domingo, 28 de octubre de 2012

UNA REFLEXION SOBRE EL HALOWEEN: PREGUNTAS PERTINENTES



Una reflexión sobre el cristianismo.

Una vez que sabemos el origen de esta celebración y su relación con el cristianismo, podemos plantearnos y preguntarnos: ante todos los elementos que componen hoy la fiesta del “Halloween”:

1. ¿Es que, en aras de la diversión podemos aceptar que los niños, al visitar las casas de los vecinos, éstos les EXIJAN dulces a cambio de no hacerles una daño (rayar las paredes, romper huevos en las puertas, etc.)?

2. ¿Qué experiencia (moral o religiosa) queda en el niño que para “divertirse” ha usado disfraces de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y el ocultismo, sobre todo cuando la televisión y el cine identifican estos disfraces con personajes contrarios a la sana moral y ni que decir de la fe y los valores del evangelio (paz, justicia, amor, lealtad, bondad, etc.)?

3. ¿Cómo podríamos justificar como padres de una familia cristiana que nuestros hijos, en el día de Halloween, hagan daño a las propiedades ajenas? ¿No seríamos totalmente incongruentes con la educación que hemos venido proponiendo en la cual se debe respetar a los demás y que las travesuras o maldades no son buenas? ¿No sería esto aceptar que una vez al año se puede hacer lo prohibido?

4. Con los disfraces y la identificación que tienen estos con Hollywood, ¿no estamos promoviendo en la conciencia de los pequeños que el mal y el demonio son solo fantasías, parte de un mundo irreal que nada tiene que ver con nuestras vidas y que por lo tanto no nos afectan?

5. ¿Qué experiencia religiosas o moral, queda después de la fiesta del Halloween?

6. ¿No es esta otra forma de relativismo religioso con la cual vamos permitiendo que nuestra fe y nuestra vida cristiana se vean debilitadas?

7. Si aceptamos todas estas ideas, y las relativizamos, en “aras de la diversión de los niños”, ¿cómo podremos corregir y hacerle ver a nuestros hijos el mal que se esconde detrás del “juego” de la “Ouija” que pone en grave peligro su vida espiritual? ¿O que diremos al joven que durante toda su infancia “jugó” al Halloween, cuando éste visita a los brujos, hechiceros, médium, y los que leen las cartas, todos estos contrarios a la fe y a la vida cristiana?

8. Es que nosotros como cristianos, mensajeros de la paz, del amor, de la justicia, portadores de la luz para el mundo, ¿podamos identificarnos con esta fiesta en donde todos sus elementos, hoy por hoy, hablan de temor, injusticia, miedo, y oscuridad?

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