Por aquel tiempo, Jesús dijo:
- Te alabo, Padre, Señor del cielo
y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que ocultaste a
los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido.
Mi Padre me ha entregado todas las
cosas. Nadie conoce realmente al Hijo, sino el Padre; y nadie conoce
realmente al Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a
conocer. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os
haré descansar. Aceptad el yugo que os impongo, y aprended de mí, que
soy paciente y de corazón humilde; así encontraréis descanso. Porque el
yugo y la carga que yo os impongo son ligeros."
El evangelio de la festividad de Santa Teresa de Jesús, empieza diciéndonos que son los sencillos los que encuentran de verdad la sabiduría, los que encuentran a Dios. Y luego nos llama a todos, los cansados y agobiados, porque Él es nuestro reposo, nuestro refugio. Son dos condiciones para seguir sus auténticos seguidores: la sencillez y el abandono en sus brazos. Los orgullosos no aceptamos este camino. Preferimos ser "sabios y entendidos". Destacar en nuestra sociedad. Y si estamos agobiados y cansados, buscamos refugio en las comodidades y en el placer. Refugiarse en Jesús, es descubrir que la verdadera felicidad se encuentra en la sencillez, en las pequeñas cosas de cada día. |
Enviat per Joan Josep
Tamburini
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