El tiempo de Adviento posee un
doble significado: es el tiempo de preparación para Navidad, solemnidad que
conmemora el primer advenimiento o venida del Hijo de Dios entre los hombres.
Y es al mismo tiempo aquel,
que, debido a esta misma conmemoración o recuerdo, hace que los espíritus
dirijan su atención a esperar el segundo advenimiento de Cristo como un tiempo
de parusía piadosa y alegre…
Comienza
el domingo más cercano al 30 de noviembre (día de San Andrés) que es el inicio
del año litúrgico; terminando con las vísperas de Navidad. Durante este tiempo
se cuenta con cuatro domingos de Adviento. Del 17 de Diciembre al 24 la misma
liturgia intensifica la preparación de los fieles para vivir los días de
Navidad.
En este período más que fijarnos en la serie de hechos
históricos que sucedieron antes del nacimiento de Cristo, se debe meditar en el
misterio de la Salvación que en ellos se contiene. De alguna manera este tiempo
nos hace repasar el camino de la salvación, preparándonos para seguirlo; el
recuerdo de los hechos históricos que narran como Cristo que es Dios se hizo
hombre para salvarnos reafirman nuestra fe.
La alegría de saber que ese Dios viene de nuevo a
nosotros nos llena de Esperanza. El deseo de prepararnos para recibirle bien
por la penitencia, el sacrificio o el ejercicio de la generosidad y amabilidad
con los que nos rodean reaviva nuestra caridad.
HISTORIA DEL ADVIENTO
La
palabra Adviento proviene del latín “Adventus” que significa la venida. En un
principio con este término se denominaba al tiempo de la preparación para la
segunda venida de Cristo o parusía y no el nacimiento de Jesús como ahora lo
conocemos.
Haciendo referencia a este tiempo la primitiva
Iglesia meditaba sobre los pasajes evangélicos que hablan del fin del mundo, el
juicio final y la invitación de San Juan Bautista al arrepentimiento y la
penitencia para estar preparados.
No se sabe desde cuando se comienza a celebrar. En
los antiguos leccionarios de Capua y Wursemburgo hacen referencia al Adventu
Domini. En los leccionarios gregoriano y gelasiano se encuentran algunas
plegarias con el título de Orationes de Adventu. Más tarde comienzan a aparecer
las domínicas ante Adventum Domini, en las cuales al término adventus se le
asocia con la preparación a la Navidad.
A
pesar de que esta temporada es muy peculiar en las Iglesias de Occidente, su
impulso original probablemente vino de las Iglesias Orientales, donde era
común, después del Concilio ecuménico de Efeso en 431, dedicar sermones en los
domingos previos a la Navidad al tema de la Anunciación. En Ravena Italia – un
canal de influencia oriental a la iglesia de Occidente – San Pedro Crisóstomo
(muerto en 450) daba estas homilías o sermones.
La primera referencia que se tiene a esta temporada
es cuando el obispo Perpetuo de Tours (461-490) estableció un ayuno antes de
Navidad que comenzaba el 11 de Noviembre (Día de San Martín). El Concilio de
Tours (567) hace mención a la temporada de Adviento. Esta costumbre, a la cual
se le conocía como la Cuaresma de San Martín, se extendió por varias iglesias
de Francia por el Concilio de Macon en 581.
El período de seis semanas fue adoptado por la
Iglesia de Milán y las iglesias de España. En Roma, no hay indicios del
adviento antes de la mitad del siglo VI AD, cuando fue reducida – probablemente
por el Papa Gregorio Magno ( 590-604) – a cuatro semanas antes de Navidad.
La larga celebración gala dejó su presencia en
libros de uso litúrgico como el Misal de Sarum (Salzburgo), que era muy usado
en Inglaterra, con su domingo antes de Adviento.
La
llegada de Cristo en su nacimiento fue cubierta por un segundo tema, que
también proviene de las iglesias galas, su Segunda venida al final de los
tiempos.
Este entretejido de temas de los dos advientos de
Cristo da a la temporada una tensión particular entre penitencia y alegría en
la espera de Cristo que está por “venir”.
QUÉ HACE LA IGLESIA DURANTE EL
ADVIENTO
Este tiempo de Adviento tiene dos significados:
• Preparación para la Navidad.
• Espera y preparación para la segunda venida de Jesús al final de los tiempos.
• Preparación para la Navidad.
• Espera y preparación para la segunda venida de Jesús al final de los tiempos.
La Iglesia, durante las 4 semanas anteriores a Navidad
y especialmente los domingos, dedica todas las lecturas, y la Misa a hablar y
meditar acerca del nacimiento de Jesús en la tierra el día de Navidad. Y
también a meditar acerca de su próxima llegada triunfal al final de los
tiempos, y la disposición que debemos tener para recibirlo en ese día que no
sabemos cuándo será.
La
Iglesia utiliza el color morado en los ornamentos de los Sacerdotes y en las
celebraciones, para recordarnos la actitud de cambio, preparación y sacrificio
que debemos tener.
La Iglesia tiene un calendario “litúrgico”, que
empieza el Primer Domingo de Adviento y termina el día de la Fiesta de Cristo
Rey, el 22 de noviembre.
A pesar de que es una temporada solemne, no se
lleva con el rigor con el que se lleva la Cuaresma, tal como antes se llevaba.
La Iglesia Católica prohíbe la solemnidad del matrimonio durante el Adviento.
En muchos países está marcado por una variedad de
observancias. La piedad popular en Adviento principalmente se dedica a
representaciones musicales y teatrales basadas en las historias y profecías
bíblicas de la natividad de Cristo.
En los Países Bajos en Adviento se toca una
trompeta recordando el uso ritual de este instrumento cuando en el Templo de
Jerusalén se tocaban las dos trompetas de plata anunciando una ofrenda a Dios.
En
muchos hogares e Iglesias las devociones sencillas se asocian con la corona de
Adviento, en la que cuatro velas se insertan y se prenden, una a una, cada
semana, como símbolo de la llegada de la luz al mundo.
RECETA PARA VIVIR BIEN EL
ADVIENTO
Reconcíliate. Con Dios (en la
Confesión) y con tu prójimo.
Comparte. Da un poco de tu
tiempo, tu dinero y tus cosas a otros que lo necesiten (aunque tengas poco,
comparte lo poco que tengas).
Comulga. Acércate a
Jesús en la Eucaristía, vive tu Misa, ve a Misa no solamente en domingo.
Ora. Dedica un poco
de tu tiempo para hablar con Dios. Uno tiene tiempo para lo que ama. Si amas a
Dios, dale un poco de tu tiempo.
FUENTES:
Foros de la Virgen María
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