Manuel Portuguez, un moreno cañetano, criado en Huacho por la familia Torero, fue el mejor cocinero de la campiña; por sus buenos modales y su carácter bonachón se ganó las simpatías y los secretos culinarios de las viejas cocineras, sobre todo en la preparación de la sopa huachana.
"Manucho"
muy popular y amigo de todo el mundo, nunca decía
no, cuando lo solicitaban para que cocinara en días especiales como: cumpleaños, aniversarios y las boditas que se comían,
después de las misas de año de un familiar.
Los
doctores Ricardo Samanamud y Lizandro Roca Rosario, contrataban al negro “Manucho" para que les preparara
especialmente la sopa huachana en Lima. El moreno para hacerles quedar bien,
llevaba todas las aves y los condimentos, pero la sopa no le salía tal como la
saboreaban en Huacho, cosa que le hicieron ver los doctores. Se dio cuenta "Manucho" que la causa era el agua de
Lima, tratada con cloro. En los sucesivos banquetes que preparó "Manucho", llevaba secretamente un
barrilito de agua de acequia. Los doctores alborozados lo felicitaron
diciéndole: "¡Ahora sí, negro, te salió la
sopa huachana igual que en la campiña"! Cocinar es un arte que muy
pocas personas lo poseen, por ello, los buenos cocineros son muy contados.
Un buen
cocinero se distingue por su sazón, buen punto de sal y presentación de plato,
que él lo ha preparado, para que llegue fresco y tentador a la mesa. Que la
vista sea la primera en apreciarlo, el olfato en deleitarlo y al degustarlo,
quede como "bocato di cardinali".
El cocinero creador,
con lo que encuentra en la cocina prepara un delicioso potaje.
MANUCHO" DE ALBERTO BISSO SÁNCHEZ (1985).
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