martes, 5 de diciembre de 2023

SANA CON LA VIDA, SANA CON MAMÁ

Con la intensidad que tomas o rechazas a tu madre, tomas o rechazas la vida, así mismo éxito, felicidad, salud física, relación con el dinero, y madre son energías equivalentes.

Durante la gestación absorbemos todo de nuestra madre, el alimento, la nutrición, sus emociones, la relación con el padre, sus pensamientos, la manera en que percibe el mundo y cómo reacciona ante él, no hay nada que pase desapercibido. Que el cuerpo físico de la niña o el niño no esté completamente formado no implica que exista una falta de consciencia.

No somos educadas para ser madres, repetimos lo aprendido de generaciones pasadas y cada que estamos ante una nueva experiencia como el embarazo es natural sentir "Miedo", éste miedo tiende a derivar en una relación no sana entre la madre y los hijos, generando conflictos.

Dependiendo de la situación vivida el hijo toma partida por alguno de los padres, o juzga a alguno como malo, este juicio divide y aleja al amor de la relación con los padres, en ese momento el hijo se queda sin mamá o sin papá.

El dolor del niño se convierte en el juicio del adulto, cuando hay juicio se pone una barrera al amor de la madre, y se genera un enojo y una tristeza inconsciente, que se proyectará en su vida. Caminará con enojo, miedo y tristeza sin saber por qué, pues ya ha olvidado el origen de su tristeza, escudado en la soberbia buscará mitigar su dolor en una pareja, en una sustancia, o en cualquier cosa que desvíe la mirada por unos momentos, pero el dolor no cesa y cada vez se hace más grande.

Cuando se quiere sanar con la vida, con la madre, que son energías equivalentes, hay que elevar nuestro nivel de consciencia y que el adulto que ahora somos lleve al niño a recobrar el amor que creyó perdido, que le quite la pesada armadura de la soberbia y la venda en los ojos para mostrarle el amor escondido en lo que el creyó solo podía encontrar dolor y rechazo.

El adulto en amor a si mismo y en humildad, puede reconocer que de alguna manera eligió nacer de ese vientre, que su madre siempre estuvo para él pues de otra manera no estaría aquí, que las cosas nunca son como queremos que sean, son como son, y que siempre son para nuestro beneficio, lo entendamos o no. Que nuestra madre no nos dio ni mucho ni poco, nos dio lo que tenía en ese momento de acuerdo a su nivel de conciencia, y eso es más que suficiente. El amor es siempre perfecto.

María del Carmen

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