miércoles, 25 de abril de 2012

EL ANACORETA Y LAS HORMIGAS DEL PARQUE


Con el buen tiempo, hormigas y toda clase insectos empezaban a pulular por el parque.


 El Anacoreta se las miraba sonriendo. El joven seguidor, conocía esa sonrisa pícara, que siempre iluminaba la cara del anciano antes de darle una enseñanza. Así que esperaba sus palabras. No se equivocó. Al poco rato el Anacoreta dijo:

- Fíjate las hormigas. Cuanto menos peso llevan, más ligeras van. Mira aquellas que intentan arrastrar aquel escarabajo. Pasarán toda la mañana para lograr llevarlo al nido...Entonces descubrirán que no podrán almacenarlo, porque no cabe en el agujero. Mientras, las otras, habrán llenado el nido de semillas.


Miró al joven y prosiguió:

- A nosotros nos pasa lo mismo en la vida. Nos vamos cargando de cosas. Creemos que ser feliz es poseer muchas cosas: dinero, poder, éxito, amores...Incluso a Dios lo consideramos una posesión. Así, lo único que conseguimos, además de ser infeliz, de no avanzar en la vida. Nos apegamos a las cosas...y estas nos inmovilizan.


Puso una mano sobre el hombro de su seguidor in concluyó:

- Quédate con lo imprescindible. Acepta las cosas sin apegarte a ellas. Ves dejando lo que no te deja avanzar. Sí...al principio te costará y las añorarás. Puede que incluso te sientas angustiado por perderlas...Pero poco a poco te sentirás ligero, libre...y entonces empezarás a ser feliz...

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