ANTONIO MUÑOZ MACHADO, DIRECTOR DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
¿Son discriminadores y malvados sexistas los
hispanohablantes que hablan correcto español, español normal?
¿Hay que usar las
contorsiones del llamado "lenguaje inclusivo" (alumnado en vez de
alumnos, membresía en vez de miembros, etc...) para recibir carnet de no
sexista?
Una cosa es que activistas
marginales de Podemos y militantes de la ideología de género o de cierto
feminismo se empeñen en hablar raro, como esos soviéticos
que a cada frase le añadían "camarada", y otra es que la
Mesa del Congreso español le diga a los diputados, representantes de la nación,
que deben hablar usando las retorcidas fórmulas del
lenguaje de género y torturando al idioma y los oídos de sus oyentes.
Y eso es lo que ha tenido que
denunciar ahora la Real Academia
Española (RAE), que pide a los diputados que
hablen bien y no hagan caso a las instrucciones de la Mesa del Congreso.
Aunque los académicos no llegan a
usar las palabras "elitismo" y "pedantería" se nota que están pensando
en ellas: lo que dicen es que los políticos tienen
"un deseo implícito de acrecentar la distancia, ya
considerable en la actualidad, entre el universo
oficial y el mundo real".
Serían funcionarios y políticos
hablando en su jerga para funcionarios, no como la gente normal, que habla
normal.
Ejemplos del lenguaje retorcido
que la Mesa del Congreso pide a los diputados españoles desde diciembre de
2023.
DESDOBLAMIENTOS
CANSINOS Y PLÚMBEAS FORMAS PASIVAS
En diciembre la Mesa del Congreso
aprobó unas normas que insisten en que en el Congreso se sustituyan
palabras como «empleados» por «personal», o «ciudadanos» por «ciudadanía», y piden
desdoblar cansinamente el masculino y femenino ("señores
y señoras diputados y diputadas españoles y españolas"). Este
reglamento supuestamente desarrollaba un mandato de la Ley de Igualdad de 2007
de Rodríguez Zapatero y del Plan de Igualdad de las Cortes de 2020.
La norma de diciembre (con el
apoyo no sólo de PSOE y Sumar, sino también del PP)
al menos pedía evitar "incorrecciones
gramaticales, falta de legibilidad o que no estén recogidas en el Diccionario
de la RAE", refiriéndose a expresiones como tod@s, todes o todxs.
La RAE agradece que al menos se
eviten esos puntos, pero detalla que no se lograrán mejoras sociales "modificando arbitrariamente opciones morfológicas, sintácticas y léxicas que el
español comparte con muchas lenguas".
La socialista Francina Armengol,
expresidenta de Baleares, como presidenta del Congreso sería la encargada de
difundir y fomentar el llamado lenguaje "inclusivo" en las sesiones
de los diputados, los documentos oficiales, etc...
¿ES
SEXISTA QUIEN HABLA CORRECTAMENTE?
Recuerdan los académicos que el
idioma no es sexista y que los políticos que lo presentan como tal se
equivocan. "No se apoya la igualdad de los
hombres y las mujeres de nuestro país pidiendo a los ciudadanos (sean
parlamentarios o no) que hagan constantes equilibrios sintácticos,
morfológicos y léxicos para evitar opciones lingüísticas que
pertenecen a su forma natural de expresarse", advierten.
"Forzando
de manera artificial" la
gramática y el léxico no se ayuda en nada a la igualdad entre hombres y mujeres,
dicen.
Además, la normativa sería
insultante con quienes no retuerzan así el idioma, al considerarlos sexistas
(es decir, considerar sexistas a todos los hispanohablantes que hablan
correctamente).
"El documento
de la Mesa del Congreso da a entender, desde su mismo título (Recomendaciones
para un uso no sexista del lenguaje en la Administración parlamentaria) que
los hablantes que no aplican los recursos allí expuestos se expresan en un
lenguaje sexista", apunta la RAE.
"Sería,
pues, sexista, el lenguaje cotidiano de la mayor parte de los millones de
hispanohablantes de todo el
mundo, incluyendo el de los propios parlamentarios españoles cuando no hablan
desde la tribuna o no redactan proyectos legislativos", añade la RAE.
También serían sexistas,
según esta ideología, "el lenguaje
de la literatura, el ensayo, la ciencia, el cine, el periodismo, la legislación y tantos otros ámbitos (no necesariamente
coloquiales ni informales) en los que los textos escritos en español no se
suelen redactar aplicando los recursos que la Administración recomienda".
En vez de pedir a los diputados
que hablen raro, y den mal ejemplo al resto de los hablantes, los académicos
proponen que los diputados se dediquen más bien a preparar "medidas legislativas que conduzcan a la equiparación
de derechos, mejorando la educación que nuestros jóvenes reciben en la
escuela".
En Francia hace ya unos años
(desde 2017) que los políticos y administraciones bloquearon el uso del llamado
lenguaje "inclusivo" o "de género" en ámbitos oficiales.
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