevan a
casa (¿no eran ofrendas?). Habría que limitar las ofrendas al pan y al
vino y, si acaso, alguna cosa muy especial para la iglesia o los pobres. Pero
por no liarla…
CANTOS ABSURDOS. No solo que en el sanctus alguna palabra se baile, sino salmos
responsoriales cambiados por cualquier cosa, supuestos textos litúrgicos cuyo parecido con la realidad es mera
coincidencia, cantos sacados de cualquier sitio y que valen para lo que
sea. Habría que poner un poco de orden, pero por no liarla…
BAUTISMO. Pide el derecho canónico para los padrinos un mínimo de catorce años y
que hayan recibido el sacramento de la confirmación. Te presentan como padrinos a Fulanito y Menganita, conviviendo en pareja
sin matrimonio canónico y, evidentemente, sin confirmar. No pueden ser
padrinos. Pero por no liarla…
BODA. Fulanito y Menganita llevan conviviendo años y cuando les preguntas si creen que el matrimonio es un sacramento, te
responden diciendo ¿sacra… qué? Eso sí, exigen boda con misa y solemne,
porque viene a cantar un coro carísimo y hay que amortizarlo. Lo normal sería
celebrar el rito del matrimonio sin eucaristía, pero por no liarla…
Esta es nuestra realidad, y se debe a varios factores.
El primero y principal, la falta de criterios firmes y de autoridad en nuestra
iglesia. Intentas poner un poquito de orden –un poquito solo- y te
encuentras con que al cura de al lado, al de enfrente, al de la parroquia de
santa Veneranda, no les importa tragar con todo, y podría poner ejemplos más
gordos: ¿y por qué no hace una confesión con absolución general como en la
parroquia de santa A o en la de Nuestra Señora de B? ¿Y por qué usted no admite
dos madrinas de bautismo, si en la parroquia de tal no ponen pegas? En otras
parroquias te complican menos la vida, que no sé por qué para bautizar a un
niño hay que venir a las charlas.
No pasa nada. Nunca pasa nada. Así que uno puede acabar harto de ser el
malo de la película y opte por no liarla. En cuatro días todo patas arriba. Eso
sí, para comprensivo y campechano, servidor.
Jorge
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