sábado, 9 de junio de 2012

LOS BUENOS MODALES EN LA WEB


Las diez reglas de don Paolo Padrini para un correcto empleo de la tecnología virtual.

La Web, se sabe, es el nuevo “ágora”. Pero también en la plaza virtual hay que comportarse según un “protocolo” que rija conductas y evite meteduras de pata. A estas exigencias responde el decálogo Internet de don Paolo Padrini, 38 años, párroco de Stazzano, en la provincia de Alessandria, sacerdote tecnológico que inventó una aplicación para smartphone y tablets «iBreviary». «Facebook no es Dios y tampoco el único medio de comunicación». «No pidas la amistad a tus propios hijos en las redes sociales». «No quites importancia a Facebook en la vida de los jóvenes». En la era de Internet, quizás convenga establecer también los Diez Mandamientos digitales que sirvan a los padres y educadores que están cerca de los jóvenes.

El currículum vitae de don Paolo Padrini también cuenta con una tesina titulada «Chat: lugar y tiempo de la comunicación y de la reunión». Y en su parroquia de Stazzano, ha equipado a todos los feligreses, que no pueden asistir a la misa en la iglesia, con un ordenador con el cual podrán participar virtualmente. Convencido de que «no hay lugar donde no viva el Espíritu Santo», y que por lo tanto «también Internet es, o puede ser, un espacio de reunión con lo sagrado», el sacerdote 2.0 se empeña «en acercar las personas a Dios a través de la web ».

Don Padrini se dirige especialmente a los jóvenes, generación tecnológica por excelencia, y también la que más se aleja del lenguaje y contextos de comunicación tradicionales. Desde el 2009 coordina – nombrado por el Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales - el proyecto vaticano Pope2You.net, el portal con el que el Papa se ha acercado a los jóvenes, a través de la conexión directa con Facebook, iPhone y YouTube. El sacerdote escribió una guía para padres y educadores que tratan con hijos y jóvenes a menudo adictos a Facebook o que pasan la mayor parte de su vida social en Internet y en las redes sociales. El volumen, de fácil lectura (menos de 100 páginas) da algunos consejos prácticos.

Por ejemplo, Don Paolo explica a los adultos cómo administrar los perfiles de los hijos en Facebook, las fotos y los «tag», chats y video chats, Twitter e Instagram, incluyendo también algunas experiencias educativas. En la guía, Don Padrini formula también algunas preguntas: ¿ser amigos o no de nuestros hijos en Facebook? ¿Dialogar con ellos en la red y cómo hacerlo? A las que responde con un decálogo, en el que establece algunos principios, como «Pedir a los hijos las claves de acceso pero no espiarles en la red: también Facebook puede ser un lugar de confianza»; «Facebook no es el lugar de la fuga o del secreto», «No compartáis cualquier cosa con todo el mundo».

Giacomo Galeazzi

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