'THE MARVELS', UNA PELÍCULA PENSADA CON TODOS LOS CRITERIOS 'INCLUSIVOS' DE LA PERSPECTIVA 'WOKE'... DE LOS QUE SOLO PARECE QUEDAR EXCLUIDO EL PÚBLICO.
Con un presupuesto de más de 200
millones de dólares y un primer fin de semana con una recaudación de 47
millones en Estados Unidos y 63 millones (110 millones en total), The Marvels se ha convertido
en el peor estreno de la historia de
la franquicia. Algo
que muchos atribuyen a una aplicación estricta y claramente deliberada de todos
los criterios de 'inclusividad' woke, con lo cual la
película ha adquirido a priori un sesgo ideológico ajeno a la trama en sí,
y que ha ahuyentado a una buena parte de su público natural.
La apuesta total por el 'empoderamiento femenino' y la 'racialización' no parecen haber beneficiado al film, a pesar de
que la primera vez de Brie Larson (una activista feminista que ha participado
en campañas de denigración de lo masculino) como Capitana Marvel en 2019 sí fue
un éxito en taquilla, como habían sido hasta ahora casi todas las producciones
del celebrado Universo Cinematográfico de Marvel.
Ha podido influir el déficit de promoción al
que estaban obligados los actores por la huelga que han llevado a cabo en
Hollywood, que duró más de medio año y concluyó justo el día antes del estreno.
Pero también ha tenido su peso la radicalización ideológica que ha introducido Disney (dueña de Marvel desde 2009) en todas sus
producciones, hasta estrellarse contra la realidad social y política de un país
cuya población piensa con sentido común en, al menos, una proporción igual
al wokismo que se ha
apoderado del discurso cultural oficial.
Llegados a ese punto, la mejor
defensa es el boicot, y The
Marvels ha sido víctima de él incluso antes de llegar a los
cines.
MALA
RECEPCIÓN DEL PÚBLICO
Es cierto que la película no ha
generado entusiasmos tampoco desde el punto de vista de quienes sí han ido a verla. Cinemascore, un ránking muy seguido en
Estados Unidos (donde, por ejemplo, Sound of freedom fue
la única A+ entre 24 estrenos), le otorga solamente
una B, lo cual para un film de estas características, seguido
por un público muy definido y fiel, es un auténtico fracaso.
El tráiler no era muy prometedor,
y bastó a Ben Shapiro, uno de los creadores de
opinión más influyentes en el ámbito no sistémico estadounidense, para hablar
de "basura woke": "Es de un fanatismo tóxico. Los
estudios han decidido ir por la senda woke y a la gente no le
gusta lo woke". Por no hablar, dijo, de que Brie Larson
como Capitana Marvel "es uno de los peores
superhéroes de la historia; es como un Supermán pero sin defecto alguno e
increíblemente sosa".
NOLTE
PONE EL DEDO EN LA LLAGA
En Breitbart, John Nolte daba dos
claves de este y otros fracasos: "La calidad
de la película y la política divisiva utilizada por los estudios y los
productores para ofender, insultar y despreciar a
los fans que convirtieron todas estas franquicias en una fábrica de monedas de
oro", como ha ocurrido también con las últimas entregas de Star Wars o Indiana
Jones.
Los medios sistémicos ocultarán
esta verdad, lamenta Nolte, porque decirla implica perder a esos estudios y
productores como anunciantes, pero "la verdad
es la verdad, y es que a la gente no le interesan películas que subvierten
la naturaleza humana mediante algún tipo de estúpida agenda DEI
[Diversidad,
Igualdad, Inclusión, por sus siglas en inglés]. A la gente normal le
interesa el personaje, no el color de la piel. Nos gustan las historias, no las
agendas políticas. Nos gustan los temas universales, no que nos regañen ni que nos
aleccionen. Y, por encima de todo, queremos evadirnos
durante un par de horas para olvidar nuestros problemas, y con
personajes con los que tengamos algo en común".
Pone el ejemplo de Kamala Khan,
la superheroína musulmana que creó Marvel en 2013 y tiene también un
papel en The Marvels. Los estudios fueron jaleados entonces por los
medios políticamente correctos por presentar "el
primer superhéroe musulmán". Pero, señala Nolte, ¿dónde están todos esos millones de musulmanes viendo
esas películas? Desgraciadamente para Disney, "la mayoría de los musulmanes son gente normal que no tiene ningún interés en las
estupideces woke". No, al menos, a la hora de pagar una
entrada de cine.
"Durante los
últimos cinco años", critica Nolte, "ése ha sido el demencial plan de márketing de
Hollywood: insultemos y despreciemos abiertamente a los seguidores
que hicieron de estas franquicias un éxito, para que vengan todos esos
diferentes grupos que no ven nuestras películas. Y así, en vez de expandir la
tienda, estos fanáticos de la Diversidad, Igualdad e Inclusión expulsaron
a la gente normal y ahora ven estupefactos que la gente a la
que nunca le gustaron estas franquicias no aparecen en manadas para vitorear
toda esa predicación estéril y tediosa, el sexo gay y los liderazgos
femeninos".
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